La mañana se cernía sobre los rostros del azabache que comenzó a palpar sobre el otro lado de la cama en el cual no encontró nada.
Soltó un gruñido y se dio la vuelta esperando a que los rayos se cansaran de intentar despertarle pero que lastima que su móvil empezó a vibrar.— ¿Sí? Aquí Conway – una voz grave salió de su garganta.
— ¡Buenos días papu! – sabía perfectamente de quien era la voz. . .
— ¿Qué quieres puto anormal? – se incorporó sentándose en la cama.
— Mira pues puede que le hayamos tocado un poco las narices a tu compañera – dijo en tono agudo. — Y nos quiere meter una multa – por detrás se podía escuchar a Horacio y la joven discutir de manera bruta.
— ¿Y?
— Pues que vengas ha comisaría – después de un gruñido por parte del azabache este se levantó y colgó. Buscó entre la habitación su ropa y una vez encontrada se le puso pero su corbata estaba rota y al lado ponía una nota; " Lo siento pero ayer te dio por atarme las manos y los pies y no sabía desatarme " arrugó el papel y lo tiró encima del escritorio.
— Pues nada, hoy sin corbata – dijo para si mismo, una vez ya hecho todo bajó y se encontró el desayuno que siempre preparaba la joven. Este fue comido de camino a comisaría.
Una vez que el mayor llegó y aparcó bajó con una taza de café y saludó de mala gana a algunos compañeros.
— Buenos días súper intendente. Gustabo y Horacio están discutiendo con otra compañera en la sala de interrogatorios – le informó Leonidas mientras se arreglaba el cinturón.
El azabache bajó y lo primero que escuchó fue un insulto; "Pues disculpe señorita pero va a usted a comerme el prepucio" dijo Gustabo, pero que lastima que el súper lo escuchara, el cual al notar su presencia todos se callaron.
— ¿Qué has dicho? – preguntó con el café en la mano.
— Ehhh. . . Papu lo puedo explicar – intentó hablar el de chaleco rojo pero de poco le sirvió.
— Que qué coño has dicho – repitió dejando el café sobre la mesa.
— Que me coma el prepucio – murmuró por lo bajo.
— ¡Más fuerte! – exclamó dando un golpe sobre la mesa que hizo sobresaltar a todos los de la sala.
— Que me coma el prepucio – repitió esta vez más alto y lo suficientemente audible.
La sala se quedó en silencio hasta que el azabache lo decidió romper.
— Mira, pedazo de subnormal. . . Esta agente que estais viendo aquí hace más que el doble que vosotros desde que os levantais hasta que os acostais y es la persona que os ha atendido, cosa que conlleva que se le tenga respeto. . . – se quedó en silencio por unos momento. — ¡Y más cuando es mujer! ¡Panda de anormales! – gritó sacando la porra y dándole en las manos a ambos.
— ¡Au! ¡Pero que yo no he hecho nada! – gritó el de cresta mientras se frotaba en la zona afectada.
— Disculpaos – exigió el azabache con una voz más calmada. — Y dar gracias que hoy estoy de buen humor – ambos afectados se disculparon y se fueron por donde habían venido dejando solos a los dos amantes.
— Muy bonito lo de mi corbata – dijo con voz aterciopelada haciendo que la joven soltsra una risita.
— Pero a que estas de buen humor por mi desayuno – apoyó su mandíbula sobre la palma de su mano.
— Hoy te quiero en cuanto acabe tu turno en el badulaque – fue lo ultimo que dijo antes de irse dejando a la joven inquieta mientras se mordía el labio.
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¡Hola! Solo quería pedir que por favor no me presionen para hacer capítulos ya que si sigue así cortó la historia en seco, no lo digo a malas, solo que ya me había pasado con una historia y no quiero que se repita <3
~J
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❍領袖┆ 𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐁𝐮𝐲 𝐌𝐞 𝐀 𝐍𝐨𝐫𝐭𝐡 𝐊𝐨𝐫𝐞𝐚.
FanfictionLa única fémina en el cuerpo de policía era la segunda mano del súper intendente Jack Conway el cual por muy fuerte que la gente cree que era no podía resistirse a las curvas de su compañera de trabajo la cual calló en el mismo agujero. ©Mika. P/eph...