7. Las decisiones

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Una semana más tarde los merodeadores recibieron una carta de las gemelas. Emocionadas, las dos hadas decían que habían sido nombradas mensajeras principales de Feirra, y que uno de sus destinos iba a ser el colegio de Hogwarts.

En cuanto terminó de leer la carta en alto, Will se puso en pie y dio un grito con los brazos alzados tan fuerte que el comedor al completo le miró como si tuviera una clase de problema.

De modo que Roxane e Irma comenzaron a frecuentar el colegio una o dos veces por semana. Cada vez iba una de ellas, pero con el tiempo se hartaron. Así que empezaron a visitar Hogwarts las dos juntas los fines de semana, llevando a Dumbledore informes y cartas de la Orden del Fénix. Eso sí, aquello muy poca gente lo sabía, pues era algo confidencial.

-La verdad es que madre no nos deja venir a las dos a la vez -había confesado Irma en una ocasión-. Pero padre sí que nos ha dado permiso a escondidas.

Como James había prometido, enseñó a las dos hadas a montar en escoba. Ambas volaban en condiciones, pero a Irma se le daba mucho mejor, y cada vez parecía gustarle más, de manera que Sirius y ella solían echar carreras, y James los retaba a todos para ver quién encontraba la snitch dorada primero.

-¡Eh, eso es trampa! -protestó James cuando vio a las gemelas montando la misma escoba.

-Claro que no -replicó Roxane, sentada detrás de su hermana.

-Claro que sí -dijo Will.

-Irma conduce y yo busco. Es trabajo coordinado; hacen falta años de experiencia.

-Vosotras lleváis toda la vida juntas -repuso Sirius.

-Lo que tú digas, Canuto, ¡pero se te escapa la pelota! -rió Irma, quien echó a volar directa hacia el suelo.

James, Will y Sirius fueron tras ellas lo más rápido que pudieron, pero era tarde; cuando llegaron al suelo estuvieron a punto de chocar, porque las chicas ya habían atrapado la snitch.

-¿Cómo pueden ser tan buenas si sólo llevan un mes montando? -se preguntó James a la hora de la cena, cuando Irma y Roxane se marcharon de vuelta a Feirra.

-Tal vez esas dos tengan la mente vinculada -sugirió Peter.

-Puede -dijo Sirius-. Supongo que son cosas de gemelos, ¿no crees, Comadreja?

Pero Will no estaba escuchando. Siempre que veía a las dos hadas aproximarse por el cielo era el primero en salir corriendo a recibirlas, y cuando se iban, su mente se quedaba en blanco.

-Will, ¿estás escuchando? -preguntó Remus-. ¿Está acaso tu mente aquí presente?

El hombre lobo tuvo que sacudirle el brazo para que regresara a la realidad. Will movió la cabeza y se frotó los ojos.

-¿Qué te pasa? -le dijo James.

-¿A mí? -preguntó el pelirrojo-. Nada.

-Yo no estaría tan seguro -replicó el azabache-. ¿En qué pensabas?

-Pues... en nada. En mis cosas.

"En mis cosas» significaba «en Roxane,» pero eso no lo admitiría delante de sus amigos. Si no, se pondrían pesados, y empezarían a hacer preguntas para las que ni siquiera él tenía respuestas aún.

Qué vergüenza.

-Will está un poco raro -le comentó Sirius a James durante la siguiente visita de las gemelas.

-Es que le gusta Roxane -dijo su amigo, ajustándose las gafas-. Pero no parece dispuesto a aceptarlo.

-Me pregunto cómo ha podido enamorarse de una chica que da tanto miedo. A ver, que yo quiero mucho a Roxie, pero Merlín acompañe a aquel que salga con ella.

Magos, hadas y brujas [Lucy Weasley: Precuela] (PAUSADA)Where stories live. Discover now