Capitulo 5. Acompañante

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—¿Dormiste bien, Pequeña nuez?—Preguntó sonriente el rubio caminando al lado de la chica.

—Profundamente.—Admitió.—Se sintió bien no tener pesadillas.—Continuó hablando al mismo tiempo que tomaba una caja de su cereal favorito de un estante y lo colocaba en el carrito de compras.

El demonio había insistido en acompañarla a donde ella fuera desde que apareció en su casa esa mañana. Realmente no le importaba lo que él hiciera, siempre y cuando no causara destrozos o algo que involucre la salud de las demás personas. Por lo que no vio como malo ese hecho cuando el rubio comentó que simplemente la acompañaría haciéndose pasar como un humano cualquiera.

Aunque, claro, su vestimenta no solo lo hacía ver como humano, lo hacia ver como un artista famoso debido a su extravagante forma de vestir. Por lo que muchas de las miradas femeninas estaban sobre él, pero la pelinegra simplemente ignoraba a todo mundo.

De repente sintió una presencia sumamente peligrosa a sus espaldas mientras se debatía en cuál bolsa con frituras de maíz debía elegir para prepararse unos nachos para la cena.

—¿Qué crees... Qué estas haciendo?—Habló la presencia detrás de ella con una voz totalmente contenida.

Una gota de sudor bajó por su cien hasta la mitad de su mejilla, su cuerpo estaba relajado contrario a su piel completamente erizada debido a la mirada tan intensa del demonio.

—Decido cuál llevaré para la cena.—Respondió a su pregunta.—¿No te gustan los nachos?

"¿Pensaba invitarme a cenar?" Pensó el enojado demonio, sintiéndose asqueado y alagado al mismo tiempo. "Humana ingenua y tonta..."

—Ese tipo de... Comida... No es de mi agrado.—Señaló la bolsa en las manos de la chica con una mueca de puro desagrado.

Sin embargo, a pesar de la mirada mortífera que le dirigía el "chico" tanto a ella como a las frituras, la pelinegra continuó con sus compras sin inmutarse e ignorando las miradas recelosas de las féminas en el establecimiento.

Cuando se dirigía a la caja a pagar, ya con todo en el carrito, una voz chillona la llamó para que se detuviera.

Suspiró, supuso que nada ocurriría pero se equivocó. No pasó por su cabeza que se encontraría a su "amiga" y compañera justo al día siguiente de salir de clases.

—Regina.—Murmuró su nombre levemente sorprendida.—Hola.

—Eres malvada, Nue, te fuiste de la escuela sin acordar cuando saldríamos juntos.—Se quejó la chica haciendo un puchero y mirando de forma disimulada al acompañante de la pelinegra que desvió la mirada cuando sus miradas se cruzaron.

"Tú te fuiste primero." Pensó la ojiazul queriendo terminar con sus compras.

—Lo siento, no fue mi intención.—Se disculpó en voz baja.

—¿Y quien es tu amigo? ¿O acaso son novios?—El demonio no pudo evitar poner una cara de desagrado hacia la chica que los arribó cuando esta, tomando confianza, apoyó la mitad de su cuerpo con el del rubio.

Aun asqueado por el acercamiento de la humana, Bill examinó sus facciones que solo hicieron que las ganas de apartarla de un empujón crecieran. Su cabello pelirrojo era totalmente falso, las raíces oscuras comenzaban a notarse, su exceso de joyería la hacía ver como alguien que requería de atención inmediata. Alguien que solo quería llamar la atención.

Por lo que fue una verdadera proeza que no la redujera a cenizas en el instante en que lo tocó, tenía que cumplir con lo que le había dicho a la ojiazul de no causar problemas.

No por ahora.

—Su nombre es Bill, y no, no somos novios.—Aquel comentario provocó que la pelirroja se aferrara al brazo izquierdo del rubio.—Es... un conocido que se ofreció a acompañarme.

—Un gusto.—Se forzó a decir el demonio con una mueca disfrazada de sonrisa.—Bill Cipher a tus servicios.

—Que formal.—Comentó la chica con una gran sonrisa en su rostro.—¿Por qué no vienes con nosotras? Queremos ir al centro comercial antes de que mis amigas salgan de la ciudad.

Bill observó en dirección a la pelinegra en busca de ayuda, o mas fuerza de voluntad para no sacar a su demonio sádico interno. Pero al verla, ella se alejaba en silencio, de vuelta al pasillo de quesos. 

"Humana traidora, no me abandones con este molesto saco de carne." Pensó el demonio rubio alejándose de la cercanía de la pelirroja teñida.

"Esta bolsa de queso está a punto de vencer, mejor escojo otra." Pensaba la chica de cabellos oscuros mientras tomaba otra bolsa.

**

—Eres malvada, Nuececilla.—Se quejó el demonio peinando su cabello hacia atrás, con una clara señal de frustración.—Esa humana no dejaba de hablar y colmaba mi paciencia.

—Creo que le gustaste.—Comentó pasando las bolsas de plástico que cargaba de una mano a otra para aligerar el peso.

—No me interesa.—Respondió al instante haciendo una mueca.—Solo hay alguien en quien estoy interesado justo ahora.—Desvió la mirada hacia la chica y sonrió de lado al darse cuenta que ella no escuchó lo último.










—Desvió la mirada hacia la chica y sonrió de lado al darse cuenta que ella no escuchó lo último

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De compras, de compras ~~ ¿A quien más se le antojan unos nachos? ¿Solo a mi?

Oh, bueno.

Dream's eater ||Actualizaciones Lentas||Where stories live. Discover now