Capitulo 2: El cumpleaños más esperado y el menos disfrutado.

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Eran las 8:00 de la mañana cuando sentí el sol entrar por la ventana, quería cerrar la cortina y seguir durmiendo, me sentía cansada.
Pero senti algo más en la cama, mejor dicho, alguien más.

- ¡Feliz cumpleaños Em!

Dani con una sonrisa de oreja a oreja, y sus ojos somnolientos.

Me incorporé en la cama y ella aprovechó para abrazarme fuerte y efusima.

-Añadió-.
- Sé que no es como lo esperabas, pero es tu día, intenta pasarlo bien, okey? Sabes que te quiero y deseo que seas feliz siempre.

Me solté de su abrazo y la miré a los ojos.

-De acuerdo rubia mandona y ¡Muchas gracias! -Sonreimos por el recuerdo-.

Dani es un año mayor que yo, y al mismo tiempo todo lo contrario a mi, pero de igual modo nos criaron casi juntas, somos como hermanas.

Cuando eramos niñas a Dani le gustaba mandar en todo lo que jugábamos, y un día nos peleamos (cosas de niñas ya saben) asi que le grité que era una horrorosa rubia mandona. Desde ese día la llamaba asi todo el tiempo.

- De acuerdo señorita chistosa, eso quería ver de ti hoy. -Habló con entusiasmo-.

- Bien, ahora vamos a preparar el desayuno porque mi estómago ruje. -Asintió y salimos de la habitación-.

En la cocina ya se encontraba mis tíos, y mi hermano.

- Buenos días. -Saludó Dani-.

Y los 3 voltearon a vernos. El primero en levantarse fue mi hermano.

- ¡Feliz cumpleaños loca hermana!

- Gracias pequeño diablito.

- Te quiero.

- Yo a ti.

Procedieron mis tios al saludo y luego nos sentamos a desayunar todos juntos, hasta ese momento no se tocó el tema de mi abuela.

Finalizando el desayuno, mi tia agregó.

- Emi, tu padre dijo que vendrá por ti, para llevarte a escoger una torta de cumpleaños.

No logré procesar la información y sólo respondí.

- Oh, está bien, iré a cambiarme.

Torta de cumpleaños, pensé, mi cumpleaños con mi abuela en terapia, toda una ñiñez esperando este día y ni siquiera disfruto de él. Algo triste no?

***

Estábamos camino a la repostería, cuando se me ocurrió ir a ver a mi abuela, no iba a recibir su saludo, pero la veeria un momento, como mucho.

- Papá, luego de comprar la torta, puedes llevarme al hospital, necesito verla. -Me observó por el retrovisor y asintió-.

- Em, se que esto no es lo que planeamos, pero no te desanimes, si? Ella estará bien y estará para tu gran noche. -habló mamá-.

- Lo sé mamá, pero hay simplemente sentimientos que no podemos retener, que no podemos no mostrar o no sentirlos. -Me miró y sonrió-.

- Sé que no Em.

Luego de elegir la famosa "torta", pasamos por el hospital, fui hasta donde ella se encontraba, la observé, le tome de la mano y le pedí en silencio que no me dejara. Todos los momentos vividos con ella se reproducían en mi cabeza, cada risa, consejo y charla junto a ella.

- Sólo inténtalo una vez más. Por favor. -Hablé pausado y apreté su mano. Ahí me quedé un momento más, procesando todo-.

Mi abuela era una mujer muy sensible, pero amorosa, y fuerte ante los obstáculos de la vida. Sobre todo dispuesta a sus hijos y nietos. Ella era mi heroína.

Atrapados En Dramas.Where stories live. Discover now