Capítulo 3

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Ya habían pasado dos semanas desde la charla en su casa, era domingo y yo ansiaba que ella llegara a su casa para poder hablar a través de la ventana, el tiempo pasaba y ya me había rendido, baje hacia la sala para tener por lo menos la compañía de mi madre, usualmente no haría eso pero si seguía en mi habitación mi ansiedad aumentaría al no ver nadie en su habitación.

- Nora nos ha invitado el día de hoy a tomar un poco de café- dijo mi madre perdida en el televisor- si quieres te puedes quedar.

- No está bien, iré - dije dudando de mis palabras.

Esa sería una buena excusa para poder hablar con ella en persona y no detrás de una ventana.

- ¿A que hora iremos?- pregunté.

- 6:30 p.m si no mal recuerdo - dijo sacando su teléfono para revisar unos mensajes.

Miré el reloj, 4:15, aún faltaba un poco para que ella llegara, me preguntaba si mi madre sabría en dónde se encontraba pero eso lo podría mal interpretar, pensaría que yo tengo algún tipo de conexión amorosa con ella lo cual es falso, simplemente es curiosidad y tal vez un poco de amabilidad así que guarde esa pregunta para mí y me dispuse a ver lo que ella veía en el televisor.

El tiempo pasó tan rápido que cuando menos me dí cuenta ya estábamos frente a su puerta sosteniendo una canasta con galletas.
Esperaba que ella abriera la puerta pero no fue así.

- Que gusto que hayan aceptado mi invitación- dijo la madre de Sara con una sonrisa la cuál no contrastaba con lo cansada de su mirada- pero pasen por favor, están en su casa- dicho eso abrió más la puerta para que pudiéramos pasar

- El gusto es de nosotros que nos invitarás- dijo mi madre observando todo el lugar.

Nora nos dirigió a la sala, nos sentamos frente a el televisor, dejamos la canasta sobre la mesa de centro y ellas comenzaron a platicar, yo solo esperaba que en cualquier momento Sara bajará de las escaleras pero pasaba en tiempo y ella no lo hacía.

- ¿Y tu hija no va a bajar? - pregunto mi madre.

- No, ella no se siente muy bien- explico Nora.

- ¿Le paso algo malo?- ese fue mi turno de preguntar.

- No - dijo con una risita sin humor - son cosas de adolescentes tú entiendes.

Por supuesto que no entendía, no puede ser el mismo motivo para todos.
Ellas seguían platicando y mi mente estaba llena dé posibles razones por las cuales no se sentía bien, esto me empezaba a frustrar así que me levanté.

- Puedo usar su baño- fue lo que dije para poder salir de allí y buscarla.

- Por supuesto cariño - dijo amable- está al fondo a la derecha.

Yo solo asentí y camine hacia donde me había indicado, cuando note que ya no las veía subí por las escaleras en busca de la puerta de su habitación, no fue tan difícil, era la única de color negro y con la frase "Keep your distance", toque levemente su puerta y con ello escuché un ligero "pase" proveniente de adentro, entré despacio y cerré la puerta detrás mío.

- Tú qué haces aquí- dijo claramente confundida, cerrando su cuaderno que estaba sobre su cama- creí que era mi madre.

- Lo siento, me dijeron que no te sentías bien y me preocupe- dije con mi vista clavada en el suelo.

Su cara se torno de color rojizo el cual le dió un aspecto muy tierno.

- Estoy bien, mi madre se preocupa demasiado- dijo levantándose de su cama.

Detrás de la ventanaWhere stories live. Discover now