𝙊𝙡𝙮𝙢𝙥𝙪𝙨 ❥ 𝙎𝙝𝙪𝙪𝙢𝙖𝙩𝙨𝙪 𝙉𝙤 𝙑𝙖𝙡𝙠𝙮𝙧𝙞𝙚.

𝒳𝒱𝐼𝐼𝐼

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Humanidad
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–Por lo que veo las cosas no salieron tan bien... —Comentó Zeus observando a su hijo quien se encontraba frente a él, aún con su labio inferior sangrando.

–Realmente salieron mejor de lo que esperaba —Sonrió ladino mientras limpiaba las gotas de sangre que escurrían de su labio inferior. –Al final usted tenía razón Zeus-sama, Hil-san dejó de reprimir su poder destructivo, puede que de cierta forma sea mucho más poderosa ahora.

–Obviamente lo es, ya no tiene ningún tipo de límite respecto a su destrucción.

–Zeus-sama, puedo preguntar el porqué le interesa tanto el poder de Hil-san? —Indagó con curiosidad.

–Ella es una carta muy importante para nosotros los Dioses, si de alguna forma decidiera inclinarse más hacia el lado de la humanidad, nos traería muchos problemas —Le explicó a Hermès.

–¿Quiere decir que ella sería un posible traidora? —Miro a Zeus con incertidumbre en espera de una respuesta, no se esperaba escuchar esas palabras.

–No como tal, Nihil es alguien que se guía mucho por su criterio y si su mentalidad se mantiene cómo está, seguirá de nuestro lado —El padre de los Dioses soltó un suspiro de molestia, al pensar que Nihil podría irse con los humanos. –Pero si se relaciona con la humanidad y su percepción de las cosas cambia, estaría del lado de ellos solo porque su criterio lo dice, no porque le interese pelear contra nosotros o traicionarnos.

–No le preocupa el hecho de que si su criterio cambia podría estar a favor de la humanidad? —Él no entendía cómo Zeus podría estar tan tranquilo ante una posible amenaza.

–Eso sería un gran problema, pero para mi no es una preocupación, primero veré cómo le va con su cambio, tal vez luego pueda preocuparme por si apoya a los humanos o no —Hizo un ademán restándole importancia al tema.

Hermes asintió ante las palabras de Zeus para seguidamente salir de la habitación, deambuló por los pasillos durante algunos minutos pensando en las palabras de su padre y en lo que había ocurrido con Nihil hace algunas horas.

Por alguna razón no podía sacarse de su cabeza los ojos de la Diosa su mirada era hipnotizante, sentía como si quisiera volver a verla solo para contemplar su mirada, cada vez que recordaba esos ojos era como darse un trago de fantasía haciéndolo olvidar por completo todo el peso que tenía encima, ella tenía una mirada que podía dar una sensación de paz inigualable, o bien su mirada podría causar escalofríos como si te calara hasta el alma con esos ojos rojos tan intensos.

El mensajero de los Dioses caminaba por el Valhalla perdido en sus pensamientos, con unas inmensas ganar de ir y buscar a la Diosa, sin embargo tenía sus propias responsabilidades, ya luego tendría tiempo para ir con Nihil además ella vivía en el Olimpo lo cual significaba que habría tiempo de mas para que se encuentren, así que no debía preocuparse por verla ahora, sin contar el hecho de que la Nihil actual probablemente le causaría muchos problemas si se relaciona mucho con ella.

Mientras tanto en el castillo de los Dioses, precisamente en los aposentos de Nihil, la peliblanca se encontraba saltando de emoción junto con el Dios del engaño, quien la había llevado a la tierra durante unas horas, la Diosa se emocionó por que era la primera vez en mucho tiempo que iba a la tierra, los humanos habían cambiado muchísimo, no veía ofrendas en ningún lado, ni pueblos campesinos, ahora todo se resumía en grandes ciudades y mucha tecnología.