Capítulo 12

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Aquí les traigo otro capítulo más de esta historia que esta empezando. Si les gusta el capítulo no olviden comentar, voten y compartirlo, si les gusta el contenido pueden regresar por mas.

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Soy Jiny

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Cristobal dejo su auto en el garaje de su casa. Tiene la esperanza de encontrarla todavía con su hija. Vio su auto en la puerta principal cuando paso por frente, pero con la mala suerte que lo rodea. El entrando por la puerta de la cocina y ella montada en su auto.

–Hola Isabel –saluda.

–Hola muchacho, ¿vas a comer? –pregunta.

–Sí, pero primero voy a ir a buscar a mi pequeña –explica.

–Esta en la habitación con esa joven Carolina –informa.

–Gracias – susurra.

Se va en busca de su pequeña Victoria, al salir de la cocina y caminar por el pasillo para subir las escaleras, ve a Carolina bajando. Cristóbal aprovecha y deja su maletín en la mesita de la esquina para no tener nada en su mano.

–Hola –la interrumpe para hacerle ver que ella no esta sola.

–¿Qué haces aquí? –pregunta con amargura. Él solo muestra una sonrisa, mientras niega con su cabeza.

–Pues, esta es mi casa. Puedo estar donde yo –hace énfasis– quiera –concluye.

–Ah... cierto. –susurra.

–¿Ya estas más tranquila? –Pregunta.

–¿Tranquila? ¿Quién puede estar tranquila? Saber que tienes que viajar porque el jefe exige su presencia, sabiendo que hay un virus que esta matando a medio mundo. –Respira profundo– Pensé que era necia y terca, pero lamentable que usted es peor y súmale otros adjetivos–comunica.

–Bueno, los negocios son negocios y atrasarlo representa perdidas –explica– además eso es lo primero que tienes que saber si vas a manejar en algún momento los negocios de tu padre –comparte.

–Yo prefiero la salud de mis empleados –contradice.

–Lo dices porque estas en el bando de empleado, si fuera así no estuvieras pensando –intenta hacerla recapacitar.

–Ni lo intentes –dice con firmeza.

–Bueno –hace una pausa –Hablemos de otra cosa, ¿Estas saliendo con Juan Carlos? –indaga.

–Es mi vida privada, no suelo hablarlo con personas que no le tengo confianza –responde desafiante.

–Supongo que es un sí –infiere. Se lleva las manos a los bolsillos para no cometer una estupidez.

–Si me disculpa jefe –hizo una reverencia– pero necesito irme a mi casa –explico. Cristobal vio el aire de sarcasmo y quizo a garrarla para darle un escarmiento, –ya tendría tiempo,–pensó.

–Adiós –susurra cerca del oido de Carolina. Está al escucharlo, su cuerpo se estremeció y se alejo como la peste. Cristobal esbozo una sonrisa se fue para encontrarse a su pequeña y único amor.

Carolina encuentra el roto de la llave y la giro para encender el motor de su auto, en cuanto pudo salir de esa casa. Cómo es posible que un hombre la ponga así de nerviosa, y ni siquiera hubo algún rose que pudiera decir, que hombre. Tiene que reconocer que se conserva muy bien, esos ojazos, sus labios y esa sonrisa que saca de ves en cuando hace que suspire como una idiota. Tiene que sacárselo de la cabeza, porque el único que podía sufrir las consecuencias es su corazón.

Corazon de PiedraWhere stories live. Discover now