Lo que hacemos en las sombras.

Competencia.

Cuando Aragorn propuso a sus amigos ir a caminar para distraerse, la mayoría creyó que era principalmente porque había pasado ya un buen rato desde que salieron juntos, sin embargo, Legolas estaba completamente seguro de que no era más que una excusa para escapar de sus deberes como nuevo rey de Gondor, esto era muy evidente porque, aún siendo él su pareja, apenas lo había visto desde que tomó ese cargo. 

– ¡Los extrañaba tanto!– Gritó Pippin, que viajaba sobre los hombros de Boromir. 

– No es necesario alzar la voz.- Se quejó Faramir.– Estamos justo a tu lado.

– Vamos Far, no seas así. Los pequeños están emocionados.– Eowyn llevaba a Merry de la mano como si éste fuera un niño, Faramir suspiró desviando la mirada porque la sonrisa del hobbit le recordaba que sólo tenían la altura de uno. 

– Los pequeños no son realmente tan pequeños. Solo quisiera recordarlo.– Legolas soltó con una risa mientras caminaba tomado de la mano con Aragorn. 

– Y yo quisiera aclarar con todo respeto su majestad, que de los aquí presentes eres el más grande.– Frodo se encogió de hombros y Aragorn soltó una carcajada. 

– Mejor cambiemos nuevamente a lo que aparentan. El más grande es Gimli.

– ¿Disculpa orejas de punta?– Gimli frunció el ceño y se aceleró a picar el estómago de Legolas, quien en respuesta solo se adelantó unos pasos sonriente. 

– ¿Y si cambiamos a la altura?– Propuso Arwen caminando al lado de Faramir. – En ese caso nos gana Aragorn. 

– No no, en ese caso nos gana Boromir.– Respondió enseguida al echar una mirada al mencionado, quien gustoso  enderezó la espalda. 

– El rey tiene razón, soy el más alto de todos aquí. 

– Pero si hablamos de grandeza en pensamiento, es obvio que el rey sería yo.– Pippin se echó el cabello hacia atrás sonriendo. 

– Eso si hablamos de personas imprudentes...– Susurró Sam. 

– Para personas imprudentes definitivamente gana Aragorn.– Sentenció Arwen. 

– ¿Cómo gané esa reputación? Soy una persona serena y tranquila. 

– Oh, soy Aragorn el futuro rey de Gondor, iré contra ese montón de orcos yo solo sin avisar a mis compañeros que ya nos alcanzaron.– Imitó Legolas ignorando la mirada de reproche en el rostro de su novio. – En plena guerra seré el primero en correr con sólo una espada y sin saber si mi acorralado pequeño ejercito va a seguirme.

– ¡Oh vamos! Estaba emocionado.– Renegó Aragorn cuando escuchó reír al resto. – Además no fui el único que fue contra un montón de orcos solo. Les recuedo que Boromir también lo hizo. 

– Si, para salvar a Pippin y Merry. Además yo toqué mi cuerno enseguida, que tardaran en venir no fue culpa mía. 

– Muy bien en esa ocasión acepto la responsabilidad, pero cuando estábamos acorralados yo sabía que ustedes me seguirían, así que no fui realmente imprudente. 

– Aclaremos solamente que nadie más que nosotros conocía a Frodo.– Dijo Gimli.

– ¿Yo qué?– Frodo se giró confundido. 

– Fuiste buena inspiración, gracias.– Aragorn le dio palmadas en el hombro sonriendo y tomó la delantera seguido por Legolas. Pese a la insistencia de Frodo al resto durante el viaje, nadie le dijo en qué figuraba él dentro de la imprudencia del rey, así que junto a Sam conservaron la duda.