—Hey, Chase... ¿Irás solo a la fiesta? —preguntó deteniéndome, giré a verla y asentí sonriendo.

—Sí, no conozco a muchos por aquí, planeaba llegar a la fiesta y hacer amigos. —Eso la hizo reír.

—Si quieres puedes venir con nosotros, traje a mi mejor amiga y algunos del equipo y tenemos espacio en el auto...

—¡Me encantaría! —fue lo único que dije, entonces avisó que debía volver al trabajo, pero que nos encontraríamos al final.

Cuando la presentación finalmente terminó, anunciaron que la fiesta sería en casa de los Cooper. Su hijo, Mason la estaba organizando. Mason Cooper era conocido por sus grandes fiestas, y no iba a ser distinto si se trataba del nuevo perfume de la empresa de su padre.

Valentina cumplió lo que prometió y me esperaba en la puerta junto a algunas personas. Podía reconocer su cabello morado desde lejos.

—Chase, este es el equipo Cooper, equipo Cooper, él es Chase. Trabaja como asistente personal de Julien Garnier. —Nos saludamos y mientras nos dirigíamos al auto, conversamos un poco sobre nuestros trabajos. Resultaba divertido intercambiar palabras con personas que trabajaban en temas parecidos. Podíamos quejarnos a gusto.

—Julien es igual a como lo ven en cámaras, creo que he tenido suerte de trabajar con él. No se hace problema por nada, se adapta fácil y siempre intenta buscar soluciones...

—Se nota que tiene los pies sobre la tierra, soy su fan —comentó uno de ellos y sonreí orgulloso. Nick era mi mejor amigo y me alegraba que la gente tuviese tan buen concepto de él, porque se lo merecía.

—Y ustedes, ¿cómo se conocieron? —preguntó uno de ellos refiriéndose a mí y a Valentina, pero como ella estaba manejando, me tomé la licencia de contestar.

—Nos conocimos en una fiesta de Brooklyn Houston hace unos meses... Julien estaba ocupado conversando con Quinn y Valentina me salvó de la soledad —bromeé haciendo reír a todos por la forma en la que lo dije.

—De hecho, tú a mí también. Cooper papá fue a la fiesta para conversar con Andrew y yo solo fui por si necesitaba algo de su agenda. —Valentina suspiró. Sabía que estaba un poco cansada de su jefe, pero igual seguía trabajando con ellos—. En fin... Ya estamos llegando —anunció deteniendo el auto en la zona de aparcar.

El sitio era inmenso, la palabra «casa» le quedaba corta, pensé en Nick y los comentarios que haría al verla, me reí, pero tuve que detenerme al notar que me estaban mirando.

En cuanto vieron a Valentina, nos dejaron entrar de inmediato. Ese era el poder que aspiraba tener algún día.

Desde ese momento, el equipo Cooper pasaba a ser parte de la fiesta y ya no estaban trabajando, así que llegamos a divertirnos. Buscamos un lugar en donde ubicarnos y ofrecí ir por las bebidas, fue fácil porque casi todos pidieron cervezas.

La noche iba transcurriendo y cada vez se notaba como los tragos hacían efecto en algunos, yo no había tomado mucho, así que solo los observaba divertido.

—¡Vamos a bailar! —chilló mi amiga tomándome del brazo, accedí sin replicar y nos movimos hacia el centro, una canción que podía reconocer había empezado y parecía ser una que le gustaba mucho, porque pegó el grito de su vida para luego cantarla a la perfección. —¡¡Mi canción!!

Eso lo confirmó.

La chica de cabellos morados bailaba bien, se movía al ritmo de la música sin ningún tipo de timidez y yo la seguí porque irradiaba una energía única.

Algunas canciones después, comenté que iría por algo de tomar, ella se quedó bailando con sus amigos. Caminé hacia la barra en dirección de donde estaba el barman para pedir una botella con agua.

Luces, música y acciónDove le storie prendono vita. Scoprilo ora