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El otoño se aproximaba y las verdes hojas habían cambiado de color, adornando las fachadas

Entonces pensaba en sus planes a corto y largo plazo. Lo que siempre había deseado pero llevándolo a placeres simples. Cómo dirigirse por la noche a un espectáculo en Broadway, en un vestido de gala diseñado por Victoria Beckham

O recorriendo Inglaterra de la mano de Clarissa, pensaba en el Big Ben, en la abadía de Westminster y por supuesto, El castillo de Windsor.

En cualquier lugar que pudiera hacerla sentir cómo una princesa.

El precio de algunos sueños para hacerse realidad era dejar de lado a otros...

Aquella tarde se sentía suya. Pareciera que el cielo se había pintado de tonos anaranjados y rosas sólo para ella

Era el primero de muchos que no se veía cómo el día más oscuro.

Sin embargo, no siempre las tormentas anuncian los desastres.

Divisó un Mustang negro en la encrucijada, al final del lago

Entonces recordó un sueño

Sonrió para sí misma, aunque no lo deseara. El viento le golpeó suavemente el rostro y erizó su piel al grado de encogerse de hombros, mientras mantenía la mirada fija en el frente, deteniéndose.

La puerta se abrió y se puso de pie junto a él, mirándola a través de los lentes oscuros

Pero no llevaba traje. Era una chaqueta de cuero negro y pantalones vaqueros.

Las arrugas en su frente se habían enmarcado poco más y el brillo de los ojos se mantenía oscurecido, justo cómo la última vez que lo vio.

En sus sueños, ella corría hasta que él la tomara entre sus brazos. Pero en su realidad sólo había conseguido mantenerse estática.

Abrió la puerta del auto indicándole que entrara, y al no recibir respuesta, la cerró nuevamente acercándose hasta ella, quién simplemente lo observaba.

-E vuelto-. Se posicionó delante de ella, manteniendo su sonrisa y retirándose las gafas mientras la veía allí de pie, con una mirada amarga.

- ¿Porqué?

-Te dije que te diría la verdad

-Ya no la necesito-. Farfulló, gélida.

Hiram miró hacia el reloj en su muñeca izquierda y apretó los labios, intranquilo

-Sólo te pido que hablemos

- ¿Y después qué? -. Exclamó.

-Será tu decisión

Selina negó con la cabeza mientras soltaba una pequeña risa sorna. Pasó a su lado dirigiendose hasta el auto. Una vez allí dentro, el cerró la puerta y clavó la vista en el espejo retrovisor

- ¿No esperarás a que te haga preguntas o sí? -. Se mofó, inclinando brevemente el asiento.

Hiram suspiró, sin apartar la mirada del frente.

-Algunos rumores sobre mí son reales. Fui un poderoso empresario y presidente de industrias Lodge. Pero también un mafioso y formé parte en el negocio de las drogas... Estuve en juicio por malversación y fraude.

- ¿Y eso te trajo aquí? -. Inquirió. Lodge negó con la cabeza. Antes de seguir hablando se tomó un respiro, a pesar de que prometió decirle toda la verdad, debía omitir un par de detalles, cómo la alianza entre Logan Hildegard y la madre de Selina, quién investigaba el asesinato de su esposo.

-No....-. Respondió con la voz queda al cabo de unos segundos. - Cuándo estuve a punto de perder todo, aposté con la vida de mi hija. Creí que sería algo seguro, pero me tendieron una trampa y me vi obligado a huir con ella y con mi esposa... pero ya no me querían a su lado

- ¿No las asesinaste? -. Masculló. Hiram giró su cabeza hasta ella.

-Les salvé la vida llevándolas lejos de mí, pero, aquella noche necesitaban mi ayuda.

- ¿Estaban en peligro?

-Sin mi protección, sí. Tenía que irme lo más pronto posible, pero debía despedirme de ti.

Era probablemente la verdad por la que estaba clamando durante tanto tiempo, y ahora sentía cómo si hubiese dejar una pesada carga que llevaba en su espalda, olvidándose de todo aquello que le había dicho Clarissa.

Pero había algo más por preguntar.

- ¿Nunca te separaste de tu esposa, ¿verdad?

-No-. Susurró. Ella sintió caliente el rostro. Aunque ya no esperaba nada de él, hubiera deseado que al menos en eso no hubiera mentido

-Claro-. Tomó aire. - ¿Es todo?

- ¿Que más quieres saber?

- ¿Mentiste en algo más?

-No.

-Entonces puedes regresar tranquilo con tu familia-. Sentenció.

Hiram Lodge la tomó cuidadosamente del brazo.

-Tampoco fue fácil para mí.

- ¡Sécate los ojos! -. Vociferó apartándolo de sí.-Te fuiste y no te molestaste en llamar ni enviar un sólo mensaje en tanto tiempo. Esa noche no te pareció muy complicado irte y dejarme, ahora entiendo que me abandonarías una y otra vez.

-No es seguro ser quiénes somos y lo sabes. Pero te llevare a dónde nadie lo sepa. ¿New York? ¿Los Ángeles? ¿Reino Unido?

-Eso no va a funcionar-. Refunfuñó abriendo la puerta esta vez. Mientras salía, él le gritó

- ¿Por qué no?

-Porque al final siempre me dejarás y la única lastimada seré yo

- ¿Crees que es la única forma de lastimar a alguien?

-Estoy segura de que hay más que esa, y no quiero averiguarlas

-No puedo permanecer mucho en Deep Lake...me iré esta noche, pero en tres semanas cumples la mayoría de edad. Te esperaré en los límites del pueblo, a las 7. Sólo piénsalo.

Nights Without MoonlightWhere stories live. Discover now