-Quizás algunos soldados morirán... y nadie asegura que volveré a casa. Pero quiero que sepas... que mi hijo tambien sepa...

-Roman- sonreí- tranquilo, eres fuerte, tú volverás. Por favor no me hagas pensar lo peor, y yo se que volverás.

Mas tarde Román  bajo al sótano  a revisar que tal estaba todo, mientras yo jugaba un poco con Connor para tratar de olvidar un poco lo horrible de la situación.

[...]

Tres días después de que le declaráramos la guerra a Japón, Alemania nos declaró oficialmente la guerra.  Entramos de lleno en la Segunda Gran Guerra.

Roman iba de aquí para allá, hablaba con sus superiores, trazaba y planeaba. Incluso en ocaciones  tenia reuniones que duraban horas, en su oficina aqui en casa.

Ademas habían días en los que no nos veíamos, me daba miedo pensar que ya se había ido y ni cuenta me había dicho.

Toco la puerta de la casa, y me abre la puerta esa mujer que antes era tan alegre y radiante como un amanecer, sin embargo ahora carga con una amarga sonrisa y ojos tristes.

-Mamá, disculpa que te moleste pero ¿Puedes cuidar de Connor? Lorraine renunció hace dos semanas, y necesito hacer unas compras, ademas Connor no se esta sintiendo bien esta algo enfermo.

-Oh, pues claro hija - sonrió- no hay ningun problema  y será lindo estar con mi nietecito, tu padre se pondra feliz de ver a connor y consentirlo- sonrió tomándolo en sus brazos.

-Gracias.

Tomé mi bolso y salí de la que antes fue mi casa.

[...]

A ver, tengo manzanas, papas, frijoles, unos tomate.

-Buenos días, señorita- me saludó el vendedor.

-Hola- lo saludé.

- Llevara solo eso señora

- Si claro

- Entonces serian 1 con 20 centavos

Estaba cargando mis bolsas cuando escuche que me llamaron.

-Grecia. Me volteé.

-John

- ¿Qué te trae por acá?

-Estoy haciendo un mandado de mi madre...-murmuró- ¿Y tú?

-Pues... estoy haciendo lo que una madre y esposa hace. Ademas me faltaban algunas cosas en casa y las estaba comprando

Hizo un mueca en su rostro, mas sin embargo no borro su sonrisa.

-Te acompaño, una mujer no debería cargar tantas bolsas...

Sonreí. Subio las cosas a su auto, aun cuando le dije que podia regresar sola a casa.

[...]

-  y ¿Crees que te enviarán a combatir? Ya sabes...

-Si- asintió- ya enviaron a miles... es cosa de tiempo para que me envíen ahí.

Apreté los labios.

-Pero volveré... creo que la suerte está de mi lado.

-¿Ah si?

-Si... bueno, a excepción de que la mujer que amo está casada con mi compañero...

Senti como se formaba un pequeño nudo en mi garganta.

-John- me lamenté.

-Pero está bien- asintió- ya tienes tu familia... ya no es lo mismo.

-Si no te hubieses ido a Pearl Harbor quizá...

-¿Qué? Siempre me dejaste en claro que no dejarías a Roman.

-Jamás me dijiste que lo dejara. Frunció su ceño.

-Si lo hice. - Luego de eso, ambos nos mantuvimos en una corto silencio.

Estacionó su auto en un lugar solitario, ni siquiera se veían casas. Sólo árboles y un camino de tierra.

-Déjalo, escápate, vayámonos lejos, Suecia, Suiza... o latinoamérica. Cualquier país en el que no nos encuentren.

-John, estamos en plena guerra, nos encontrarán. Y que pensaran nuestros padres cuando lo sepan, ademas recuerda que no soy yo sola.

-Tus padres están preocupados de otras cosas, Grecia.

-Buscarán al capitán que les falta y  cuando nos encuentren, y además juntos, nos matarán. Además, no puedo abandonar a Connor.

-No lo harás, él vendrá con nosotros... no me importa criarlo como un hijo... Seremos una familia, Grecia.

-John...

Tomó mi cara entre sus manos y me besó. No pude alejarlo, y tampoco quería. Sentí mariposas en el estómago, como todo mi cuerpo entro repentinamente en un estado de calma... iY sólo con un beso!

Me atrajo más hacia él. Por un momento, me permití creer en que escapar juntos era una buena idea, que si nos fuéramos lejos, seriamos felices con nuestro amor. Pero al final eso solo son  sueños de jóvenes enamorados

-John...- lo alejé- no... sólo... sólo llévame a casa.

-Grecia...

-Llévame a casa, John, si Roman se entera me matará. Mejor dicho nos matará.

Narra Roman:

- Necesitamos un subcabecillas  para una pequeña tropa, alguien que pueda guiar a unos pocos soldados en este frente en caso de que ocurra alguna emergencia.

- Román, crees  alguien de tu division o la de tu padre pueda estar a cargo.

-Si, tengo a alguien en mente, su nombre es John- murmuré- si el posee buen sentido de orientacion que puede ser de ayuda en momentos de crisis.

- Estas seguro de que el podrá  con eso

- Claro que si, puede que sea un hijo de puta, pero dirige bien a su tropa-asentí.

Mi padre me miró..

-Necesitamos más gente...

-No hay más- murmuró el General Gurdon.

-Entonces debemos comenzar a reclutar gente... ofrecer beneficios por enlistarse.

- Señor, es cierto que ya tenemos a ese tal John para que tome el mando en caso de emergencia pero  aun no, nos a dicho quien sera el lider titular de la tropa.

- Es cierto- menciono el estratega- estaba pensándo en mandar a Charle Briger, pero escuche que recibió un disparo en su pierna izquierda y esta fuera de servicio. Asi que comandante quien usted cree que pueda ocupar el puesto.

El hombre mencionado, nos miro a todos en sala como buscando a quien darle esta tarea. Buscando a quien entregarle la guía y el cuidado de miles de soldados en batalla.

-Vas tú, Vokanosh- murmuró el Comandante en Jefe, me sorprendí, mi padre me miró fijamente- asi que arregla tus cosas... y haz el amor con tu mujer, mañana te vas.

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FELIZ JUEVES !!!!

1939Where stories live. Discover now