☪The one

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Decirles q ptopad m borró un capítulo y no recuerdo nada lo que había escrito.

“En otra vida haría que te quedaras,
así no tendría que decir que eres el único que se fué”

Todo iba bien para JiMin. De una manera hasta casi perfecta.

Desde que se había mudado nuevamente con Jeongguk todo había mejorado aunque a veces no quería admitirlo.

Por fín podían tener una convivencia sana, como la de antes. Obviamente JiMin había puesto varios puntos el primer día que fué y había hecho algunas aclaraciones. Haciéndole saber al menor que no iban a poder tener nuevamente una relación romántica.

Si bien lo había perdonado, sabía que ambos no funcionaban de otra forma que no sea siendo amigos. Cuando eran  pareja Jimin terminaba siendo muy dependiente, prácticamente sumiso, y Jeongguk tarde o temprano dominaba la relación a su antojo.

Pero Park ya no creía en las falsas lunas de miel que el contrario le regalaba después del perdón.

Por lo que hablaron sin rodeos, estando de acuerdo con el tema.

JungKook solo quería que el rubio estuviera a su lado, no importaba el resto.

Y así pasaron las semanas de una manera tranquila. Ambos pudieron recuperar su amistad sin problemas y comenzaron a llevarse mejor, olvidando por un momento todo lo malo que había pasado.

Salían juntos a divertirse. A caminar por el parque, ir al cine o simplemente quedarse en casa a ver la televisión y ordenar pizza. Podían pasar horas hablando de lo primero que se les cruzara a la cabeza y ya no era incómodo. Disfrutaban de la compañia del contrario.

El pelinegro había estado más tranquilo desde que el rubio llegó. Ya casi nunca salía a menos que no sea con sus amigos o con JiMin y se dedicaba mucho a sus estudios y el trabajo.

Aunque Park lo notaba no quería fijarse mucho en esas cosas porque sabía que su mente era una red de pensamientos engañosos que podrían ilusionarlo solo. Ya no quería volver a eso, así que dejaba que las cosas pasaran.

—¿Cuántas veces vamos a ver las películas de los vengadores?—cuestiona el rubio rodando los ojos. JungKook frunce el ceño y con su pie le golpea en la mejilla, por lo que el mayor hace una mueca de asco y le mueve la pierna.

El pelinegro se carcajea.

Jeongguk estaba recostado en el sofá y JiMin estaba sentado, con los pies del menor apoyados en sus muslos.

—No seas infantil, Koo—se queja haciendo un puchero. El menor se sienta cruzando sus piernas y apoya su cabeza en el hombro del mayor.

—Perdón, hyung—dice riendo bajito—. Te ves lindo cuando te enojas.

—No digas tonterías—susurra, algo sonrojado. Su celular suena así que lo atiende rápidamente, teniendo que levantarse un momento.

El más alto lo mira y suelta un suspiro, sintiéndose avergonzado.

—¿Estás allá? Bueno, esperame, iré por tí—JiMin cuelga y va hacia su cuarto a buscar un abrigo—.  Perdón Koo, tengo que irme. ¡Dejamos las películas para después!.

Lo jodiste;;JiKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora