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一Bien...一 Y/n se frotó las manos mientras sus ojos se focalizaban en aquella receta que había encontrado por internet 一 Hacer un pastel de chocolate no puede ser tan difícil, ¿verdad? 一 se preguntó a sí misma, incapaz de responderse. Aunque, en el fondo, sabía de sobras que, para ella, no lo iba a ser.
Era consciente de que sus habilidades culinarias eran pésimas, por no decir inexistentes, y el miedo que le causaban los fogones era parecido al pavor que Taeyong le tenía a que se acabara el chocolate.
Le asustaba la simple idea de quemarse y, con lo torpe que era, no le extrañaba que fuese capaz de hacer arder todo el piso.
Soltó un suspiro antes de colocar todos los ingredientes necesarios sobre la mesa.
Aquello no iba a salir bien, se conocía demasiado bien...
Negó con la cabeza, decidida, intentando alejar aquellos pensamientos de su subconsciente. Iba a cocinar aquel pastel para Lucas costara lo que costase, y su negatividad no iba a impedir que lo consiguiera.
Una hora después, Y/n se encontraba rebozada en harina, al igual que la mayor parte de la cocina. Sus mejillas estaban cubiertas por chocolate fundido, y su pelo castaño tenía toquecitos blancos por doquier, cosa que le otorgaba un aspecto mucho más divertido del que habitualmente ya poseía.
Observó el glorioso pastel de chocolate que sus manos habían creado y se sorbió la nariz, notando cómo sus ojos lloriqueaban, excitados por su nuevo logro; por su primera y única creación .
Por fin... Por fin las cosas estaban saliendo bien... Y Y/n no podía estar más feliz; no cabía en sí de felicidad.
一 Ahora sólo debo ducharme, limpiar todo esto y... 一 pero un estruendoso pitido reverberó a lo largo del pequeño piso que había adquirido recientemente, fruto del esfuerzo de su trabajo 一 ¡Oh, no! 一 se lamentó 一 . ¿Es tan tarde? 一 gruñó por lo bajo mientras se acercaba al portero eléctrico, el cual no dejaba de pitar con desesperación 一. ¿Si?.
一 ¿Y/n? 一 la aludida tragó saliva, notando cómo el pálido de sus mejillas iba tornándose color tomate. Lo único que quería era que la tierra se la tragara. Así, por lo menos, Lucas no iba a verla como estaba; llena de chocolate y harina.
一 ¡Agh! Este cacharro es insufrible, ¿cómo lo aguantas?... 一 refunfuñó Lucas desde la entrada al edificio 一 ¿Podrías abrir? 一 preguntó con impaciencia.
一 Señor Wong, debemos entrar con usted... 一 dijo alguien, quien Y/n supuso que era uno de sus guardaespaldas 一 No podemos dejarlo solo.
Se oyeron bufidos desde el otro lado del interfono. Lucas parecía algo molesto.
一 Te pago para que acates mis órdenes, no para que las cuestiones 一 replicó el chico, un poco enfadado一. Vais a quedaros en la puerta de entrada y me dejaréis solo con Y/n. ¿Entendido?.
