одиннадцать

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Negro.

Oscuridad.

Miedo.

Lagrimas.

Humedad.

Susurros.

Suplicas.

Todas esas emociones se acumulaban en la garganta de la jóven que cada día pensaba en su salida, había pasado una semana, para ella eterna, en la que cada día la tensión recorría su cuerpo.

— Buenos días princesa – habló una voz la cual escuchaba todos los días, esa voz que generaba ganas de llorar en la joven, la cual a causa de esto no respondió.

— Te traje el desayuno – se escucharon los pasos acercándose a ella haciendo que se pegara más a la pared buscando una salida, este se agachó y agarró con fuerza las mejillas de la joven con una mano.

— Sabes que te puedes ir en cuanto nos digas las ideas de CNP contra nosotros –  dijo metiendo lo que parecía una galleta en la boca de la jóven.

— Más te vale colaborar, el jefe se está cabreando mucho – pasó su mano por el cuello de la joven jugando con el pico de su camisa.

— Por favor para, me estás asustando – habló por primera vez en tres días desde que llegó ahí y la habían esposada.

— Ohh cariño. . . Es que no ayudas – habló pasando sus dedos alrededor de su cuello.

— ¿sabes lo que eso me frustra? – empezó a apretar poco a poco el cuello de la joven.

Al ver el intento de liberarse y la cara de agonía de la joven la soltó viendo como empezaba a toser derramando algunas lágrimas mientras le miraba con miedo.

— Ahora van a venir unos compañeros para intentar enterarte en razón ¿vale? – su voz volvió a suavizarse mientas le acariciaba la mejilla con delicadeza.

La joven miraba con miedo las rastas rubias del joven preguntándose que le harán y quien serían ya que al único que vio desde que llegó ahí fue a ese chico que le daba algunas galletas y agua al día.

— ¿Y si no digo nada? – dijo sacando algo de valor para mirarle con rudeza, la poca que le quedaba debajo de esa capa de miedo que se veía bajo sus ojos.

— Oh pequeña pequeña. . . – ronroneó levantándose bajo la feroz mirada de la joven.

— No te gustará saber eso. . . Todavía te queda mucho tiempo aquí, conmigo. . . – su zapato empezó a aplastar el pecho de la joven proporcionandole algunos ruidos para no gritar de dolor.

— En cuanto sepan dónde estoy os van a matar a todos – le echó un escupitajo en los pantalones sacándole un grito de horror al de rastas.

— Pedazo de zorra – masculló dándole una patada en la mejilla. — No van a saber dónde coño estás y si nos encuentran nunca te van a ver con vida, desgraciada – se dio la vuelta aplastando las galletas que le quedaban y salió por la puerta dandole la última sonrisa ladina que vería ese día.

Los deseos de que vinieran a por ella crecían por cada hora más y más,  odiaba a ese tipo y cada vez la humedad la rodeaba más, monera consciente del tiempo, no sabía si era de día o de noche solo sabía que su amado luchaba día tras día por y para ella mientras ella velaba por su seguridad, le daba igual su seguridad siempre y cuando él estuviera bien.

Y con esos pensamientos y lágrimas en los ojos se durmió por primera vez ese día.

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Ahora voy a hacer un capítulo explicando cómo está pasando la semana Conway a si que de verdad gracias por tanta espera <3

❍領袖┆ 𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐁𝐮𝐲 𝐌𝐞 𝐀 𝐍𝐨𝐫𝐭𝐡 𝐊𝐨𝐫𝐞𝐚.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon