Capítulo 7

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Sabía que tenía que tomar esa decisión, verla sufrir de esa manera nunca fue mi intención, ¿realmente somos conscientes del daño que podemos hacerle a los demás? O simplemente lo pasamos desapercibido ignorando las repercusiones.
Solo era cuestión de tiempo para que las cosas que evitaba se hicieran presentes así que tome una decisión valiente y al llegar a casa tome el móvil enviándole un mensaje a Janne para poder vernos y hablar, ella contestó casi de inmediato.

Janne en linea

De acuerdo

El tiempo mirando aquel mensaje esperando que se contestara por sí mismo fue casi olímpico. Nadie se prepara para terminar algo que te dio días alegres, supongo que si existiera un manual para ello no habrían tantos corazones rotos.

5:40 p.m. me encontraba frente a casa de Janne quien me abrió después de dos golpeteos a su puerta, se veía triste supongo que sabía para que era mi visita.
Me paso a la sala y nos sentamos frente al televisor, nadie decía nada solo esperábamos que el nudo en la garganta se hiciera tolerable para hablar.

Recuerdas el día en que nos conocimos- dijo ella rompiendo el silencio.
Ese día llegue sin expectativas al colegio, pero cuando te vi sentado en aquella banca realmente creí que tendría algo más que contar al regresar a casa- una lagrima comenzó un recorrido por su mejilla terminando en la comisura de su labio derecho- Quizá fue muy precipitado haberte pedido una relación pero creí que podría funcionar o que al menos me podrías querer de alguna manera- una lagrima más siguió el mismo recorrido- Me equivoqué en todo lo que creí y ahora vienes a terminar algo que probablemente nunca tuvo que comenzar.

El nudo en su garganta le impidió seguir pero sus ojos cristalizados y sus lágrimas hablaron por ella. Sabía que una disculpa no sería suficiente para enmendar los estragos que le dejé, sin embargo lo hice porque ya no tenía opciones.

- Perdóname por favor Janne, perdóname por no saber lo que quería, perdóname por no poder corresponderte como tú querías pero más que todo eso perdóname porque aún sabiendo el daño que hacía no lo detuve y seguí con toda esta mentira.

Ella seguía llorando en el sofá de a lado y aunque con palabras no me lo expreso sabía que era hora de irme, una última mirada fue lo que recibí antes de salir de su casa.
El viento golpeó violentamente mi rostro y solo así me permití llorar, deseaba con toda el alma que alguna vez me pudiera perdonar y que el karma no me cobrara una factura más cara lastimosamente solo uno de ambos pensamientos se hizo realidad.

Pasaron varias semanas, las festividades navideñas se sentían por donde se viera, casas decoradas, chimeneas humeantes y los primeros copos de nieve hicieron acto de presencia, todo era pintoresco y melancólico a la vez, tan solo era la dualidad de la vida que aprendemos a sobrellevar.
Los exámenes finales estaban a la vuelta de la esquina y como era de esperarse todos los estudiantes sin excepción alguna estábamos más presionados que de costumbre lo cual agradecí por que solo así pude dejar de pensar en los acontecimientos sucedidos pero eso no evitó que surgiera nuevos que causarían confusión en mí tan desorbitada mente.

La situación con Sara se complicó más cuando vi que la mayor parte del tiempo la pasaba con Lucas, eran celos injustificados ya que en realidad jamás le conté mis sentimientos hacia ella y aunque los conociera seguíamos sin ser algo más que conocidos.

El amor no correspondido duele pero el amor intermedio ese donde no se sabe si existe o no, te mata.

Los días eran grises y no solo metafóricamente hablando, los sentía apagados, solo piloteando de manera automática, me había alejado de mis amigos, esquivaba las preguntas de mi madre; En algunas ocasiones creí que era obsesión hacia Sara y que de alguna manera tenerla me haría sentir mejor, fue así por un tiempo pero así como el tiempo es efímero lo nuestro también lo fue.

Detrás de la ventanaWhere stories live. Discover now