Cincuenta y tres

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Desperté, estaba en el hospital y en la televisión se oía mi nombre en las noticias del día

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Desperté, estaba en el hospital y en la televisión se oía mi nombre en las noticias del día. Me dolía la cabeza, aún veía borroso y no había nadie a mi lado. Suspiré.

Lo de siempre.

«Julien Garnier sufrió una descompensación. Todo apunta que su última adicción al alcohol podría ser la culpable de todo esto, sus fans esperan en la puerta del hospital por una respuesta. Aquí declaraciones de algunos de ellos...».

Tenía que ser una broma.

—Hey —una voz conocida me llamó. Giré a verla sorprendido.

—¿Qué haces aquí?

—Yo ya venía de camino hacia acá y pasó lo que pasó —comentó Bianca mirándome con una ceja alzada. —No voy a preguntar qué pasó, al menos no ahora, creo que no es necesario que recuerdes estas cosas estando aquí.

Ella suspiró, se acercó, y depositó un suave beso en mi frente.

Se agachó para estar a mi altura, y apoyó los brazos sobre el colchón de mi camilla, por lo tanto, solo podía ver su rostro apoyado sobre sus manos.

—Gracias —dije, no tenía ganas de hablar de lo que había sucedido, de verdad agradecía que me diera un espacio para poder procesarlo. —Debes ser la única persona que no me odia en este momento.

—No creo que te odien —acomodó mi cabello un poco, ladeó el labio. —Hook Records va a hacer un anuncio en un momento, por lo que me dijeron, van a pedir las disculpas del caso y explicarán la situación. —Yo solo asentí, sin decir mucho más. —Por cierto, vine con alguien que me ha estado ayudando con el caso.

—Bianca, si alguien más se entera... —susurré y ella negó con la cabeza.

—Créeme que es la persona que más nos puede ayudar con esto —comentó, se puso de pie y caminó hacia la puerta para llamar a alguien, fue entonces que Bee apareció de forma tímida en la habitación.

Le sonreí de lado y ella sonrió también.

—Bee —musité.

—Hola, Nick —respondió acercándose junto a Bianca, me abrazó, no duró mucho, pero fue como un pequeño alivio en medio de todo lo que estaba sucediendo.

¿Cómo se conocían ellas dos?

—Te preguntarás cómo nos conocemos —comentó Bianca, sacándome de mis pensamientos. Yo la miré—. Recordé que me contaste que era sobrina de Andrew, y supe que podría ayudarnos.

—Puedo ayudar en lo que sea —añadió Bee—. Andrew tiene que pagar todo lo que está haciendo. Además, hace poco me enteré que la empresa de mi padre no quebró por una mala administración como me dijo siempre. Andrew metió las dos manos ahí, además sé que lo tiene amenazado con hacernos daño a mí, mamá, y a mi abuelo. Mi abuelo se escapó de la casa de reposo a la que Andrew lo hospedó sin preguntar, allá lo trataban mal, así que huyó. Mi papá lo confesó hace un tiempo cuando me pidió perdón por lo que pasó con mi hermano. —Bianca nos miró confundida, pero Bee lo notó y se lo aclaró. —Eso no lo te lo dije, tengo un hermano, algunos años menor. Mi papá lo tuvo en medio de una separación con mamá, luego volvieron a estar juntos, pero Max nació y papá no me lo contó. Mamá sí sabía, pero yo no.

Luces, música y acciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora