XIII

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Taehyung y Jungkook se encontraban en la casa del último nombrado haciendo un deber de matemática. A pesar de estar cada uno concentrado en su propio cuaderno, la tensión en el aire era tan palpable que prácticamente se la podía cortar con un cuchillo. Y es que en las últimas semanas, el menor casi no quería acercarse al mayor, era un sentimiento demasiado raro para la comprensión de Jeon, simplemente sabía que no quería estar cerca de Kim aún sí su lobo lloraba por el aroma y calor corporal del mismo.

-¿Kook?- Llamó como por quinta vez el alfa. Cuando Jeon le dirigió una mirada entendió que éste ahora le escuchaba. -¿Realmente te sientes bien?- ¿Estaba preocupado? Claro que lo estaba, su pequeño y hermoso omega se había distanciado en gran manera, tal vez se había enterado de las cartas y ahora lo repudiaba o algo por el estilo. Aunque algo en él le decía que era algo mucho más grande, su lobo ya no le hablaba y parecía decaído así que solo era algo de su instinto. -¿Te he hecho algo?- Se animó a preguntar cuando no recibió ninguna respuesta.

-Le he dicho que estoy bien- Bramó el castaño menor.

Kim se sorprendió, de cierta manera se sentía herido. Hacía mucho tiempo atrás que habían dejado los honoríficos estúpidos y que Jungkook lo volviera a tratar de usted era algo realmente sorpresivo, y que para nada se esperaba. A su dulce omega le pasaba algo.

Al no recibir respuesta, Jungkook reprodujo sus últimas palabras en su mente, abriendo sus ojos notablemente cuando se dio cuenta de cómo lo había tratado, además de que había roto completamente la apariencia de "Está todo bien" que buscaba mantener.

-Tae.. Perdón, yo- Pero el mayor lo corto incorporándose.

-No te preocupes Kook- Le brindó una sonrisa llena de melancolía. -Tengo que irme ¿Si?- Miró su celular, viendo la hora. No tenía nada que hacer, más que llorar por la distancia que se había generado nuevamente entre ellos. -Fue tonto de mi parte pensar que todo volvería a la normalidad luego de estos dos años- Habló cuando ya tenía todos sus materiales escolares guardados en su mochila, mientras él abría la puerta de la habitación dispuesto a irse.

El menor intentó desesperadamente llamarlo, pero no pudo. Sus lágrimas se acumularon en sus ojos buscando salir, mientras que sus palabras buscaban esconderse aún más en el sinfín de su garganta. Kim al no verse detenido se fue, se fue con la mochila en una mano y su corazón latiendo tristemente en la otra, se fue abandonando aquella habitación llena de la fragancia del menor, se fue aun sí su lobo arañaba todo su interior con el fin de quedarse un rato más con el omega, se fue sin ver como aquel chico se desarmaba en lágrimas, se fue sin escuchar la tos en el menor, se fue abandonándolo como la primera vez.

-Jeon Jungkook- Era su padre. -¿Me puedes explicar que hacía ese intento de alfa en ésta casa?- El castañito no respondió. -Te he dicho muy bien que no lo quiero aquí- Bramó su padre. -Y si no entiendes con palabras..- Desabrochó su cinto. -Entenderás a golpes

Jungkook odiaba ser omega.

"Distancia.

Es aquello lo que veo,

entre tu y tus amigos hay distancia.

¿Estás bien? ¿Por qué te vez tan apagado?

¿Qué te abruma? ¿Qué te asusta?

Me gustaría mostrarte quien soy, pero 

seguro no sería de tu agrado.

Quisiera abrazarte aun si no pasas un mal momento.

Por favor, sonríe bonito omega.

Eres el omega más precioso del mundo,

permite que todos te envidien y... Sonríe.

Te quiero, bonito omega.

V."

𝙲𝚘𝚗𝚜𝚚𝚞𝚒𝚜𝚝𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚊𝚕 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊 ||𝕋𝕒𝕖𝕂𝕠𝕠𝕜||²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora