- Jungkook... Hola - saludé.

- Layla, Hola.¿Que haces aquí? -

Él estaba sentado en su escritorio, con una montaña de papeles bastante grande sobre su escritorio y un ordenador a su lado. Las persianas estaban bajadas y las luces apagadas. Esto era extraño.

- Disculpa que te moleste mientras estás trabajando pero tengo algo que decirte - yo todavía estaba en la puerta, mirándolo tímidamente.

- Entra y dime - su voz hoy parecía más grave, y más profunda. Cuando cerré la puerta detrás de mí, vi como sus ojos se encendían de un color dorado.

"Esto no me gusta nada"

Caminé hasta él y me planté a su lado. De un tirón en mi sudadera, el Alpha me sentó en sus piernas y me miró delicadamente, pero con su iris teñido de color miel.

- ¿Que es lo que querías decirme? -

"Te lo estoy diciendo, esto me huele extraño"

- Estaba hablando con Hee sobre un tema... Y... Dijo que le parecía el momento correcto de que... - apreté mis manos en mis piernas mientras tomaba aire para decirlo. A lo mejor y si se enfada se levanta y yo me estampó contra el suelo. - Hee tiene intenciones de mudarse -

El rostro de Jungkook no cambió de expresión, ni tan solo se movió un milímetro. No parecía enfadado, más bien, no parecía nada.

- ¿Jungkook? - pregunté nerviosa.

- Tu aroma a nervios me excita más de lo que creía -

"¡Te lo dije!¡Sal corriendo!"

- No, no, no. No te muevas, cariño, si lo haces, me harás volver a sentarte, y otro golpe en una zona tan delicada solo puede significar una cosa -

Miré en el puesto donde estaba sentada. Maldita sea. Mis anchas caderas habían llegado a cubrir de la mitad de su muslo a esa zona tan íntima.

- He pasado todo el día pensando en lo de ayer. En mi mente, han surgido preguntas oscuras que en verdad deseo resolver. Tus labios... Me han torturado toda la mañana y lo peor, es que echaba de menos tú olor. -

"Nos hemos metido en la boca del lobo, maldita sea. Este Alpha ha pasado todo el día excitado y nosotras solo le hemos ofrecido un aperitivo."

- Es hasta una buena idea que Sun, Hee y Mina se marchen de casa. Ellos tendrán su espacio y nosotros también.¿Te imaginas cómo será cuando a cualquier hora del día pueda ponerte contra cualquier mueble en cualquier habitación? -

"Debo salir corriendo ahora"

- Jungkook - intenté frenarle, pero solo lo hice endurecer sus músculos.

Puso sus labios sobre mi cuello mientras daba pequeños besos en este y una leve caricia en mis caderas.

Sus labios eran terriblemente excitantes. Un solo roce ya me había dejado mirando el techo.

- Layla, marchate antes de que si te ponga contra el escritorio - habló con voz de mando.

Sus ojos se habían vuelto de un miel más claro, podía jurar hasta que parecían anaranjados con algo de amarillo.

- Hazle caso a Alpha, Layla, todavía no es momento de marcarte - y con solo decir eso me levanté de su regazo.

Caminé sin mirarlo hacia la puerta y tomé el pomo. Pero no pude abrir. Algo en mi no quería marcharse.

Me giré lentamente para encontrarme con el esbelto cuerpo de Jungkook detrás de mí. Su pecho subía y bajaba con una velocidad suave pero firme. Su mano quitó la mía del pomo de la puerta y la enlazó con la suya.

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