El día que empezó a robar

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Entre el rubio y el pelinegro comenzó a ser parte de su rutina ir a hacer algunas travesuras de vez en cuando. Habían días donde ambos se escapaban en la noche a vagar por ahí, tal vez vandalizar alguna casa con papel higiénico (cosa que los convertía en los Bonnie y Clyde del papel higiénico para el oficial Barbrady) o si estaban de humos volaban un dron por ahí aunque al principio no le hizo mucha gracia a Craig por los recuerdos de su madre... en fin.

Habían días donde Craig invitaba a sus amigos y aunque Tweek al principio no se sintió cómodo con esto poco a poco los fue aceptando, incluso se lo llegó a pasar bien ya que no eran tan ñoños como Craig, le agradaban y por el hecho de que Clyde ya no lloraba al verlo sabia que le agradaba a ellos también... cosa que nunca llegó a hacer con los góticos.

Pero ese día en particular se encontraban solos vagando por la ciudad, caminando en mitad de la carretera a paso lento lo que solía molestar a los conductores pero solo recibían el dedo medio de los dos chicos, de cualquier modo esa tarde casi todo se encontraba vació pues normalmente a esa hora la gente no estaba en sus casas seguramente trabajando, es así como al rubio se le ocurrió una idea.

—Robemos algo—Propuso simple pero el pelinegro paró en seco para mirarlo como si estuviera loco.

—Ya lo hacemos, hace un momento nos comimos lo que robamos en la tienda hace un rato.—Recordó.

—No, yo me refiero a robar algo de alguna casa, este barrio es de clase media alta dudo que noten que les falta algo—Se encogió de hombros como si no fuera de importancia. Pero para Craig si lo era y se le notaba.

—Tweek, una cosa es robar algo de mercancía barata en un micromercado pero robar a una familia... no me gusta la idea, no—Respondió firme y el rubio bufó.

—Eres un puto aburrido—Craig lo miró indignado y molesto.

—¿Lo soy?¿en serio? Te he acompañado en un montón de mierda loca estos días, nos hemos divertido como maníacos y aun así, solo porque por primera vez me niego a una de tus ideas me dices aburrido—El rubio gruñó.

—Bien, como sea, si no quieres hacerlo no te obligo a nada y mejor vete—Lo despidió con la mano y luego comenzó a buscar una forma de trepar la ventana de una casa cualquiera. Craig lo siguió aun enojado.

—Tweek, no lo hagas. Una cosa es hacer tonterías porque sí y otra es ser un puto delincuente. Por favor no pases ese limite—Intentó hacerlo en razón pero el chico ya se hallaba entrando en una ventana abierta de donde unos minutos después sacó un portátil.

—Es rosa pero igual puede ser útil—Comentó mientras bajaba, Craig puso una expresión de decepción—¿Que?

—Mira Tweek, sé que acepté acompañarte sin importar la persona que quieras ser pero... esto es diferente—Sus mejillas se pusieron ligeramente sonrojadas y volteó a otro lado—te quiero, de verdad te quiero y por eso espero lo mejor para ti—puso una mano en su hombro y lo miró severo—si te quedas con esto, sabré que eres una mala persona y sinceramente no estoy seguro de querer estar con alguien así.—Le dio un beso en la frente y se despidió, dejándolo solo ahí sin saber que pensar.

—Siempre supe que eras un marica de mucho cuidado—Murmuró con enojo, luego miró el objeto entre sus manos—cobarde, quien lo necesita, me tengo a mi y eso es lo que importa—A pesar de sus palabras sentía una enorme angustia al pensar que ha perdido a alguien importante para él.

De pronto escuchó que un auto se acercaba así que se escondió detrás de un árbol al otro lado de la calle, de pronto notó que ese auto estacionaba en la casa que acababa de allanar, estaba punto de huir pero la curiosidad le ganó y se asomó por la ventana.

La mujer que acababa de entrar se notaba levemente ebria a pesar de ser las tres de la tarde, subió por las escaleras y luego de dos minutos Tweek se iba a ir, pero escuchó un quejido y como la mujer bajaba nuevamente pero llevando agresivamente a una niña del brazo.

—¡¿Entraste a mi cuarto mocosa?!—Gritó tan fuerte que incluso con la ventana cerrada podía escucharlo con claridad.

—N-no mami, y-yo no entré ahí—Lagrimas comenzaban a salir de sus asustados ojos.

—No me mientras niñita malcriada, te robaste mi computadora, seguramente la vendiste a uno de tus amigos—Comenzó a golpearla con la mano abierta.

—T-te juro que y-yo no haría eso mami, n-no a ti—Intentaba decir entre lagrimas.

Tweek se sintió extremadamente culpable, no había notado realmente que sus acciones podían lastimar a personas que no tenían la culpa de sus problemas, reflexionó, ¿y si algo de lo que ha hecho en las ultimas semanas había lastimado realmente a alguien mas? o peor aun, ¿estaba arrastrando a Craig por ese camino?

Él no quería eso.

Es así como en mitad de la pelea de madre e hija, alguien tocó la puerta por lo que la mujer intentó parecer lo mas tranquila posible antes de atender, al abrir la puerta se encontró con su portátil puesto cuidadosamente en el tapete de la entrada, pero esto no fue lo que de verdad le llamó la atención, si no mas bien la nota que traía encima.

"Me robé tu puta laptop, pero vi como maltratabas a tu hija así que la devolví. Si vuelvo a verte haciendo algo como eso juro que lo grabaré y se lo daré a la policía zorra de mierda"

Att: Alguien menos asqueroso que tu.

...

Cuando Craig abrió la puerta no esperó encontrarse con un arrepentido Tweek que no era ni capaz de mirarlo a los ojos y aun así, le estaba mostrando el dedo medio en toda la cara. Definitivamente ese chico era su alma gemela.

—¿Así que...?—Intentó iniciar una conversación mientras se recargaba en el marco de la puerta.

—Devolví la computadora, pero no te hagas ilusiones, no fue por tu discurso homosexual—Sonrió con burla—Supongo que en eso te pareces a Stan Marsh—Craig gruñó con enojo, el rubio sabia el fastidio que le causaba el otro pelinegro. Pero luego de eso el mas alto sonrió.

—Estoy viendo Red Racer, ¿quieres verlo conmigo?—Esa invitación se podía traducir en un "estoy orgulloso de ti" así que el pecho de Tweek se volvió a sentir liviano.

—Bueno, son las consecuencias de salir con un ñoño—Eso también se traducía en un "por supuesto" así que ambos chicos entraron y a decir verdad, se la pasaron bastante bien de esa manera tan tranquila, sin travesuras, sin alcohol, sin olor a humo. Solo dos adolescentes viendo una serie para niños que en realidad era bastante entretenida.

A veces es mejor reprimir ciertos impulsos, sobre todo cuando estos pueden afectar a las personas que te rodean.

...

5mentarios, esta historia es muy chill para mi. No hay historias difíciles ni entrañables, giros fuertes o lo que sea, solo dos idiotas siendo idiotas.


Fuck you all | CreekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora