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Al finalizar los premios, me fui de inmediato de allí.

—Shawn, ¿qué ocurre?— dijo Andrew.

—Andrew, en verdad aprecio tu preocupación, pero no me siento bien— respondí. —Me iré al hotel— contesté.

Comencé a caminar a paso veloz y me crucé con Martina en los pasillos.

—Tina!— grité, y ella se dio vuelta. —¿Podemos hablar?

—Shawn, ya nos dijimos todo. No me humilles más— suplicó.

—Cariño, no quiero repetir lo de Cariló— suspiré. —Necesito a mi mejor amiga de nuevo— agregué. Ella resopló y miró hacia arriba, dudando varias veces antes de volver a mirarme.

—Yo...— desvió la mirada y luego me miró de nuevo. —... no puedo— murmuró. —En verdad, ya no quiero que seas parte de mi vida— bajó la mirada y sentí una punzada en mi corazón. —Arruiné tu relación, y por mi culpa, Camz está sufriendo— suspiró. —No puedo enfrentarla, me avergüenza. Es mejor que me dejes ir, ¿no?— Sonrió tristemente y tocó mi hombro. —Te quiero mucho— dijo y comenzó a alejarse de mí.

—Vámonos, Camila— oí a mis espaldas. Al darme vuelta, ella estaba allí y negó con la cabeza.

Hice un gesto para explicarle, pero ella negó y se fue con su familia.

Qué día de mierda.

¿Por qué acepté venir a estos estúpidos premios?
Jake se acerca y me observa preocupado.

—¿Ocurre algo malo, Shawn?— preguntó.

—Solo... llévame al hotel— murmuré, y sin más, él me guió hasta la camioneta.

Al llegar a mi habitación del hotel, me quité el traje y la corbata.

Agarré mi móvil y llamé a Camila, quien colgó la llamada.

Por favor, quiero hablar contigo.

suspiré.

No me guardes rencor. yo aún te amo Mila.

Me tumbé boca arriba en la cama y cerré los ojos. ¿Dónde está el botón para retroceder en el tiempo?

Recibí una notificación y agarré el móvil desesperadamente.

No guardo rencor Shawn.
no vale la pena guardas cosas innecesarias en mí corazón.
la vida, se encargará de darle a cada cual, lo que  merece. 

Arrojé el móvil a un lado de la cama y cubrí mi rostro con un almohadón.

No, no, no. No puedo rendirme tan fácilmente.

(...)

Llegué a casa y mi familia me esperaba allí.

Al verme, los tres miembros de mi familia parecían incómodos.

—Hemos visto la presentación— dijo mi madre.

—Ah— respondí sin ánimos.

—Hijo, ve a descansar— dijo mi padre.

Recogí mis cosas y las llevé a mi habitación.

—Shawn— dijo mi madre detrás de mí, y la miré. —Como ya te dijimos, vimos la presentación de Camila y...— Pausó. —¿Martina tiene algo que ver con tu separación?

—No, mamá. No metan a Tina en esto —contesté.

—Es que... la forma en que Camila los miraba a ambos dio a entender otras cosas.

—Bueno, no. Eso hacen las cámaras. Hacen que se malinterprete cualquier cosa— suspiré. —Mamá, quiero descansar.

—Está bien, hijo. Te llamo para cenar.

(...)

—Ven a cenar, hijo— dijo mi madre. Asentí y ella salió del cuarto.

Me lavé la cara y salí de mi habitación.

Aaliyah pasó a mi lado.

—¿Había una cena importante que no me enteré?— pregunté confundido.

Mi hermana iba con un vestido bonito, unos zapatos altos, un poco de maquillaje y el cabello recogido.

—Vino a cenar Jordan— dijo ella.

—¿Y?— pregunté. Ella me miró indignada.

—Les pedí a todos que se pusieran algo casual y elegante.

—¿Para qué?— pregunté confundido.

—Shawn, si no quieres ponerte elegante, al menos ponte un suéter— bufó y se fue.

Volví a entrar a mi habitación y me puse un suéter.

Bajé a la planta baja y los vi a todos bien vestidos, sentados y a punto de comer.

Mi padre, al verme, soltó una carcajada, llamando la atención de todos.

—Ay, hijo, me olvidé de decírtelo— dijo mi madre apenada.

—Tranquila, mamá— contesté yo.

Saludé a Jordan y nos sentamos a cenar.

Hablaron de cosas aleatorias hasta que mi mamá sacó el tema que me tenía intrigado.

—Bueno, hija, ¿por qué la reunión de esta noche?

Aaliyah y Jordan se miraron y ya me temía lo peor.

—Bueno... qué nervios— rió nerviosa. Todos la observábamos con intriga. —Primero que nada, no estoy embarazada— dijo, y mis padres se relajaron.

—Nos comprometimos— dijeron al unísono, y dejé caer los cubiertos, haciendo que sonaran en el plato.

—¡¿Qué?!— dijeron mis padres.

Tomé mi vaso de agua y lo vacié en menos de un segundo.

—Sé que es apresurado, pero estamos listos— dijo mi hermana. "Tranquilos, no quiero que les dé un infarto".

—Los felicito— contesté. —Sean felices. Permiso, iré a tomar un poco de aire— dije y me levanté de mi asiento.






desconocidos ~ Shawn mendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora