Dios como te amo, me encanta tu libro, gracias por seguir con nosotr@sY si todavía recibes pedidos podrías hacer uno de Daichi.La rayita sería latina y de segundo año o se conocen en la universidad (me encanta cuando hay intercambio cultural)
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Todo Cambio
Era la quinta vez que su móvil la mandaba a buzón de voz.
Chasqueo la lengua con molestia volviendo a marcarle a su compañero.
Se sentía peor que novia tóxica por dejarle como mas de 30 mensajes e infinidades de llamadas pero su nota literalmente dependía de el.
Hizo su pedido en la cafetería de la universidad volviendo a llamarlo hasta que contesto.
—Maldición, ¿Porque no me contestabas? —pregunto.
—Lo lamento, pero no podre ir a la universidad. —confeso.
—¿Que? ¿Cómo que no podrás venir? —preguntó la fémina notablemente enojada mientras recibía su té frío de la cafetería de la universidad.
—Lo siento, pero amanecí algo enfermo y no podre llevar el trabajo. —explicó —Lamento perjudicarte.
—¡Pues vete a la mierda! ¡Ya lo hiciste! ¡Pudiste haberme avisado y hubiese ido a tu casa temprano a recoger el trabajo! ¡(algún insulto fuerte de su país)! —y sin más cortó la llamada.
(El insulto lo dijo en español)
Suspiro enojada.
—¡Maldito idiota! —giró bruscamente con intención de irse a sentar a una mesa.
Pero por el enojo no había notado al chico que tenía detrás lo que hizo que chocaran y toda su bebida acabará en la camiseta del ex capitán del Karasuno.
La fémina al darse cuenta se ruborizo de la vergüenza e hizo una reverencia.
—¡Lo siento! ¡No estaba prestando atención a mi alrededor! —cerró los ojos con fuerza — ¡Lo siento!
—No te preocupes, no es nada. —dijo el castaño oscuro tratando de calmarla.
La fémina se levantó lentamente conectando sus obres (color) con las del chico quien la miraba con una pequeña sonrisa.
—¿H-Hay algo que pueda hacer para recompensarte? —preguntó la fémina desviando la mirada.
—No pido nada a cambio, solo fue un accidente. —le resto importancia.
