9. ANSIEDAD

2.8K 261 33
                                    

Draco regresó a su apartamento y como siempre, la elfina hizo su aparición inmediatamente.

-Glondy, necesito que mañana el desayuno sea para dos y algo más tarde lo usual para un domingo.

-¿Amito tiene visita? -preguntó extrañada, pues aparte de los señores Malfoy, el joven nunca llevaba a nadie a su morada.

-Sí, y quiero que prepares algo bien especial. Sólo los mejores platillos de tu menú.

-Glondy siempre prepara sólo los mejores alimentos para el amito -manifestó con algo de indignación-. Glondy sólo le prepara sus favoritos.

-Lo sé, pero quiero que mañana sea aún más especial; un buen y sustancioso desayuno inglés y no la avena y tostadas que suelo comer -los ojos color miel de la elfina brillaron al quizá adivinar la situación.

-Amito Draco estará muy contento con Glondy por el rico desayuno que preparará para él y su visita. Huevos, bacon, salchichas, hongos, tomate a la parrilla, frijoles horneados y tostadas... Todo estará listo y caliente a la hora que el amito lo requiera.

-Ella es muy diferente a mis padres. Probablemente al principio se moleste con tu presencia, pero a ella sí podemos decirle que eres una elfina libre -le dijo con complicidad. Draco había recordado que, en algún año en Hogwarts, Hermione había creado una especie de organización para defender a los elfos-. Eso la hará feliz.

-Glondy desde hoy se siente afortunada de poder atender a la visita especial del amito.

Draco sonrió. Buscó pluma y pergamino pero estaba indeciso en cómo iniciar la carta. ¿Hermione? ¿Granger? Se revolvió su cabello como si con eso pudiera despejar sus dudas. ¿Por qué se sentía nervioso? ¿Por qué no quería que ella se negara a su invitación? Cerró los ojos. La recordó llorando silenciosamente en la tarde. De un pronto a otro comprendió que no quería verla llorar nunca más, sólo quería verla y hacerla feliz. ¿Sería inapropiado invitarla a su apartamento? Habían sido compañeros durante seis años, se veían a diario en aquella época... pero esto era diferente, algo más íntimo que se podría malinterpretar y no quería echar a perder lo que fuera que estaba sucediendo. Gruñó desesperado. No sabía qué hacer.

Recordó su promesa con el asunto de la biblioteca y se dispuso a escribirle al director, que casualmente era amigo de la infancia de su padre. Al menos llevar el apellido Malfoy tenía algo positivo. Era un poco tarde para mandar cartas así que la dejó lista para enviarla el domingo a primera hora. Volvió a su problema con la carta para Hermione. Garabateó apresurado una pequeña nota antes de que se pudiera arrepentir de lo que hacía, la ató a la patita de su búho real y la envió. Se dio una ducha rápida y se sentó en un sillón de su sala a esperar la respuesta. Sabía que la ansiedad no le permitiría dormir.

≻───── ⋆✩⋆ ─────≺

Hermione estaba cansada pero aún así, sonreía. Se trató de convencer que era por su visita a la biblioteca el día siguiente. Sin embargo, no podía quitarse la imagen de Draco de su cabeza. En pocas horas había visto tantas facetas de él: dolor, vulnerabilidad, paz, alegría, bromas... una mezcla de emociones que no habían hecho más que mostrar su lado más humano. No negaba su oscuro pasado, pero había juntado los pedazos de su vida y había reconstruido un presente. Era de valientes aceptar sus errores y tratar de seguir adelante a pesar de los malos recuerdos. Si ella, estando en el bando de los "buenos" algunas noches aún tenía pesadillas, supuso que él también las tendría: al fin y al cabo, era probable que él hubiera presenciado o cometido peores horrores como mortífago.

Como la noche anterior, preparó el baño pero estaba ansiosa por recibir la carta de Draco. Esta vez no duró mucho en la ducha, no fuera ser que la lechuza llegara. Mientras cepillaba su cabello -disfrutaba hacerlo del modo muggle tradicional-, vino a su memoria la imagen de él, dormido a su lado. Trató de dibujar nuevamente sus rasgos: labios delgados, hermosos y grises ojos, cabello rubio y lacio... ¿Qué se sentiría pasar sus manos por su cabello? Probablemente era muy sedoso... su nívea piel... sus trajes a la medida, sus modales exquisitos... ¡Definitivamente estaba loca! ¡En qué mundo Hermione Jean Granger tenía tiempo para pensar en Draco Malfoy!

Algo molesta consigo misma, buscó un libro y se acostó. La carta seguía sin llegar. ¿Se habría arrepentido? Bueno, de todos modos, ella previamente había planificado sus pequeñas vacaciones en París. No tenía por qué preocuparse si él no escribía. Repasó los planes para el domingo. El crucero a las diez de la mañana por el Sena ya no era necesario. Con qué entonces podría reemplazar esa actividad... Quizá una visita corta al Museo del Louvre sería buena idea; quería estar a la una en punto en la biblioteca.

Su mente volvió a Draco. ¿En serio él no iba a escribir? La espera ya la estaba poniendo de muy mal humor y percatarse de que estaba malhumorada por culpa de su otrora rival del colegio, empeoró su estado de ánimo. Minutos después sintió ganas de llorar, pero hizo esfuerzos para evitar que las lágrimas salieran de sus ojos. Él había parecido disfrutar de su día juntos tanto como ella. Entonces, ¿por qué no llegaba la carta? Lentamente empezó a caer en un sueño cuando de pronto escuchó el golpecito en la ventana. Sintió que el alma le había vuelto al cuerpo y emocionada se levantó. La lechuza no se había ido inmediatamente. Eso significaba que Draco esperaba respuesta.

"Te invito a desayunar en mi apartamento a las diez de la mañana. Sé que es tarde pero es necesario descansar luego de nuestro ajetreado día. Entenderé si decides no venir. En ese caso, nos vemos a la una en la biblioteca. Puedes conectarte por la Red Flu con sólo decir mi nombre.

D.M".

Hermione respondió: "Ahí estaré. H.G"

≻───── ⋆✩⋆ ─────≺

Draco sintió que no había respirado desde que el búho se había ido. Al volver, le colocó un poco de golosina lechuzil en la jaula luego de desatar la nota e inspiró profundo antes de leerla. Con una amplia sonrisa en sus labios y una emoción desconocida en su corazón, buscó su mullida cama deseando que amaneciera.

Fin de semana en ParísHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin