Mi decisión

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Al entrar a la habitación sentí de inmediato lo fría que era. Como todo el lugar, era igual que todo lo demás, muy antiguo y obscuro.
- Tienes suerte de que tengamos esta única habitación con cama. Ya la estábamos reservando para ti - río por debajo - ahora vuelvo para que des tu decisión - dijo dirigiéndose a la salida
- Espera - le pedi con voz entrecortada. Aunque sabía que era parte de los Vulturi, era el único a quien menos le temía - ¿Porque estás haciendo esto? - trate de no estallar en llanto
- ¿Que? - se volvió para mírame
- ¿Porque lo haces? Se supone tú eres un integrante nuevo, ¿como fue que te convencieron tan rápido para ser parte de esto? ¿O es que tú también estás atado como yo? - bufé - ¿Que ganas tu?
Michael sonrió ingenuamente mientras se acomodaba su cabello.
- Tu no sabes nada. No lo entenderías aunque te lo contara, créeme - torció la boca- acá no se trata de que ganes o no. Recuerda que estamos en un clan. Tenemos el poder. Deberías sentirte bien de ser parte de la ... realeza - rio sarcásticamente
- por favor ... ayúdame - ni siquiera yo sabía porque estaba haciendo esto. Tal vez si era en vano, pero algo en mi me decía qué tal vez en el fondo el era bueno. - Si te encargaste de investigar todo de mi, creo que sabes más que nada que están siendo muy injustos con todo esto
- ¿Ayudarte? - me miró extrañado - por favor. Tú tienes la oportunidad de elegir - puso los ojos en blanco - algunos no la tuvieron -. De inmediato vi como apartaba la mirada poco a poco
- ¿Elegir? ¿Que voy a elegir? si quieren matar a mi familia por mi libertad- dije sollozando. Ya no me importaba si me veía vulnerable ante el - esto es un maldito infierno - le grite
Michael guardó silencio un momento y me observo fijamente. Sus ojos rojos me atraparon por un instante, poniéndose firme de nuevo
- Espero decidas bien, porque también puedo contar lo de tu abuelo- suspiró levantando una ceja- creo que no le gustará a Aro saber que Bella esconde a su padre por saber de nosotros - me dio la espalda y salió de la habitación cerrando la puerta.
Era lo último que necesitaba oír. Ya había perdido. Todo rastro de esperanza se había ido. Ya no había más opciones. Me había resignado, ahora tenía que continuar definitivamente con una nueva vida.
Poco a poco sentía como mis piernas se iban desvaneciendo. Empecé a llorar incontroladamente. De alguna manera era la manera más fácil de poder sacar el dolor constate que tenía en mi interior. Estando ya en el suelo con ambas manos rodeando mis piernas agache mi cabeza y seguí llorando. Mientras lo hacia solo recordaba una y otra vez a mi familia, mi casa, a mis amigos, a Jacob, mi vida entera. Empezaba a sentir un hueco en mi pecho conforme pasaba el tiempo. No sabía cuánto tiempo estaría ahí, el llanto no estaba ayudando a tranquilizarme ni un poco, pero no me importaba, ya nada me importaba en estos momentos. Pues apenas estaba empezando mi pesadilla, esta pesadilla real.

No se cuánto tiempo había pasado pero estaba segura que mi cuerpo ya no me permitía llorar más. Sintiéndome débil flexione mis piernas y levanté la mirada. Empecé a secar mis lagrimas cuando tocaron la puerta un par de veces y seguido de eso entro Michael con la mochila que había traído conmigo
- Ten, marcaron hace rato, pero quise esperar a que .. te calmaras - dejó la mochila en la cama. Ahora se veía más calmado, no había rastro de sentimiento en su rostro.
Al mirar a mi alrededor me di cuenta que estaba en el suelo junto a la cama pero no me iba a molestar en levantarme.
- Te daré un segundo para que llames. Estoy seguro cual es tu decisión así que deberías prepárate para volver y despedirte. - dijo recargarse en la puerta y poniendo la mirada fija en el suelo. Estaba como estatua esperando
Sin tantas fuerzas trate de levantarme rápido y tomar la mochila. Busque en la bolsa delantera y saque mi celular, el cual tenía una llamada de Bella.
Aún no sabía que le diría ahora, ¿como iba a convencer a todos que me uniría a los Vulturi por voluntad propia?
Estaba tratando de tomar el valor suficiente para hablar cuando empezó a sonar el teléfono. Era de nuevo Bella.
Tome un bocado de aire y aclare un poco mi garganta
- ¿Bueno? - conteste fingiendo mi voz por algo más tranquila
- Cielo, Ya me había preocupado - suspiró -¿como va todo? ¿Donde estas?-dijo deprisa. Su voz se había vuelto ahora algo doloroso para mi. No me imaginaba cómo iba a ser la despedida cuando llegara el momento.
- estoy bien mamá- me apresure a decir mirando de reojo a Michael pero el seguía estático
- ¿Ya ... los viste? - sabia que aún estaba muy preocupada. Aunque ya le había dicho Alice las supuestas visiones, ella no quedó nunca convencida
- Eeeh, si, ya vi a los Vulturi - suspire- volveré mañana. Hoy quiero descansar un poco
- ¿Que paso? Te fuiste con Michael, ¿verdad? - dijo confundida. "No quiero recordar eso" me dije rápidamente. Lo menos que quería ahora era volver a tener la culpa y resentimiento por lo que había hecho.
- Si, yo te explico cuando esté allá, ¿ok? trate de oírme lo más relajada posible-No te preocupes, ya volveré a casa - senti como se me hizo un nudo a la garganta al decir eso.
- ¿donde te quedarás?- contesto rápidamente
- Buscare un hotel, descuida
Hubo un silencio por lo que me empecé a preocupar, si es que llegaba a notar algo raro
- ok - dijo después de unos segundos - te ... estaremos espéranos. Te amo, hija
- Y yo a ti, adiós - colgué rápidamente antes de que pudiera decir alguna otra cosa
Deje el celular junto a mi y permanecí en silencio unos segundos. Después mire a mi alrededor observando a Michael que aún seguía ahí
- Bien - suspiró - antes de bajar creo que será mejor empezar los cambios desde ahora - volvió su sonrisa dirigiéndose al armario gigante que había frente a la cama.
Al abrirlo me percaté que estaba lleno de ropa. Toda negra, Justo como su estilo. El solo pensar que estaba diseñado perfectamente su plan me ponía peor.
- Yo elegí la ropa - rio por debajo- escoge lo que quieras y después baja- dijo dejando el armario abierto. - ya te están esperando. No tardes - salió de la habitación
Este era el inicio y ya sentía que era lo peor del mundo, ¿realmente había algo peor? También controlarían mi aspecto.
Empecé a mirar que había en el armario, por lo que encontré solo prendas negras, de cuero y algunas rasgadas, todo el estilo de Michael.
Debía ser fuerte, aunque no sabía si lo podía ser sintiéndome destruida por completo. A partir de ahora cambiarían muchas cosas.
Sin ánimos escogí lo primero que encontré sin importarme qué combinara o se viera bien y empecé a vestirme. Todo lo empecé a hacer mecánicamente. Me sentía controlada por completo estando aquí, y desde luego todo lo bueno que llegaba a tener de mi se iba a ir desvaneciendo poco a poco.
Al terminar de arreglarme salí de la habitación. Baje al primer piso y me dirigí al gran salón de nuevo
- Será buena idea que vayas a despedirte de tu familia- dijo Aro en cuanto abrí la puerta.
- Te recomendamos no ser tan explicita a la hora de darles la noticia de que te nos unirás - hablo Cayo
- Michael se encargara mañana.
Permanecimos en silencio todos en la sala.
- Querida, deberías estar feliz - dijo mirando mi cara sin ningún rastro de sentimiento. Hasta yo misma me podía imaginar mi aspecto. - Créeme que te llegará a parecer muy buena idea ser parte de nosotros - sonrió. - Bien. Jane- llamo
-¿ Si, amo ?- contesto de inmediato
- Tu te encargaras de darle con detalle las reglas que tenemos, pequeña. Ahora lo más importante es empezar a ver qué tipo ... de dones tienes exactamente - me miró de arriba a bajo- Vaya que has de haber heredado cosas más inusuales, sabiendo que es lo que pueden hacer tus padres.

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