Soy una espada, solo sé causar heridas.

He lastimado a mi familia, nuestra imagen, a Rhea y Adhara.

Mi Adhara.

No la veo hace semanas, o la veo pero no la miro. Había ido a buscarla en cuanto me dejaron salir después de que volviéramos a casa, en realidad, no es que me lo prohibieran, pero las miradas gélidas que recibía cada vez que me acercaba a la puerta me detenían en seco. Era increíble lo mucho que podían mandar ellos sobre mí. Se suponía que pronto sería un adulto, que iría a la universidad y tomaría mis propias decisiones, pero aún podían retenerme aquí dentro, aún podían pararme sin decir una palabra. Y, sin embargo, logré verla. Me escabullí a nuestro lugar, a nuestro refugio y le escribí para que llegara. Mientras más avanzaban los minutos pensé que no vendría, pero se presentó frente a mí, los ojos hinchados de un llanto que no había llorado en mis hombros pero que había sido por mí. Que horrible realización fue aquella.

―Lo siento... ―fue lo único que logré decirle, sus ojos amielados parecían diluidos por las lágrimas que había llorado y el color casi desaparecía, pero su expresión fue seria y el amor con que me había observado antes se había transformado ahora en dolor.

―¿Cómo perdonarte por lo que no me hiciste a mí? ―era una pregunta real, aun si parecía retórica. Se presentaba como aquello que la había estado atormentando por demasiados días―, tendrías que haberte disculpado con él, no conmigo, tendrías que haberlo mirado a los ojos al menos, pero cada vez que te miré ese día... ―su cabeza se movió de un lado a otro, cada negativa me punzaba en el pecho, nunca habíamos sido esto, jamás había sido así―, no sé quién eres, me duele verte ¿lo entiendes?

―¡Soy el de siempre! Fue un error, lo sé, lo entiendo ahora, tenía miedo, estaba desesperado, debí decir algo pero soy el mismo de siempre ―mi voz sale a puñados, las palabras se me apelotonan en una desesperación que parece no alcanzarla, quiero tomar su mano pero se niega―, soy quien te ama ―quiero gritarlo pero me sale a susurros, quiero tocarla pero me detiene la decepción que representa.

―Entiendo que tuviste miedo ¿crees que no lo he pensado? Pero me asusta que de verdad el que fuiste ese día sea tu «yo de siempre», que ese tú sea el real ―se sentó sobre una roca, alejada de mí―. Puedo imaginarlo, tu miedo, te diste cuenta que era tu destino y no quisiste perderme, pero desconfiaste de mí, me ocultaste la verdad, tal vez si nada hubiera pasado me lo habrías dicho más tarde pero ahora no lo sé y después... Mars ―aprieta los puños―, debiste decírselo, debiste buscarlo y decírselo a todos, ese pobre niño pudo ser violado.

―Yo no quería eso ―lo sabía, la idea me enfermaba cuando lo había visto claro, cuando lo había reflexionado y la imagen se había puesto en mi cabeza. La idea me había dado deseos de vomitar, saberlo ultrajado me había apretado todos los músculos y había llenado mi garganta de una sed de sangre que desconocía―. Nunca querría eso.

―Pero en tu poder estaba impedirlo y no lo hiciste ―apartó la mirada, como si le doliera verme―, es difícil perdonar el silencio, técnicamente no hiciste nada, pero ese es el problema ―me enfrenta, acusadora, decepcionada―, no hiciste nada, cuando alguien te necesitaba tanto. Siempre creí que eras quien pararía un crimen si ocurría frente a tus ojos, no que serías el que mira al otro lado.

―Me equivoqué ―me pongo de cuclillas frente a ella, me deja tomar sus manos y nunca las he sentido tan frías, las aprieto aunque ella no sonríe como lo habría hecho antes, solo por estar juntos―. No pensaba claramente.

―Y usaste nuestro amor como excusa ―recrimina y bajo la vista, no puedo negarlo, no puedo mirarla cuando me acusa de tal modo― ¿qué es lo que realmente pasó? Dime ―y parece estar buscando una excusa, una razón lógica para mi comportamiento, porque su corazón es demasiado grande y necesita que le diga algo que justifique lo mucho que aún me quiere. Porque sé que no ha dejado de quererme... su decepción no dolería tanto si no me quisiera.

En mi oasis siempre hay Luna llena (Spin-off. Fauces II)Where stories live. Discover now