Day one hundred

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–¿Es necesario cubrirme los ojos?–Heesook murmuró débilmente.

–¿Si? No tendría sentido la sorpresa.

–Yah, Donghyuck...

–¡Taran!–El muchacho soltó la venda de sus ojos dejando ver la comida en frente de ellos.

–¿A qué se debe esto?–Las cejas de Heesook se levantaron mirándolo.

–Pues... Nunca hemos tenido esas cenas románticas que siempre vemos en las películas que te gustan. Así que le he pedido al doctor y a Sooyoung que me ayude con esto. Yeri cocinó algo apto para que comas, no te preocupes.–Haechan sonrió.

Heesook lo miró, lo amaba tanto que hacía que su corazón doliera.

–Gracias... Esto es tan... Hermoso.–La sonrisa de ella llenó su rostro, haciendo que sus ojos se ocultaran como siempre lo hacían.

Ambos comieron y bebieron con risas y besos de por medio. Heesook se sentía más que bien, a pesar de todo lo sucedido últimamente ese día se sentía animada, tal vez era una señal de que todo mejoraría para ella.

–Uhg, estoy repleto.–Haechan se tiró en los pies de la cama de Heesook.–Pero podría comerme un postre de chocolate...

–Eres un glotón.–Heesook se rió al verlo a acariciar su estómago.

–Me amas así de glotón.–Él le saco la lengua.

Sí, lo amaba y con locura.

Ambos se colocaron para ver una película pero Haechan había olvidado llevarle las cosas a Yeri, sino sabía que se llevaría una regañada por sus jefas.

–Ya regreso, sabes cómo es Yeri... Las vajillas son importantes.–Él rodó sus ojos.–Puedes empezar a verla si quieres... Voy y vuelvo a la velocidad de la luz.

Heesook sonrió asintiendo.–Está bien, te espero.

Haechan dejo un beso en sus labios pero cuando iba a irse se volvió para dejar más besos en el rostro de Heesook.–Te amo.–Murmuró él.

–Yo también.

Cuando él se fue, sintió unos dolores en su pecho que provocaron que se quejara. Automáticamente presionó su botón para llamar a Solji.
Haechan caminaba alegremente hacía la cocina con los platos, cubiertos y vasos que habían utilizado. Tarareaba una canción pegajosa mientras miraba el pasillo.

–¿Cómo te fue, galán?–Yeri le sonrió levantando sus cejas.

–Más que increíble.–Suspiró.–Oh, por cierto ¿Tienes postres de chocolate? Se me antojo uno.

–Suenas como una mujer embarazada y no, no tengo. Se acabaron por hoy.–Ella hizo una mueca al fijarse en la heladera.

–Oh, está bien. Mañana buscaré uno. ¡Buenas noches Yeri!

–Adiós galán.

Haechan caminó de regreso, pero al llegar a la habitación veía salir a los médicos. Por su cuerpo recorrió una helada y se acercó con rapidez a la habitación.

Su respiración se cortó.

Estaban reanimando a Heesook.

Los ojos de Haechan se llenaron de lágrimas rápidamente, su respiración estaba siendo irregular y su pecho comenzaba a doler.

–No, no, no... Heesook.–Intentó acercarse a ella pero el dolor que sentía en su cuerpo lo hizo arrodillar hasta que todo se volvió negro.

–Donghyuck... Donghyuck...–La dulce voz de Heesook hizo que Haechan abriera sus ojos. Estaba en un patio, cosa que hizo que él frunciera su ceño.–Hasta que despiertas, dormilón. Vamos, tenemos que volver a clases.

I'll be your home → Lee HaechanWhere stories live. Discover now