Eᴘɪʟᴏɢᴜᴇ

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Quinn e Isaac Marino-Lahey no esperaban visitar la ciudad porque sentían que nunca era un lugar verdaderamente feliz

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Quinn e Isaac Marino-Lahey no esperaban visitar la ciudad porque sentían que nunca era un lugar verdaderamente feliz.

Una vez que se fueron a Londres, ni una sola vez tuvieron la sola idea de volver a pisar la ciudad abandonada. Con toda la situación con los Cazadores, los dos sabían lo peligroso que era incluso regresar, pero después de que Ethan y Jackson, que también vivían en Londres, habían sido arrastrados hacia allá, sabían que era inevitable evitar la situación.

Aunque ninguno de los dos había ayudado en la batalla desde que Quinn estaba embarazada, e Isaac ni siquiera iba a dejar su lado por un momento.

Entonces, al final, llegaron después de que los eventos terminaron y la manada lo entendió por completo.

-Todavía no va a ser seguro, ¿no?- Quinn miró a Scott, con quien había sentido la necesidad de hablar por su cuenta.

-Nunca es seguro, no importa si hay cazadores o no-

-Supongo que es verdad- suspiró Quinn colocando su mano sobre su estómago -Solo quiero tener alguna esperanza de que no habrá peligro al acecho en cada esquina oscura-

-Lo sé Quinn- Se giró hacia ella y miró su creciente barriga -Pero es la forma de vida, pero seamos sinceros- De repente se rió entre dientes -Creo que es mejor para nosotros estar siempre preparados y tener miedo. Solo nos hace más fuertes-

-Bueno, Dr. Phil- - bromeó Quinn, ahora sonriendo y sin sentir la tensión -Isaac y yo siempre estaremos a una llamada de distancia, pero trata de vivir un poco para ti. He oído de Stiles que tú y una chica tienen planeado casarse, ¿cómo se llamaba Lainey?- Él asintió y dejó escapar un suspiro,

-Es solo que...-

-Scott, dime ¿la amas?-

-Por supuesto que sí- Respondió rápidamente mientras ella sonreía.

-Entonces hazlo y cásate con la chica-

-Quiero hacerlo, más que nada, pero tengo miedo de que...-

-Cállate Scott McCall, y honestamente madura un poco y ponte de rodillas antes de que te pierdas la oportunidad- Quinn lo interrumpió, sus hormonas la habían dominado.

Isaac, que estaba en la otra habitación con el grupo, se rió en voz baja para sí mismo, ya que estaba escuchando junto con los otros pocos hombres lobo presentes. Una vez que terminaron su conversación, los dos regresaron a la sala principal, e Isaac rápidamente había llegado a su lado, guiándola al sofá. Se inclinó hacia su oído.

-¿Es malo que te haya encontrado enojada y molesta, ardiente?- Susurró en el tono más bajo.

Sin embargo, sabía que los demás con audición mejorada estaban ocupados en sus conversaciones con los demás para escucharlo. Quinn golpeó su pecho ligeramente desconcertado por sus palabras.

-Isaac Marino-Lahey!- Él se rió inclinándose sobre colocar un beso en su cabeza y una de sus manos sobre su propio estómago.

-Te amo, pero por favor deja de ser sexy y ardiente, no es bueno para mi corazón- se burló haciéndola resoplar y luchar contra la sonrisa que estaba a punto de formarse en su rostro.

-Yo también te amo, idiota, pero si continúas tratando de seducirme, solo te lo haré más difícil de manejar-

-Eres tan malvado- Él gimió juguetonamente mientras ella se reía apoyándose en su hombro.

Ambos levantaron la vista hacia la manada. Espera, no, Su familia.

Eso fue todo: Quinn e Isaac tenían una familia que habían estado buscando ya que ambos eran 'dos ​​almas rotas' que finalmente lo habían logrado.

Y pensar que todo comenzó con Promesas.

Y pensar que todo comenzó con Promesas

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promises ━ isaac lahey | ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora