12. El trato

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Desde que Sirius se enteró de que Irma tenía novio, empezó a salir con una chica casi por semana. Como solía hacer antes de conocerla, vaya.

Pero en diciembre, poco antes de las vacaciones de Navidad había empezado a salir con Marlene Mckinnon, y a principios de febrero, casi dos meses después, aún seguían juntos. En verdad se sentía cómodo con ella; era una chica bonita, charlatana y de risa fácil, y había llegado a pensar que le gustaba de verdad.

Aunque más de una vez se había sorprendido a él mismo pensando en Irma cuando debería estar pensando en Marlene.

Paseando por Hogsmade con sus amigos y otros compañeros de clase, se preguntaba qué le habría parecido a Irma el regalo que le había enviado por Navidad, ya que aún no habían ido a verlos. Debido a que las gemelas cumplían años el once de diciembre, tras regalarles algo perfecto por su cumpleaños, encontrar un buen regalo para Navidad era complicado.

Sirius se exprimió el cerebro durante días, y finalmente le regaló a Roxane una caja con horquillas, gomas y cintas para el pelo (eso último con esperanza de que le devolviera la suya roja, aunque tras casi un año del robo, dudaba que lo hiciera) mientras que a Irma le regaló un libro de partituras para guitarra con canciones de ese grupo muggle tan chulo que les había mostrado Remus, con un vocalista de dientes grandes y un baterista que casi parecía mentira que no fuese una mujer.

Sin embargo, su regalo le habría gustado menos que el que le había hecho su novio, estaba seguro.
Irma se lo había presentado a él y al resto de Merodeadores un día que fue a Hogwarts de prácticas de envío acompañada por él en lugar de Roxane. Se llamaba Magnus May, y era un tipo alto y fuerte, de pelo castaño bien cortado, ojo derecho color miel y ojo izquierdo verde oscuro, con nariz recta y sonrisa amable.

Cualquier chica habría afirmado que May le hacía competencia a Sirius en encanto.

-¿Me estás escuchando, Sirius? -reclamó Marlene, caminando a su lado. Su amiga Lily aún se preguntaba cómo narices había aceptado salir con el arrogante de Sirius Black.

-Claro que sí, I... Marlene, sí, claro que te estoy escuchando -balbuceó, saliendo de su ensimismamiento.

Marlene, con el ceño fruncido, se paró en seco frente Honeydukes.

-Ibas a llamarme con otro nombre -señaló, mirando a Sirius con sus ojos de color miel.

-No iba a hacerlo -replicó él.

-¡Chicos, entramos a por chuches! -exclamó de pronto James, caminando con Will, Remus y Peter hacia la puerta de la tienda-. ¿Venís o no?

-¡Sí! -afirmó Sirius, dispuesto a seguir a sus amigos, pero Marlene lo agarró del brazo y le detuvo-. ¿Qué pasa?

-Últimamente estás un poco raro -dijo ella, cogiéndole las manos-. ¿En qué piensas?

«En si mi regalo fue lo suficientemente bueno para Irma, porque ella es preciosa, graciosa, valiente, increíble...»

Pero en seguida apartó eso de su mente; no podía soltarle todo aquello a Marlene; de hecho, ni siquiera debería estar pensando en Irma, porque él tenía una novia que también era genial. De modo que decidió hacerse un Will.

-En mis cosas -respondió-. Los entrenamientos de quidditch, los deberes de Pociones, y eso. Slughorn lo está poniendo difícil últimamente.

-¿No lo llevas bien? En la clase del jueves parecías entenderlo todo.

-Bueno, es que...

-¿Quieres dejarlo? -preguntó de pronto Marlene con voz queda-. Quiero decir... sé que no duras con una chica mucho tiempo. Y bueno, sabía que tarde o temprano podrías...

Magos, hadas y brujas [Lucy Weasley: Precuela] (PAUSADA)Where stories live. Discover now