Parte 31

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~ Narras TÚ ~

Desperté y me dí cuenta que me encontraba en una cama muy familiar para mí, con también un olor muy familiar... el olor de Nash.
Abrí mis ojos y me dí cuenta de que estaba en la casa de Nash. Aún estaba obscuro afuera, miré hacia su reloj y ví que apenas eran las 3 de la mañana. Pero en realidad no fué su aroma lo que me despertó.
Había escuchado algo en el otro cuarto, probablemente en la sala. Me levanté y caminé lentamente hacia la puerta, entonces escuché una voz, pero no éra la de Nash, escuché golpes y cosas romperse. 
Abrí la puerta para ver qué estaba sucediendo, no podía ver desde ahí la sala así que caminé dos pasos cuando escuché las pisadas de alguien. Corrí hacia la esquina y ví entonces a Nash tomando de la cabeza a un... a un policía.

Había 4 en la sala, 3 de ellos inconcientes. Nash tenía al policía agarrado del cuello mientras el sujeto colgaba de él debajo del codo de Nash.
Nashl se estremeció al verme pero no lo dejó ir, el policía trató de lanzarse contra la pared, intentado que Nash lo soltara. Nash reaccionó rápido y lo llevó hacia una esquina, y lo golpeó contra élla. El policía calló en el piso inconciete.
Miré la escena, Nash sostenía una pistola, finalmente me miró y corrió hacia mí. Soltó la pistola y me abrazó. Me di cuenta entonces que estaba respirando rápidamente. 

Nash: Lo siento ________.- me dijo tratando de tranquilizarme.
Tu: Nash....

Lo miré de arriba abajo, estaba bien. Nash estaba tan sorprendido por lo que había pasado, lo abrazé fuertemente.

Nash: _______, no sé... no sé qué hacer.- se escuchaba temor en su voz.
Tu: Nash... - traté de calmarlo pero algo me interrumpió.

Escuché derepente sirenas, Nash suspiraba fuerte. Se apartó un poco de mí.

Nash:_______ escuchame. - comenzó a explicarme,- quiero que corras ¿ok?.- me dijo con sus ojos llenos de impaciencia.
Tu: Nash los policías...- me interrumpió de nuevo.
Nash: Ellos no te vieron, estoy seguro. 

Tomó entonces mis manos y me apretó hacia él, yo lo abrazé. Esto no podría estar pasando.
Soltó mis manos y tomó mi rostro, me acercó al suyo.

Nash: Te veré de nuevo ______. Lo prometo.

Entonces supuse lo que iba a pasar.

Tu: No... ¡No, Nash! Porfavor... ¡Porfavor no te vallas!.- le decía mientras comenzaba a llorar.
Nash: No me iré, te lo prometo. Te amo, por éso... si ésto tiene que ser... así será. 

Acercó mi rostro hacia el suyo y juntamos nuestros labios.
Me aferré desesperadamente a él, no lo iba a dejar ir. Las sirenas de las patrullas se acercaban, me alejó de él y me llevó hacia el otro cuarto. 
Me llevó hacia la habitación, siguó guiandome hasta que estuvimos frente a la ventana. 

Tu: Ven conmigo Nash, vámonos de aquí.- le decía desesperadamente.
Nash: No, no puedo. Escuchame bien _______. - Inhaló y después prosiguió - Sal de aquí y una vez que estes fuera de peligro, trepa por aquella varda y camina hacia el éste. Encontrarás un gran árbol de Arce y das vuelta en esa esquina, estarás pronto en tu calle.- me dijo, él tenía una mano sobre mi boca, para que no hiciera ruido. La quitó y de nuevo me aferré a él - Porfavor, _______.

Me miró fijamente a los ojos, y sabía entonces que tenía que escucharlo. Me aparté de él y mis ojos comenzaban a derramar lagrimas de nuevo, Nash sacó un collar de su joyero y me lo dió.

Nash: Es para tí.- me dijo mientras extendía su mano para que lo tomara.

Lo agarré y después me ayudó a salir por la ventana. Me besó en los labios una vez más y cerró la ventana. Entonces corrió hacia la sala.

Nash...........¡Nash!..........

Me dí la vuelta para comenzar a correr como él me dijo. Me trepé y salté sobre la barda, salté y corrí.
Éra casi un milagro cómo es que aún podía ver la noche con mis ojos llenos de lagrimas, no podía mirar hacia atrás. Confiaba en Nash, él sabía lo que estaba haciendo. Corrí como Nash me había explicado y cuando me dí cuenta, ya estaba en mi habitación.
Miré hacia el reloj, sólamente habían pasado 13 minutos desde que había despertado en la cama de Nash. Me senté en mi cama y lloré hasta que no me salían más lágrimas.
De repente, me dí cuenta de que en mi mano aún seguía el collar que él me había dado. Éra el de su madre. Me lo puse mientras me hundia en mi almohada, y me quedaba dormida. 

Me enamoré de un asesino. (Nash Grier y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora