《^ HUMAN ^》

IX. DESEO

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Desperté sobresaltado por el ruido proveniente de la sala, miré a mi costado percibiendo que estaba solo, miré mi reloj, eran poco más de las nueve de la mañana, había logrado dormir cinco horas, me puse de pie después de estirarme y caminé hasta la puerta, pero esta se abrió antes de que lograra tomar el pomo, JaeBeom me miró irritado entrando a la habitación, para cerrar la puerta tras él y apoyarse en ella, sin quitar la mirada de mí.

‒ Buenos días – le dije con una sonrisa, pero él no habló, solo me miraba. Lo miré confundido ‒ ¿Qué sucede? – no lograba descifrar que me decían sus ojos, él se cruzó de brazos sin dejar la puerta.

‒ Ilusamente pensé que hoy amanecería junto a ti, fui respetuoso contigo, no hice ni un movimiento extraño, pero a pesar de mis esfuerzos por dominar mis impulsos al tenerte tan cerca, tú... huiste de mí, me dejaste solo – entrecerró los ojos – acaso ¿tan difícil es para ti soportar mi presencia? ¿tanta aversión me tienes? – se gesto cambió a uno de dolor.

‒ No, por favor no pienses eso, no quiero que me mal entiendas, no fue por desagrado – no podía permitirme herirlo a causa de mis miedos, pero me era difícil aceptar todo tan rápido, hasta ayer creí que no sentía más que amistad hacia él y hoy me veo abrumado por la sobrecarga de información que no he alcanzado a procesar aún, no quiero apresurar las cosas – es solo que hemos vuelto a vivir juntos como al principio apenas ayer y quisiera tomármelo con calma – lo tomé de las manos – Bumie, no te diré que no, pero tampoco puedo decirte sí, no aún, en este momento lo que realmente quiero es disfrutar de nuestra familia compartiendo con todos como hermanos ‒.

Suspiró soltándose de mi agarre – no lo puedo creer ¿en serio me estás pidiendo tiempo, más tiempo, acaso te parece poco todo el tiempo que te he esperado? – se sentó y tomo su cabeza entre sus manos, permaneció en silencio, quise salir en ese momento, pero sabía que no debía hacerlo «no puedo seguir huyendo» se puso de pie revolviendo su cabello mientras lanzaba maldiciones – yo solo quiero darte cosas buenas, por favor ponte en mi lugar una vez, te amo, siempre te he amado y solo te pido que me permitas demostrarte cuán grande es el amor que siento por ti – se acercó a mí tomando mis mejillas – por mucho tiempo he reprimido lo que siento porque he pensado en tu bienestar, siempre pienso en ti antes que en mí, pero esta vez seré egoísta – pasó su brazo alrededor de mi cintura acercándome con brusquedad a la suya, mientras me miraba intensamente recorriendo mi rostro, deteniéndose en mis labios – mi mente queda en blanco cada vez que te miro, lucho internamente cada vez que sonríes, debatiéndome entre el deseo de besarte y respetarte – podía sentir su respiración sobre mi piel y su aliento sobre mi boca, a escasos centímetros, mi pulso se aceleraba cada vez más – tan solo dime si te pasa algo parecido o solo soy yo – volvió su mirada a la mía alejándose lentamente mientras esperaba una respuesta.

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