capitulo 3

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Narra Grecia:

Román me exigió que me pusiera un vestido amarillo, muy elegante por cierto, me llega hasta abajo de las rodillas.

Mi madre me regaló unos elegantes guantes blancos para la ocasión, según ella, lo usan la gente sofisticada, ella siempre los usa para cualquier reunión importante de papá.

-Los compañeros de Román se morirán de envidia porque él tiene a una mujer como tú.

Intenté no fulminarla con la mirada.

-Señorita Grecia, el teniente Vokanosh ya está abajo- aviso una de las sirvientas.

-Muchas gracias- le sonreí. Arreglé mi cabello y salí de mi habitación.

-Recuerda, siempre una gran sonrisa, y el mentón en alto -dijo mi madre  como si estuviera orgullosa.

Bajé las escaleras, Román me esperó ahí, con una sonrisa.

-Vaya, así que eras bonita- lo fulminé con la mirada-te ves muy bien.

-Vale.

Alce una ceja.

-A mi no me hablas así, niña...

-Sólo vamos, ¿Si?

[...]

-Vokanosh, que gusto verte -un hombre mayor le dio la mano.

-Ella es mi prometida, Grecia.

-¿Grecia...? Te me haces conocida.

-Es hija de Belair.

-0h, así que te permitió casarte con su hija.

-Así es... luego de mucho mérito, al fin me casaré con mi vida- acarició levemente mi cintura, un escalofrío recorrió mi espina dorsal.

-Quiero escuchar esa historia, de cómo lo conseguiste... pero será en otro momento, debo hacer algunas cosas.

-Adelante& asintió Román con una sonrisa.

-¿Román? ¿Román Vokanosh?

Román se giró, enseguida me soltó.

Sonrió.

-Que gusto verte.

-Veo que no has cambiado nada.

La chica acarició su gran panza, ¿Acaso tiene octillizos metidos ahí?

-¿Cómo has estado? -Román se mantuvo levemente alejado, conteniendo su emoción.

-Como me ves... embarazada. -Román río incómodo.

-Que bien, tu esposo debe estar encantado...

-Si supieras -ella le sonrió y me miró.

-Oh, ella es Grecia, mi prometida.

-¿Grecia? Que bonito nombre- sonrió- ¿Cómo lo soportas? -Suspiré y me encogí de hombros.

-Lo amo, eso es todo -sonreí.

-Les deseo lo mejor, y espero la invitación a la boda...-sonrió con entusiasmo- espero para entonces haber tenido a este pequeño.

-Es en 3 semanas -sonreí -me gustaría verte ahí, y apuesto a que a él también le gustará verte -acaricié la barbilla de Román.

-Claro sonrió se ven muy bien, chicos... felicidades. -Caminó hacia no sé dónde.

Román me miró de reojo.

-¿Piensas invitar a tu ex a nuestra boda?

Se sorprendió.

-No es mi ex.

-Ajá te pusiste muy nervioso.

-Es sólo una amiga.

-0h, entonces ella te rechazó... déjame adivinar, se casó con tu primo... tu hermano -arrugó la nariz- oh, es cierto.

-Con un amigo, ¿Vale?- Estallé en risas. Me fulminó con la mirada.

-Suficiente -gruñó -no me hagas...

-Oficialmente no puedes hacerme nada, mi papá te asesinaría.

-Me quedan 3 semanas, luego tendrás que acatar órdenes.

Lamentablemente, acatar órdenes es lo mejor que saben hacer las mujeres ahora.

Si te revelas tienes dos opciones:

*Tu esposo raramente lo acepta y entiende: 10% de probabilidad (Incluso menos)

*Mueres: 90% de probabilidad.

-Te he estado buscando por todo el puto terreno, hijo de...-el tipo me miró -discúlpame.

Se puso una mano en el pecho. Le sonreí levemente.

-Ella es Grecia.

-¿Grecia... Grecia? ¿Tu prometida?

-Así es -asintió.

-Soy Samuel -sé presentó.

-Un gusto- le sonreí y estrechamos manos.

-Ya, no me la mires tanto- murmuró Román.

Samuel río.

-Lo siento, estoy aturdido.

Yo estoy aturdida viendo a tantos uniformados y tantas armas.

Es decir, mi padre es militar, pero jamás en la casa ha rondado un arma.

-Cariño, iré a buscar algo para beber- sonreí.

El soltó mi mano y asintió.

Caminé y me sentí levemente relajada. Me serví un poco de ponche.

Un poco se derramó en mi guante.
-Demonios -susurré.

-0h, no deberías decir eso... será un rosario más el domingo en la iglesia- bromeó alguien a mi lado, lo miré y reí.

-Disculpa -murmuré- era nuevo.

-Oh, que lo lamento-hizo una mueca, tomó mi mano y miró el guante-- tranquila, saldrá la mancha.

Le sonreí.

-¿Hija de quién eres?- Miro, esperando que estuviera aquí por mi padre y no por "mi pareja".

-Mi padre es Jerry Belair.

Alzó las cejas.

-0h-se paró un poco más derecho -Belair...

-Pero estoy aquí con Vokanoshlo -apunté levemente.

-¿Vokanosh? Discúlpame, pero, ¿Qué hace una chica tan bonita con ese idiota?

Suspiré.
-Es mi prometido.

-¿Tu prometido? -Alzó las cejas.

-Así es -asenti.

El apretó los labios.

-Lástima que alguien me ganó- tomó mi mano.

Me sonrojé.

-John- sentí la fuerte voz de Román, enseguida aparté la mano de el tipo.

-Román- asintió el tipo frente a mi, me dio una última mirada e intenté no seguir sonrojándome. Se volteó y se fue.

Román me lanzó una mirada de advertencia.

-Me estás hartando, Grecia.

-Que bien, no te cases conmigo.

Alzó las cejas y río.

-Eso no va a pasar, serás mi esposa y tendrás contento a tu padre... y al mío, ¿Entendiste?

Rodé los ojos.

Tomó con fuerza mi brazo y susurró a mi oído.

-Te acabo de preguntar si entendiste- gruñó.

-Si, Román.

Me solté de su agarre, iba a dar un sorbo al ponche, pero él me lo quitó.

-Suficiente, nos vamos.

1939Where stories live. Discover now