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- ¿Se siente bien? -. Le preguntó mientras la veía vagar la mirada. Su tono de palidez le hacía lucir extremadamente enferma y Wilson comenzó a preguntarse si la chica se estaba alimentando correctamente.

-No desde hace un tiempo-. Respondió volviendo a sus pensamientos. Él asintió mientras tamborileaba una pluma sobre el escritorio.

-La señorita Lehnsherr y usted eran muy amigas me parece

-Desde hace años, siempre fuimos muy unidas

- ¿Qué cambio?

-Las mentiras-. Lagrimas silenciosas rodaron por sus mejillas y el detective le acercó un pañuelo hasta su esquelética mano.

-Este es un caso bastante complicado-. Añadió consternado. - Todas las personas que vieron por última vez a Selina, discutieron con ella

-Creí que ella había sido egoísta conmigo-. Rompió en sollozos. - La noche en que desapareció tuve una última oportunidad de hablar con ella y mi orgullo ganó. Cuando supe lo que pasó, lloré hasta secarme

- ¿Se sintió culpable?

-Por supuesto. No debí apartarme de ella nunca

Bajo la mirada. Los destellos pelirrojos de su cabello ahora se vislumbraban opacos y sostenía temblorosa el pañuelo. Clarissa Geist era la demostración de lo fácilmente que la juventud se podía apagar.

- ¿Usted sabía a dónde pudo haberse dirigido aquella noche? -. Continuó mientras tomaba un par de notas. Ella negó con la cabeza.

-A la graduación nunca llegó. Solo sabía eso

- ¿Usted estaba enterada de la relación que mantenía con el profesor y dueño de industrias Lodge?

Suspiro prolongadamente buscando calmarse. Agachó la cabeza y se mesó el cabello con ambas manos desesperada, los ojos que lo miraron estaban inyectados en sangre

-Si-. Respondió súbitamente. - Yo estaba enterada

- ¿Selina Lehnsherr le mencionó algo?

-Para nada. - Tomó aire mientras a su mente llegaba la escena en el bosque, los encuentros después de clase y las habladurías sobre cómo su amiga se involucraba con el hombre más peligroso de Riverdale. - Solamente lo sabía y decidí no juzgarla

-Sin embargo, al final lo hizo

-Por atreverse a pensar que yo la juzgaría al saberlo

- ¿Y no lo habría hecho?

-El hombre es un animal, ella estaba al tanto... Pero a veces los corazones más puros se ven atraídos por la oscuridad

- ¿Consideraría a su amiga cómo un alma pura?

-Ella fue un alma pura para él-. Exclamó en un último aliento, lleno de dolor e ira.

Somos lo que elegimos ser. Se había vuelto algo tan repetitivo que incluso sentía canturrear las palabras en su cabeza

Caminaba de un lado a otro sin rumbo. Necesitaba que el aire le golpeara el rostro mientras avanzaba y no lo iba a conseguir en el auto.

Estaba tan atormentado por sí mismo que ni siquiera distinguía por dónde se movía... Fue quizá uno de los momentos más desdichados de su vida porque por primera vez no sabía qué hacer.

Quizá el mismo alcohol que ya se había convertido en su fiel compañero era el que no le permitía pensar con claridad... Pero si de algo no podía olvidarse era de que se habían terminado las oportunidades, gracias a su descuido jamás podría escapar de lo que ahora se avecinaba y tampoco cumplir con la última petición de Selina

Era trágico de solo imaginarlo: Un hombre con una mente cómo la de él ya no se sentía con la capacidad mental para burlar a un juez ni para afrontar las noches sin una botella de fornasetti.

Por un momento dejó de afligirse y sintió alivio. El golpe que le propinaron en la parte baja del estómago le hizo caer de rodillas hasta el piso y al tocarse la cabeza la sintió húmeda pero no se escandalizo... continúo allí ante los impactos hasta quedar inconsciente y sentir muy sutilmente, el manto de la muerte.

¿Y qué es lo que ocurre cuando llega ella? ¿Acaso todas las cosas maravillosas se oscurecen?

Hiram no vio a nadie mientras su interior se desvanecía. No vio a su hija, ni a su madre. Ni siquiera a su preciosa Selina... Mucho menos una luz cegadora y llamativa.

Pero es que aún seguía respirando y aferrándose a la vida. Si cesaba el funcionamiento de sus órganos o la fluidez de la sangre, detendría la actividad cerebral y él habría muerto en ese preciso momento... acabando con todo. Pero la muerte al pasar a su lado respiró su aroma encontrándose con infortunio y desgracia... y se regocijo con ello. Decidió que no era el momento de pasar su helado manto a través del hombre que continuaba emanando sangre. Por decisión propia se marchó, para que cuando lo encontraran, dijeran que fue un milagro tenerlo vivo.

Nights Without MoonlightWhere stories live. Discover now