𝐼𝐼

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Pruebas
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Una vez que Afrodita y Nereo llegaron a un acuerdo, la Diosa de la belleza se presentó ante Nihil sorprendiéndola por su gran hermosura, la chica se arrodilló ante Afrodita en señal de respeto, esto hizo que la Diosa sonriera, Nereo había hecho un muy buen trabajo educándola, tal y como lo había hecho con ella hace muchos milenios.

El Dios le indicó Afrodita que irían a los manantiales más hermosos del Lerna en honor a su visita, la rubia acepto y decidió encaminarse primero en compañía de sus sirvientes, mientras tanto padre e hija se tomaron su tiempo para llegar a dichos manantiales ya que caminaban a paso lento observando los alrededores.

–Nihil, quiero hacerte una pregunta, recuerdas las palabras que te dice hace mucho tiempo atrás? —El Dios detuvo su paso, esperando a que su hija hiciese lo mismo para poder hablar con ella, ante las palabras de su padre, la chica negó incitándole a que se lo repitiese. —Yo, Nereo Dios de las Olas del Mar, primer hijo de Ponto y Gea. Te proclamo como hermana de Tetis e hija ilegítima de Gea, ya que haz nacido de sus lágrimas, de las aguas dulces y de la sangre derramada en la Titanomaquia, no tienes ningún poder sobre las aguas mas sin embargo tú belleza es suficiente para que los mares se regocijen al verte y te abran paso entre ellos, divina eres, tú existencia es sinónimo de un equilibrio entre la creación y la destrucción, por ende nadie será capaz de ponerse sobre ti y pisotear tu voluntad, andarás por el mundo tomando tus propias decisiones, trayendo tanto paz como destrucción a la humanidad —La chica asintió en agradecimiento mientras que su padre la miraba con orgullo, estaba totalmente seguro de que sería capaz de superar cualquier adversidad.

Continuaron con su camino, hasta llegar a los manantiales donde se encontraba esperándolos la Diosa de la belleza, al verlos llegar esta se acercó a Nihil diciéndole que su visita se debía a que ella había sido elegida por los Dioses para cumplir su voluntad.

Procedió a explicarle que su deber era ir a la ciudad de Tebas y destruirla por completo con sus habilidades, ya que esa era la voluntad de los Dioses del Olimpo y nadie podía imponerse ante eso, Nereo notando la confusión en su hija, le recalcó que aquello era más bien una orden directa que ella tenía que cumplir si o si.

La peliblanca no era capaz de asimilarlo, ir a Tebas y destruirla? Pero porque razón? Porque la voluntad de los Dioses era esa? Porque le habían encomendado a ella esa tarea? No lo tenía muy claro, pero su padre le había ordenado cumplir la orden y ella iba a obedecerle, a fin de cuentas era lo menos que podía hacer para pagarle todo lo que él había hecho por ella.

Ya estando preparada tanto mental como físicamente, decidió que acataría la orden sin rechistar, se despidió de Afrodita quien le deseó suerte ya que según ella iba a necesitarla, luego de esto Nereo guió a Nihil por la isla Ortiga hasta llegar a Tebas, estando allí la chica no supo como reaccionar.

Toda su vida estuvo recluida en el Lerna por ende jamás había convivido con otras personas, todo llamaba su atención, los templos, las vestimentas, los puestos, los animales, todo era mucho mejor y mucho más lindo de lo que alguna vez había imaginado.

Caminando por varios rincones de la ciudad noto que todo estaba en orden, no había peleas o conflictos entre los ciudadanos, los templos estaban totalmente llenos de ofrendas, las leyes se cumplían y lo más importante de todo era que había paz, una paz que si mal no recodaba su padre le había dicho que no era algo muy característico de los humanos, le sorprendió ver tal armonía y se sintió conmovida al ver cómo todos eran tan amables con ella a pesar de que era una completa desconocida.

Pasaron varias horas y la chica no mostraba ningún indicio de querer destruir Tebas, ya había recorrido toda la ciudad y se encontraba sentada en las afueras de esta, Nihil estaba demasiado confundida, todo era demasiado hermoso, porque los Dioses querían destruirlo? Ellos realmente querían destruir un lugar donde estaba la paz que tanto proclamaban?

Su cabeza estaba hecha todo un caos, sus pensamientos estaban liados, se sentía atrapada entre tomar sus propios decisiones o cumplir con el deber que le habían impuesto.

Recordaba a la perfección las palabras de Afrodita «Esa es la voluntad de los Dioses y nadie puede imponerse ante eso».

Pero también recordaba las palabras de su padre «Nadie será capaz de ponerse sobre ti y pisotear tu voluntad, andarás por el mundo tomando tus propias decisiones, trayendo tanto paz como destrucción a la humanidad».

Tomaba en cuenta ambas partes pero aún así no sabía qué hacer, era obvio que no quería que los humanos sufrieran sin razón, pero tampoco quería ser castigada por los Dioses.

El sol se escondió, dándole paso a un hermoso cielo estrellado junto a una brillante luna llena, Nihil aún seguía sentada en las afueras de Tebas, miraba sus manos fijamente, llevaba unos guantes negros sin dedos en ambas manos, pero el de su izquierda tenía una pequeña placa de cristal en la palma, de esa forma evitaba destruir cosas accidentalmente, cerró sus puños apretándolos con fuerza debido a la frustración que sentía al no saber con exactitud cuál era la decisión correcta.

Pasaron varios minutos y la chica por fin se había decidido, así que se levantó del suelo con una media sonrisa plasmada en su rostro, había optado por seguir las palabras de su padre, no importaba si eran los Dioses, no permitiría que nadie decidiera por ella, la decisión que había tomado era que no destruir sin razón alguna, por ende emprendió su camino devuelta al Lerna.

Mientras caminaba por la isla Ortigia encontró una flor muy hermosa y llamativa la cual decidió llevarle Afrodita en señal de disculpa por haberla hecho esperar, luego de varias horas caminando por la isla finalmente llego a los manantiales, encontrándose con las miradas atentas de su padre y Afrodita, Nihil se acercó a la Diosa entregándole la flor que había tomado para ella.

–Muchas gracias pequeña...... pero veo que no has cumplido con tu deber —Tomo la flor entre sus manos, admirándola por unos segundos para finalmente destrozarla y tirar el tallo a los pies de la peliblanca.

–Afrodita-Sama con todo respeto quiero decirle que eso no era ningún deber, yo no nací para eso, y no porque lo Dioses me lo ordenaran significa que era mi deber —La chica recogió el tallo de la flor, y lo toco con su mano derecha haciendo que los pétalos volvieran a crecer.

–Estas consciente de que recibirás un castigo por imponerte ante la voluntad de los Dioses? —La voz del Dios sonó tan severa que incluso Afrodita dio un pequeño respingo, Nihil simplemente asintió.

–Bien, serás castigada delante de todos los Dioses, por ende vendrás conmigo al monte Olimpo —La Diosa de la belleza sonrió al observar cómo la chica no mostró ningún signo de temor y acercó a Nereo para despedirse de este.

Ambas féminas emprendieron su camino al monte Olimpo, Nihil iba cabizbaja detrás de Afrodita, mientras que la Diosa tenía una sonrisa triunfante en su rostro, ya que su plan había dado resultado, probó a la menor para ver su fuerza de voluntad y esta pasó la prueba, aunque la estaba engañando diciéndole que sería castigada, todo esto era una vil mentira para que la chica no sospechara que sería llevada al Olimpo para ser puesta ante los ojos de Zeus y que este viera sus habilidades.

𝙊𝙡𝙮𝙢𝙥𝙪𝙨 ❥ 𝙎𝙝𝙪𝙪𝙢𝙖𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙑𝙖𝙡𝙠𝙮𝙧𝙞𝙚.Where stories live. Discover now