Saqué el efectivo de mi bolso para entregárselo.

— ¡Richard!— gritó haciéndome sobresaltar un poco.— Styles fuera.— Señaló el pasillo donde estaban las celdas.

— Gracias.— Susurré pero él ni siquiera me tomó en cuenta, estupidos maleducados.

Me quedé ahí esperando a que Harry saliera, segundos después apareció caminando hacía mi con una mirada de disculpa, mis ojos se abrieron a tope al ver el ojo morado y el labio partido.

— ¿Pero qué mierda Harry?— Le dije cuando ya estaba a centímetros de mí.

— Lo siento, es solo que...— Miró a su alrededor y bufó.— Vamos, te cuento en el auto.

Salimos de ese lugar sin decir alguna palabra, realmente estaba furiosa, ¿cómo se le ocurre pelarse en el departamento de policía? Cuando llegamos a mi auto le quité el candado a las puertas para que pudiéramos entrar en el.

— Estoy listo.— Balbuceó Harry a mi lado. Le lancé una mala mirada.

— ¿¡Qué rayos te pasa Harry!? ¿Cómo es posible que sigas con ese comportamiento de adolescente de 18 años? ¡750 dólares! ¿Quién te crees? ¿¡Toreto!?— Solté mientras manejaba a mi departamento.— Y para terminar, ¡Te metiste en una pelea! ¡En donde había policías!

Suspiré agitada.

— Lo siento, es solo que ese chico me provocó.

Rodeé los ojos.

— La próxima vez que me llames y me digas que estás ahí voy a dejarte y a ver como le haces para salir. Jeff y yo estamos cansados, ¿sabes lo que le cuesta que no saquen notas de ti?

— Prometo que no volverá a pasar.— Susurró en voz baja como un niño pequeño recién regañado.

No dije nada más, el lado izquierdo de mi barriga comenzaba a doler a consecuencia de los gritos que había dejado salir hace unos segundos, o bueno eso creía. Cuando estábamos subiendo los escalones de nuevo el dolor me invadió pero esta vez más fuerte que tuve que tomarme del barandal.

— ¡Ah!— Solté un gemido doloroso.

— ¿Qué pasa cariño?

— H...hospital.— logré decir cuando tomó mi mano, Harry reaccionó de inmediato y me ayudó a caminar al auto. Una vez adentro corrió al lado del piloto para subir y comenzar a manejar al hospital.

— ¡Mierda!— Grité al sentir un líquido recorrer mis piernas, acababa de romper bolsa.—¡Date prisa!

— Falta poco.— Respondió nervioso.

Minutos después ya nos encontrábamos en la puerta del hospital, una enfermera se acercó corriendo con una silla de ruedas. Harry iba a mi lado tomando mi mano mientras que yo soltaba gritos por las contracciones que me estaban dando, esto era un millón de veces peor que los cólicos.

— ¡Falta poco Emma! ¡Puja!— Gritaba el doctor, eso había dicho hace unos segundo, ¿¡cuánto era poco!?

— Vamos amor, tu puedes.— Tomaba mi mano y acariciaba mi frente.

— ¡Ah!— Solté un grito desgarrador y después de ese momento todo se volvió silencio escuchándose únicamente el llanto de un bebé.

— Lo hiciste.— Susurró Harry con una sonrisa en su rostro.

— ¿Quieres cortar el cordón umbilical papá?— Le pregunta el doctor sonriendo, Harry asiente alegre y se acerca.

Luego de lo que conté, 15 segundos, Harry se acercó a mi sosteniendo a nuestro pequeño bebé en sus brazos.

Still | h.s Where stories live. Discover now