Capítulo 13: Una promesa que mantener

2.2K 143 42
                                    

Irina había nacido en el seno de una familia religiosa en el lejano Japón. Pertenecientes a los exorcistas destinados a Japón, Touji Shidou y su esposa educaron a su hija en los valores inculcados a los exorcistas desde pequeños. 

Irina desde pequeña ya era una niña sumamente enérgica, con una actitud muy positiva que le hacía muy fácil tener amigos. Pero todo cambió cuando sus padres fueron destinados a residir en Kuoh, la ciudad de origen de su padre.

Allí Irina tuvo más dificultades en hacer amistades, pero enseguida se encontró con un chico que cambió la vida de la joven Irina. El chico con el que Irina se encontró en ese parque de Kuoh era extraño, y no se relacionaba con mucha gente, a pesar de ser sumamente amable y amigable. Irina se hizo amiga casi instantáneamente de este chico, y enseguida se hicieron íntimos amigos. Este chico se llamaba Issei Hyoudou.

Irina al principio se hizo pasar por un chico, cosa que Issei no entendió cuando descubrió que Irina era una chica, pero que tras una explicación de Irina lo aceptó con un abrazo que agradó enormemente a la pelinaranja. Al parecer, las anteriores amistades de Irina, todas ellas masculinas, no la habían aceptado del todo por ser chica. Irina era bastante masculina en aquella época, y al contrario que muchas chicas de su edad, se inclinaba a jugar a los superhéroes, entre otras cosas. Es por eso que al conocer a Issei y hacerse rápidamente amiga de él, Irina decidió ocultarle que era una chica. Al fin y al cabo, ¿no reaccionaría Issei igual que todo el mundo al ver que una chica prefería jugar a superhéroes antes que con otras cosas más "femeninas"? 

La mente de un niño es algo maravilloso, y la mente de Irina no se pudo deshacer de este argumento tan aparentemente convincente, el cual se convirtió en una especie de verdad absoluta para la pelinaranja. La relación entre Shidou-kun, tal y como Issei llamaba al que consideraba como su mejor amigo, se profundizó enormemente hasta que un día Irina cometió un pequeño desliz, que hizo que todo su mundo se viniese abajo momentáneamente. La sorpresa de Issei al ver que Irina, al caerse del columpio y quedarse boca-abajo, llevaba unas tiernas braguitas con decorados de fresas, fue mayúscula. A partir de allí no fue muy difícil unir puntos para Issei, y el llegar a la conclusión de que Irina era una chica fue algo inevitable. Irina, al darse cuenta de que Issei había descubierto su secreto, se fue a su casa dejando a Issei plantado, y allí Irina lloró. Lloró porque creía que Issei ahora la despreciaría. Lloró porque creía que había formado por fin una buena amistad, y ahora ésta se acabaría.

Cuando Irina volvió a encontrarse con Issei al día siguiente, se sinceró con él habiéndose preparado previamente para lo que ella esperaba que fuese una ruptura de su amistad. Pero la respuesta de Issei fue algo que descolocó completamente a Irina. Issei, en vez de despreciarla, le dijo que le daba igual que fuese Shidou-kun o Irina-san, que fuese chico o chica, pues fuese lo que fuese Irina, él y ella serían amigos. 

Tras este episodio, la relación entre Irina e Issei se fortaleció, y ambos desarrollaron una gran amistad, que fue derivando en un enamoramiento sustancial unilateral por parte de Irina. Irina fue instruyendo a Issei en algunos temas,  y el más destacado de ellos fue las enseñanzas de los exorcistas. Así, Irina consiguió que Issei aprendiese las enseñanzas de la Iglesia, en particular de la protestante, a la cual el padre de Irina estaba afiliado como un exorcista. El cerebro de Issei absorbió todas las enseñanzas cual esponja, y antes de ese año, Issei ya se había leído la Biblia por primera vez. Las historias de los caballeros asociados a la Iglesia era lo que más apasionaba a Issei e Irina, y muchas veces los padres de ambos niños los encontraban jugando a ser Sir Roland y Sir Oliver. Alternaban encarnar a estos héroes de la Iglesia con superhéroes como Spiderman, Batman, Catwoman, etc.

Y así, la relación entre ambos siguió creciendo a pasos agigantados, hasta un día en el que llegó una fatídica noticia para la familia Shidou. Al parecer, los jefes de la Iglesia protestante habían decidido convocar a Touji Shidou, y darle un nuevo asentamiento en Inglaterra. Cuando Issei se enteró de esta noticia, no pudo evitar llorar. Issei acabó tan deprimido que perdió un año escolar entero, pero finalmente salió de su tristezaSu abuelo, el cual había intentado convertirle en un pervertido sin apenas éxito, le dijo que no debía llorar, que debía ser fuerte, sobre todo cuando tenía una mujer llorando a su lado, pero Issei no pudo evitar abrazar a Irina y llorar en sus brazos. Su abuelo quizás le habría reprochado a Issei el llorar sobre los hombros de Irina, pero era comprensible el porqué de la pena de Issei. Una gran amistad bastante sólida estaba apunto de deshacerse por culpa de los movimientos caprichosos del destino.

El Ángel de corazones de las llamas rojasWhere stories live. Discover now