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Taehyung estaba en la habitación donde Jimin estaba descansando. Pronto instalaron a Jungkook en el mismo lugar.

Una vez quedó solo con sus amigos, sacó rápidamente las flores que Jin le había dado un día antes. Separó el ramo como le había dicho el Bakeneko, colocó las flores alrededor de la pierna de Jimin e inmediatamente vio como unos pequeños brillitos salían de ellas envolviendo toda la parte enyesada.

Con Jungkook fue más complejo. Dividió el ramo de manera que pudiera envolver casi en totalidad el cuerpo del menor, ya que tenía una contusión en la cabeza, el brazo derecho y tres costillas estaban fracturadas, al igual que el tobillo derecho. Una vez colocadas todas las flores, los brillitos salieron de ellas envolviendo el cuerpo magullado del menor.

Taehyung se situó en el medio de ambas camas esperando que el poder que contenían dichas flores fueran suficientes para que sus amigos se recuperaran y volvieran a ser como antes.

Instantáneamente pensó en Jin. El color y tamaño de esas pequeñas flores le recordaban a su pequeño unicornio. Con la mano en el pecho intentó vanamente calmar el dolor de su corazón. Nunca creyó que llegaría el momento en el que ya no podría ver a Jin nunca más. ¿Acaso había hecho algo malo para sufrir así? Su abuelita le había dicho desde pequeño que, si era una persona bondadosa, amable y de buen corazón, el buen karma le ayudaría y multiplicaría por tres todas sus acciones. Por lo mismo, si hacía algo malo, se le regresaría el triple de la maldad que hubiera hecho.

¿Entonces qué maldad había hecho para sentir semejante sufrimiento en esos momentos? Solamente se había enamorado de un espíritu del bosque, quizás ése era su pecado.

—Por mi culpa están así — miraba a sus amigos con lágrimas en los ojos —no volveré a lastimarlos, voy a protegerlos, aunque eso signifique no volver a ver a mi amado unicornio, aunque me sienta muerto en vida, si así todos podrán vivir felices de nuevo— prometió al aire con el corazón destrozado —perdóname Jin, ya no esperes por mí —cubrió su rostro mientras las lágrimas caían descontroladamente.

Jin estaba sobre el crisantemo

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Jin estaba sobre el crisantemo. Habían pasado horas y el sol pronto se escondería, pero el unicornio seguía esperando por Taehyung, sintiendo más dolor que antes en el pecho.

—¿Otra vez triste?— Hoseok llegó a su lado. Al no obtener respuesta, decidió no seguir molestando y se fue, pero no muy lejos. El unicornio se mostraba diferente a otras veces en las que el humano se había retrasado, así que prefirió vigilar desde los arbustos más cercanos.

Yoongi llegó al lado de Namjoon, quien estaba vigilando a Jin a través de su claro de agua.

—¿Al fin lo hiciste?— preguntó el dios sin voltear en dirección del Bakeneko.

—Lo hice. Ese humano ya no volverá a estos lugares— respondió haciendo una leve reverencia.

—Muy bien. Por lo que veo no lo mataste —estaba vigilando a Tae también — pero ese humano está sufriendo bastante, sólo es cuestión de tiempo para que caiga en la oscuridad. De la tristeza al odio existe una delgada separación. Ya debe estar preguntándose por qué le pasa esto. Así empezará a deprimirse, luego el odio por su destino empezará y finalmente la oscuridad lo llenará— explicó complacido girando hacia Yoongi.

—Ya hice lo que me pediste — se levantó Yoongi en sus dos colas.

—Gracias, puedes irte —

Yoongi desapareció rápidamente, deseando que Namjoon pudiera algún día ver la verdad respecto a ese humano. Esperando a que ese dios volviera al equilibrio entre el bien y el mal.


La noche había caído y Jin seguía sobre el crisantemo, esperando por su humano

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La noche había caído y Jin seguía sobre el crisantemo, esperando por su humano.

—Ya es tarde, él no vendrá— Hoseok volvió a su lado.

—Él me dijo que vendría, siempre ha cumplido su palabra— respondió el pequeño débilmente, aún con sus manitas en el pecho.

—Seguro algo lo entretuvo y no pudo llegar — el Kitsune trataba de razonar con el terco unicornio, pero no podía negar que también se sentía preocupado por el humano. Era cierto que cuando ese muchacho prometía algo, siempre lo cumplía. Si no había llegado hasta ese momento, seguro debió pasar algo muy fuerte, pero no quería preocupar más a su pequeño amigo.

—Sé que algo le pasó, algo que lo ha puesto muy triste, por eso lo esperaré. Necesito curar su corazón— dijo lo último en un susurro y sus lágrimas empezaron a salir sin darse cuenta.

El Kitsune no volvió a hablar, pero permaneció a su lado toda la noche. El muchacho nunca llegó y Jin cayó dormido del cansancio sobre ese crisantemo.

Hoseok lo llevó en su lomo hasta la flor dónde habitaba el pequeño unicornio. Al llegar notó que esa flor se estaba volviendo de cristal.

—¿Qué significa esto?— Hoseok estaba pasmado, nunca había visto una flor así.

Lentamente tomó forma humana para coger con cuidado a Jin entre sus manos y poder dejarlo dentro del capullo de esa flor.

En ese momento sintió que la temperatura de Jin estaba más baja de lo normal.

—Jin nunca ha enfermado ¿Qué está pasando? No creo que esto sea bueno— dejó a Jin cubriéndolo con un poco de su pelaje para generar calor.

Esa noche Hoseok durmió a los pies del árbol de Camelias. Quería emanar calor para Jin.

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Holis 🥰 les traigo un nuevo capítulo. (Un poco corto, pero ojalá igual les guste 🙈)

La pregunta del día.
¿Qué estación les gusta más?
A mí el invierno 🥰

Gracias por seguir esta historia, cuídense mucho, l@s amo 😘💜

Mi pequeño UnicornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora