𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 6

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Después de haber probado los labios llenos y suaves de Yoongi, me sentí asquerosa, culpable, arrepentida, pero al mismo tiempo volvía a sentirme completa, aunque no de la manera que yo quería, porque sus labios no eran los labios de Jungkook, ni sus ojos, ni su rostro, ni su cabello, ni su cuerpo... él no era Jungkook y nadie podía sustituirlo. Abrí mis ojos y alcancé a ver los suyos, que eran de ese color azul tan profundo como los mismos océanos. Nos quedamos inmóviles durante varios segundos hasta que me abrió la puerta del copiloto para que me adentrara en el asiento delantero y me guiñara un ojo.

Con cuidado y sigilosamente toqué mis labios recordando lo bien que sentí al besarlo, al volver a sentir un beso después de mucho tiempo.
– ¿Dónde vives? – me preguntó mientras aparecía a un lado mío y se abrochaba el cinturón de seguridad, seguido de un movimiento ágil para prender el motor de su auto.
– Cerca de Barnes.
– ¿La tienda de ropa? – me cuestionó asegurándose de su próximo destino.

– Exactamente.

– No puede ser. – dijo con un tono de emoción en su voz.

– ¿Qué pasa? – le pregunté un poco angustiada.

– Cada que vaya a por ti podré ir a comprarme algo de ropa. Ya sabes cómo somos los hombres: no nos conformamos con nada. – dijo de repente, conmocionándome por un momento.

– ¿Pasar a por mí? ¿Crees que ese beso fue algo? – le pregunté algo molesta por creerse tan poderoso.

– ¿No lo fue?
– Temo decirte que solo fue eso, un jodido beso. – le dije algo molesta, mirando a través de la ventana hacía la calle evitando cualquier contacto visual con él.
– Hey, ha sido una broma. No tienes por qué enojarte tanto.

– Me jode que los hombres sean como tú. – dije mientras me volvía para confrontar su figura.

– ¿Irresistibles?
Este hombre iba a darme problemas.

– Que se creen la última soda en el desierto y piensan que a todas las chicas se nos caen las bragas por ellos, pero tranquilo, nene, que aquí a nadie se le ha caído nada.

– A mí se me cayeron las defensas cuando te vi.

Joder.

Sentí como el color subió por mis mejillas, inundándome con un calor impresionante que se esparcía por todo mi cuerpo, dándome una sensación de ansiedad y deseo. Me retorcí disimuladamente en el asiento y solté un suspiro mostrando mi frustración.
– Mira, no quiero que lo tomes a mal, pero te encuentro realmente atractiva, y Suga no puede dejar que una chica así se le escape por entre los dedos. – admitió mirando el camino hacia mi casa.

Reí un poco burlándome de lo disparatado que había sonado eso, pero eso no le quitaba lo atractivo.

– Vamos, es en serio. Hace mucho tiempo que no besaba a una chica, y de verdad me gustó tu beso.

Tragué saliva dejando de reír y sintiendo un extraño hormigueo en la nuca.

– Auch. – solté espontánea.

– ¿Te pasa algo? – dijo mientras me miraba de reojo.

– Me ha dado un hormigueo en la nuca. – le dije mientras arrugaba la nariz y me llevaba la mano a la nuca.

– ¿Te has mareado?

– No.

– Sientes ganas de vomitar.

– No.

– ¿Perdiste a visión?

– No.

– No fue más que un efecto de tu nerviosismo. ¿Qué te ha puesto nerviosa, ______?

– Nada, será el evento que tengo que organizar. – dije mientras me acariciaba la nuca y bajaba mi mano hasta mi pierna, trazando un círculo imaginario repetidas veces en mi rodilla.

De repente un silencio escalofriante inundó el espacio del auto de Yoongi, que por cierto era un carro lujoso, de esos a los cuales no había subido desde hace tres años.
Yoongi manejó cuidadosamente hacia mi casa hasta que llegamos a ésta y rodeó el auto para abrirme la puerta. Bajé del auto con ayuda del brazo de Yoongi en mi cintura y de un jalón que me ayudara a levantarme completamente. Yoongi era realmente guapo y no decirse de su espectacular condición de hacerme sonrojar en menos de tres minutos, pero aun así, Jungkook era el padre de mi hijo y el dueño de mi corazón, no había nadie más.
Yoongi me gustaba, claro, a quien no le va a gustar un hombre de una altura regular, cuerpo esbelto y marcado, un cabello realmente sedoso, brillante y manejable, sin mencionar sus rasgos marcados de la quijada y el dulce aroma que emanaba de sus ropas, sin olvida necesariamente el profundo color azul de sus ojos, que lograban llenar un poquito el vacío en mi corazón.
Pero no podía engañarme a mí ni a él, esto no iba a funcionar a pesar de intentarlo.

– ¿Entonces? – dijo cuándo nos encontramos en el incómodo momento de despedirnos.
– ¿Entonces, qué?
– ¿Quieres salir a almorzar conmigo mañana? Puedo llevarte al trabajo mañana y luego recogerte para almorzar.
Fruncí los labios y me rasqué la cien intentando detener la lucha que había dentro de mi mente, ahí donde habitaban los más profundos sueños de mi ser.

– No es necesario que pases por mí en la mañana. – le dije sonriendo inusualmente.

– ¿Paso por ti a las...?

– Tres de la tarde, a esa hora tengo mi descanso. – agregué después de su duda.

– Mañana, tres de la tarde, edificio...

– Joon Business. – agregué de nuevo.

– Vale, te veo mañana, entonces. Llevaré tu auto, si no es molestia, además de tu celular y todas tus pertenencias.

– Me parece perfecto.

Yoongi tamborileó con sus dedos en el marco de la puerta y se inclinó sobre de mí para plantar un beso cálido y breve en mi mejilla.

– Te veo mañana, preciosa. – susurró pegado a mi oído, erizando mi piel con su aterciopelada voz.

Se separó de mi posición y se dirigió a su Mazda último modelo. Lo encendió y el motor rugió de una manera espectacular.

– ¿Qué demonios has hecho, ______? – me reclamé en un susurro.

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Solo quiero avisarles que estare actualizando tambien la novela de suga "Mi vecino" por si quieren leerla.

Profesor de Sexo ll JJK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora