Два

11.1K 598 178
                                    

El turno ya había acabado y como era costumbre la pequeña joven iba de camino a su casa andando, ya que todavía no se podía permitir un coche o una moto, pero mientras caminaba mirando a sus pies sumida en sus pensamientos el sonido de una moto la desconcertó.

— ¿Te llevo? – preguntó el azabache de lentes oscuros.

— Vaya Conway. . . Que caballeroso de tu parte – titubeó acercándose con lentitud jugando con su paciencia.

— Supongo yo que tendré que portarme bien contigo ¿no es así? – le dijo antes de cambiar su mirada al móvil.  — ¿Te subes o no, nenaza? – escupió antes de que la joven sonriera y se subiera en la parte de atrás de la moto abrazada a su torso.

El ronroneo de la moto se escuchaba bajo de ellos y ya que la casa de la fémina estaba un poco lejos, exactamente a las afueras de la ciudad, a esta le gustaba jugar con el mayor ya que siempre que cogía la moto sabía en lo que quería parar. Bajó la mano con lentitud por su torso hasta llegar a su cinturón donde estaba jugando con este mientras Jack apretaba con tanta fuerza el manillar de la moto que sus nudillos se volvieron blancos pero sentir la tensión de él mientras le tocaba era satisfactorio para ella, pero poco a poco estuvo jugando y pasando la mano por su muslo sintiendo como los relieves de su pantalón subían.

El tiempo se le pasó rápido a la joven y al darse cuenta ya llegaron a su casa.

— ¿te importa si entro? Quiero beber agua – preguntó el conductor de la moto mirando a la chica que ya estaba en el porche de su casa.

— ¡Claro! – le dio paso con una pequeña sonrisa dejando la puerta abierta que no mucho tiempo después pasó él. Sabían perfectamente lo que querían hacer pero Conway siempre tenía una excusa para no decirlo directamente.

Al entrar la chica estaba agachada recogiendo la basura ya que esa mañana con las prisas  de llegar tarde al trabajo la tiró,  el azabache se quedó un rato mirando las curvas de su parte trasera mientras mordía su labio y su erección crecía, pero en una actitud bromista que adoptó de la nada le dio una nalgada bastante fuerte a ka jóven.

— ¡Ay! ¡Eso dolió, bruto! – exclamó poniéndose recta y mirándole cara a cara mientras se tocaba la zona afectada.

— ¿Después de todo lo que te he hecho te duele solo eso? – arqueó una ceja acercándose a la joven teniendo que que ir agachado la cabeza un poco más.

— Eso es distinto. . . – murmuró pasando sus brazos al rededor de su cuello mientras este ponía sus manos en la pared.

— ¿Qué tiene de distinto? – murmuró sobre su cuello antes de besar lo y morderlo para que mientras la joven lo disfrutaba en silencio subía y bajaba su pierna sobre su erección dejando que el azabache soltara gruñidos.

Entre besos y gruñidos las piernas ya les temblaban a ambos a si que entre actos demandantes Conway hizo que la joven se acomodara en su cadera mientras caminaba besándose hasta llegar a la habitación  donde al dejarla sobre la cama esta se veía indefensa tapando sus ojos con su antebrazo.
La mano del hombre se deslizó bajo su blusa rozando su torso, la joven deslizó sus besos hasta llegar a su cuello donde empezó a dejar marcas sin previo aviso ni permiso, sabía cuánto odiaba Jack esas marcas pero le encantaba cada vez que le gritaba y le pedía que se lo ocultara tras maquillaje.

— ¿Ya vuelves a estar con eso? – murmuró con voz ronca sobre el oído de la jóven la cual solo soltó una risa.

— Sabes que me encanta verte enfadaa.  . . – sus palabras fueron sustituidas por un gemido al sentir sus finos dedos sobre su ropa.

— Esto es algo nuevo. . . Me gustaría probarlo contigo. . .– murmuró mientras observaba a su trabajadora mordiendo su labio inferior.

Entre movimientos circulares y vaivenes el azabache notó como sus dedos ya estaban húmedos.

— Mierda. . . – gruñó antes de que le quitaran la camiseta de una forma brusca para después sentir las yemas de sus dedos pasar por su torso desnudo.

Entre besos, marcas, gruñidos y suspiros ambos se deshicieron de sus prendas y lo que había empezado el super intendente no lo iba a dejar de lado a si que volvió a bajar su mano hasta su intimidad.

— Oh dios. . . ¿Otra vez? – dijo mientras su pecho subía y bajaba con rapidez.

El mayor hizo caso omiso y besó y marcó su escote mientras el vaivén y tactos suaves pero letales dentro de ella.
Sus dedos se movían con agilidad dentro de ella, movimientos los cuales fueron acompañados por la calidez de su lengua, el azabache admiraba cada detalle de sus ojos en blanco, boca entre abierta, labios rojos,. . .

Antes de que la joven llegara el mayor se posicionó sobre ella, esta inmediatamente se clavó en su espalda marcando la con arañazos que no dolían debido a la intensidad de sus excitaciones. Más marcar, moratones, arañazos y tactos eran acompañados por el movimiento de las caderas de ambos que hacia un sonido opaco que acompañaba a los suspiros y gruñidos.

❍領袖┆ 𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐁𝐮𝐲 𝐌𝐞 𝐀 𝐍𝐨𝐫𝐭𝐡 𝐊𝐨𝐫𝐞𝐚.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora