26. Todas las eternidades de mi vida

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―Como si pudiera olvidarlo ―parece alterado, nervioso, apretando su abdomen. Aunque es alto, ahora luce pequeño, encogido en sí mismo, empequeñecido por complejos que pesan sobre sus hombros y brazos, tristezas y decepciones que doblan su columna y lo disminuyen.

―Somos lobos ―repetí suave―, y los lobos nos emparejamos de por vida ―le sonreí―, nadie dijo que esa pareja tiene que ser tu imprimación, yo nunca estuve enamorado de ti; encantado tal vez, pero no alcancé a enamorarme y ahora ya no puedo hacerlo. Y tú nunca podrías haberte enamorado de mí porque elegiste tu pareja mucho antes de conocerme ―me pongo erguido, recto; hoy y ahora me siento inmenso. Hoy, ahora y hacia la eternidad―. Soy un lobo y amo a Jun, lo amaré por el resto de mi vida.

―Pero yo soy tu... ―duda, su inseguridad es palpable.

―Sí, tú eres mi destino, pero no eres el amor de mi vida.

Jun es el amor de mi vida.

―Estás equivocado ―susurra, no se da cuenta de que no lo estoy, que estoy seguro, que me apostaría el aliento en ello―, Adhara, ella también es lobo y se enamoró de mí pero aun así no estoy seguro de que ahora me quiera, la he hecho esperar y doler ¿cómo podría seguir queriéndome?

―Tú hablas con tu hermano cada sábado y Adhara llama a Ignis cada domingo desde que estás aquí, para saber si tú estás bien, jamás ha fallado. Cada domingo, cada semana, ella llama por ti ―sus manos descansan, dejan de apretar su abdomen como si se levantara un peso y me mira con algo que quiere ser esperanza pero tiene miedo de formarse.

―¿Cómo lo sabes?

―Le pregunté a Len antes de venir, cuando me di cuenta de que estábamos equivocados, Ignis no te ha dicho porque ella le pidió guardar el secreto, mi hermana me lo confió y no es que lo necesitara pero quise confirmarlo ¿no lo ves, Mars? Ella te ama, quería que tú estuvieras seguro de su cariño, pero te ama y siempre va a amarte, así como yo siempre voy a amar a Jun y tú siempre vas a amarla a ella ―esta era la verdad y lo demás era algo que habíamos estado forzando y torciendo―. Lo que pasa es que como sabemos de destino e imprimaciones normalmente nos guardamos los sentimientos para cuando esta persona llega, es lo que casi todos los lobos hacen. Pero tú fuiste distinto, la amaste a ella, la elegiste y lo agradezco, porque aunque no lo entendí entonces y me dolió tanto, eso me dio la libertad de amar a Jun, de enamorarme de él. Todo lo que dolió y tuve que sanar me sirvió para crecer, para entenderme, y tal vez haya sido el precio a pagar por desafiar al destino y encontrar a alguien tan increíble, no lo sé. Pero sí sé que los lobos que no encuentran a su destino de verdad se enamoran luego de sus parejas y jamás verás a un lobo cambiar a quien han elegido para pasar el resto de su vida, no ocurre ―negué con la cabeza―. Estábamos intentando hacer funcionar un destino roto ―apreté los labios―. Este también se equivoca.

―¿De verdad lo crees? ―lo puedo sentir, su corazón calmándose, su cuerpo relajándose ante el alivio que yo también experimenté al darme cuenta. El dolor está pasando. Me acerqué y puse las manos sobre sus hombros, ya no me molesta tocarlo.

―¿Siquiera sientes deseos de besarme, Mars? ―acercó su rostro al mío, si quería intentarlo para comprobar, le dejaría tener mi boca solo una vez. Pero sus labios se desviaron y besó mi mejilla.

―No, no puedo ―le sonreí, me sentía tan... libre, mi cuerpo ya no era pesado. Me mira, sus ojos rojizos están llenos de lágrimas que se niega a soltar―. Lo siento, tu novio... yo nos forcé y...te he hecho tanto daño.

―No te estoy culpando, pero si quieres compensarme prométeme que vas a ser feliz, que intentarás ser feliz ―parece sorprendido, seguro piensa que mi deseo es bondadoso y desinteresado. No lo es y necesita saberlo o no lo tomará en serio―. No creas que es porque soy demasiado bueno, te lo digo porque Ignis es tu hermano y si tú no eres feliz, él no será feliz, y si Ignis no es feliz mi hermana jamás podrá ser completamente feliz. Te lo digo por ella. No es que no me importes, pero te aseguro que ella me importa muchísimo más y nunca tendrá una felicidad plena si tú no eres feliz. Así que si quieres darme algo, dame eso, la promesa de que vas a intentarlo.

En mi oasis siempre hay Luna llena (Spin-off. Fauces II)Where stories live. Discover now