La chica del pelo escarlata

Carla & Conway

Una vez Jack Conway salió de servicio, decidió cambiarse de ropa e ir con una máscara para que nadie le reconociese y llevar a su hija a su hogar, al lugar donde había crecido. 

Nada más montarse en el coche, Conway miró a su hija y esbozó una sonrisa pensando que ella seguía viva que era todo lo que le quedaba...todo. Carla lo único que hacia era mirar la ciudad y observar las calles donde había crecido, era algo bello pero a la vez triste ya que su pasado se basaba con toda su familia, hermanos y padres...y ellos ya no estaban. 

Nada más llegar a su apartamento y cerrar la puerta del rellano, Carla fue corriendo a abrazar a su padre y decirle que le echaba de menos. Conway, ante tal acción y llevar tiempo sin abrazar a su hija, la respondió el abrazo sin decir ni una palabra.

Se sentaron juntos y Carla contó su experiencia en Italia, concretamente en Florencia. Pasaron horas en los que Conway lo único que hacia era mirar embobado como su hija volvía a casa, sana y salva. 

- Allí conocí a mucha gente y aprendí a hablar italiano de manera fluida, mira, por ejemplo, cuando iba a una pizzería decía "Vorrei una pizza con prosciutto e formaggio" (quiero una pizza de jamón y queso) - dijo ella.

Conway la sonrió y se dio cuenta de que a pesar de que su hija no había perdido esa inocencia y dulzura que siempre había tenido, la notó más madura.

Tras varias horas, en el momento de la cena, Conway la pidió que mañana se dedicase a moverse por la ciudad como una persona nueva más y que en el momento de querer trabajar en el CNP, debería hacer como Fred y Dan (esconder su rostro).

Poco después, Carla se metió en su cuarto. Su padre no había cambiado absolutamente nada de él: era un cuarto azul con una pared llena de imágenes de cuando eran pequeños Daniel, Mati y ella. En algunas imágenes salían Julia y Conway también. Había dibujos que ella realizaba sobre su familia. También había juguetes con los que jugaba cuando ella era pequeña. Cuando sostenía ese unicornio que sus hermanos la escondían constantemente, se paró frente al espejo y elevó su mirada para mirarse...y no puedo evitar soltar una lágrima.

-Juro que os vengaré...lo juro por mi vida- dijo mientras esa lágrima caía por su rostro.