ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 1.

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- ¡HONOKA! ¡AMAI!- Grité e intenté alcanzar a esas chicas que siempre estaban en mis sueños, chicas que conocía muy bien

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- ¡HONOKA! ¡AMAI!- Grité e intenté alcanzar a esas chicas que siempre estaban en mis sueños, chicas que conocía muy bien.

Me senté repentinamente en la cama para escapar de aquella imagen que pasó por mi cabeza, ese recuerdo.

Mi respiración estaba descontrolada, realmente sentí miedo. La puerta sonó haciendo que me sobresaltara.

- Con permiso, señorita Hashimoto.-

- Pase.- Dije serena. Bueno, en realidad era lo que quería aparentar ya que dentro de mi todo estaba alborotado.

El mismo objeto que me asustó se corrió dejando ver a una empleada muy bonita arrodillada fuera mostrando respeto hacía mí.

- ¿Le parece bien que empiece con los preparativos para el desayuno?- Asentí.

- Me parece perfecto.- Sonreí otra vez.

Esta posada era bastante linda, pero tengo que irme luego de comer algo.

Cuando recuperé fuerzas, agarré mis pertenencias para marcharme de aquí. Mi próximo destino y, quizá, último era la Aldea Oculta de La Nube. Ahora me encontraba en un pueblo pequeño en el que la gente era muy amable y el ambiente transmitía tranquilidad.

Ya me encontraba caminando mirando a los alrededores para asegurarme que este cálido lugar quede grabado en mi corazón. ¿Qué es lo que hago yo? Solo viajo de lugar a lugar buscando algo para vivir, hace un tiempo que me había ido de mi aldea natal debido a unos asuntos que me atormentaban.

Creo que volveré a ir después de esta parada, quiero visitar a alguien.

4 días pasaron y arribó a su destino. Todo era nuevo, obviamente, y su mirada iba de acá para allá solo para ver qué cosas nuevas descubriría. Aunque claramente celebraría su llegada tomando sake y tal vez siendo acompañada por alguien. Quién sabe.

ᵃˡ ᵈⁱ́ᵃ ˢⁱᵍᵘⁱᵉⁿᵗᵉ.

Desperté en una cama desconocida, al parecer sí decidí acostarme con un hombre. Tomé todo lo mío y desaparecí del lugar poniendo una nota en la mesa. Deambule buscando aguas termales para poder descansar. Afortunadamente, habían unas cercas.

Me relajé al sentir el agua caliente en mi cuerpo y mucho más al entrar a la bañera. Que suerte que también es una posada y ya conseguí una habitación.

Pasado 1 mes en donde visitó toda la Aldea Oculta de la Nube, partió a la Aldea Oculta de la Hoja; Su aldea natal.

La nostalgia se apoderaba de Mei, era lindo y triste volver a Konoha. Sin embargo, esta no retrocedió. Siguió su camino firmemente.

2 ˢᵉᵐᵃⁿᵃˢ ᵈᵉˢᵖᵘᵉ́ˢ

Tardó más de lo previsto y eso se debía a que en cada ciudad de paso ella siempre quería beber un rato como premio por haber hecho caminatas largas. O más bien, por ser una cobarde.

𝔸𝕣𝕠𝕦𝕟𝕕 𝕪𝕠𝕦... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora