—¿Qué mierdas crees que...? —me detuve al ver quien había sido la responsable de tal ruido.

Creo que haber deseado que ese algo que me sacara de mi aburrimiento sucediera había sido un error de mi parte.

—Oh, así que este es tu cuarto —dijo esa loca entrando en mi habitación y observándolo todo, ni siquiera me acordaba de su nombre.

—Ah, eres tú —dije intentando no decirle que se fuera cuanto antes, aún intentaba ser amable con la gente como tantas veces Farlan e Isabel me habían pedido.

—¿Cuándo te enviaron aquí?, ¿es está tu habitación definitiva? —preguntó acercándose a la ventana y sacando medio cuerpo por ella para observar el patio debajo.

Mi pulso se aceleró al verla hacer dicha acción y aunque estuve tentado en detenerla no lo hice.

—¿Qué haces aquí? —pregunte intentando mantenerme impasible.

Con ella era mejor hacer las cosas de la mejor manera, la había visto enojada un par de semanas atrás y no había nada que me asustara tanto como su rostro... no que recordará por lo menos.

—Estoy aburrida, y decidí revisar cuál de las habitaciones de este edificio tiene la mejor vista —dijo aún en la ventana observando algo a la lejanía.

—¿También estás aquí? —pregunte refiriéndome a que si ella tenía una habitación en este mismo lugar.

Aunque me arrepentí casi de inmediato, no quería charlar con ella, quería que se largara.

—Claro, pero estoy al otro extremo de aquí —respondió mientras sonreía.

—Deberías irte a continuar con tu búsqueda en otra habitación, estoy ocupado —dije sentandome recto sobre mi silla.

—Hmm... no lo creo, primero debo probar tu cama —dijo mientras corría y se lanzaba directamente a mi lecho.

—¿Qué se supone qué haces? —dije intentando comprender el funcionamiento de su cerebro por sus acciones.

Ella rodó un par de veces, hasta que se quedó tendida de espaldas, observando el techo y después me miró.

—Tu cama es cómoda, pero parece que nunca la has usado —dijo incorporándose.

—Prefiero dormir... —estuve a punto de terminar mi frase pero me lo pensé mejor y decidí que no, quería que me dejara solo—. Sólo vete —suspire.

No estaba de ánimos para soportar a la primera cosa más molesta de mi actual vida.

—No quiero, ademas ya te dije que estoy aburrida, ¿quieres platicar conmigo? —me preguntó con una sonrisa terrorífica en su rostro.

—No, vete —dije girándome nuevamente encarando mi responsabilidad sobre el escritorio.

—¡Vamos, Levi!, platica conmigo... hay que conocernos mejor —dijo haciendo que mi cama rechinara de forma horrible, seguramente estaba brincando.

—No creí que tu vista estuviera tan mal, pero si no lo has notado, tengo mucho trabajo por hacer, así que deja tus juegos para alguien más —aun no llegaba a mi límite pero era mejor que se fuera antes de que dijera algo hiriente.

—Me gusta tu actitud, y aunque entiendo tu molestia, no me voy a ir —dijo levantándose y revisando algunos cajones.

—¿Y ahora que se supone que... —no digas una palabra más Levi, me reprendí a mi mismo—. Sabes que... puedes hacer lo que se te venga en gana, eres una idiota —dije haciendo acopio de todo mi autocontrol y tomando una hoja para continuar.

-Levihan- OneShots en EdiciónWhere stories live. Discover now