19. Katniss Everdeen

1.1K 121 2
                                    

No se cuanto tiempo me quedo tirada frente a la puerta de Peeta pero cuando me levanto me duele el cuerpo debido a la mala posición en que me encontraba, decido que Peeta no me va a abrir así que me voy a dar un baño para intentar relajarme y poder pensar. 

La idea resulta pésima pues en su lugar terminó llorando aún más mientras maldigo mi bocota por no haber podido callar los sentimientos de Peeta. Lo que me regresa brevemente a la realidad es el sonido de una puerta, y esperanzada salgo del baño y me asomo por una rendija en la puerta de mi habitación. Para mi desilusión solo es Katniss regresando a su habitación. 

Me tiro en mi cama sin siquiera ponerme ropa y me dedico a intentar calmarme, al final de lo que parece una eternidad lo logró y me visto con ropa calentita y cómoda.  Salgo de la habitación y voy en búsqueda de algunos avox. 

—¿Me podrías dar dos tazas de chocolate caliente? —le digo a un avox cuando lo encuentro. El asiente y un par de minutos más tarde ya me tiene una bandejita con dos tazas enormes del líquido pedido. 

Con la charola en mano me dirigo a la habitación continua a la mia, donde toco un poco la puerta, consiguiendo una respuesta inmediata. 

—No quiero hablar contigo Haymitch! —dice la voz de Katniss. 

— Yo tampoco quiero hablar con Haymitch, soy yo, Fei. Abreme por favor antes de que me queme las manos — contestó. 

Imagino que duda entre si abrir o no pero cuando lo hace saca su cabeza de la puerta y ve con mirada recelosa. Por alguna razón me da risa, pero me causa inquietud cuando veo que sus ojos se ven ligeramente rojos. 

— ¿Puedo pasar? Traigo chocolate—digo mostrándole las dos tazas. 

 De nuevo ella parece dudar pero al final me deja entrar solo para casi enseguida volver a cerrar con seguro, por un momento me aterra que intente me hacer algo pero descarto la idea enseguida ¿ella no atacaría a alguien de casa o si?

—¿Vienes a gritarme por lo de Peeta? — pregunta ella con un tono más bien dolido.  

— En realidad no, de hecho es todo lo contrario —contestó con sinceridad —Pero ¿que tal si tomamos esto? Debe estar delicioso. 

Acto seguido le tiendo la taza de chocolate que es tan grande como para ser comparado con un bowl, yo me siento en la enorme cama, y doy palmadas a mi costado para que ella haga lo mismo, parece dudar un poco pero al final lo hace. Ambas damos un par de sorbos a la bebida antes de hablar. 

—El chocolate caliente siempre me calma, pensé que te ayudaría un poco, no debe ser sencillo para ti todo lo que ocurre —digo viendo a sus ojos grises, los cuales están ligeramente rojos debido a las posibles lágrimas.

— Si no vienes a gritarme entonces a qué vienes, dudo que yo te caiga bien — dice ella apartando su mirada. 

— No me desagradas, eres una chica muy fuerte y valiente. Y en realidad vine a agradecerte — 

Mis palabras parecen sorprenderla pues se me queda viendo con la duda en todo su rostro, no puedo evitar sonreír ante la escena, pues ella parece ser demasiado inocente y despistada en lo que respecta a las personas. Es entonces que me doy cuenta que es la primera vez que intento hablar con ella sin toda la presión de los juegos de pormedio. 

— Gracias Katniss, enserio gracias. Hiciste algo que yo no podría haber hecho nunca— suelto sin más. 

—¿A qué te refieres?— pregunta ella sin entender muy bien lo que digo. 

— Salvar a Peeta. Gracias por sacarlo de esa arena. —le digo con una sonrisa sin poder evitar que un par de lágrimas salgan de mis ojos. 

—Lo herí demasiado, no creía que él estuviera diciendo la verdad —explica ella con voz queda y casi apagada. 

Mentores y TributosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora