Hilo Rojo / SabitoxLectora

~Cap. 13~

Capítulo trece: Hilo Rojo.

— Que torpe...que torpe.

Chillaba el demonio entre risas, había tratado llegar a su cuello. Pero el demonio sin demora lograba sacar extremidades cubriendo así su punto débil.

— Me das asco—gruñí con la voz seca, sentía mi rostro doler por lo tenso que estaba, mis ojos no paraban de llorar.

Cada respiro dolía, había perdido el control de mi cuerpo.

Solo tenía un objetivo, solo había un motivo que llenara mi corazón en este momento.

Trate una y otra vez, el filo de mi katana llegaba cada vez de forma más amenazante al cuello de aquel maldito ser.

— Jijiji...¿eso es todo?—dijo con la voz curiosa y desafiante—. ¿Todo ese camino, ese esfuerzo, ese odio en tu rostro para convertirte en mi cena? Jijiji niña, me gusta tu actitud. Puedo ver en tus ojos el dolor que desgarra tu alma, tu sangre debe estar ardiendo en este preciso instante...pensar en eso, provoca que quiera comerte ahora mismo.

— Basta—gruñí, jadeaba fuerte por el cansancio.

Ya perdí la noción del tiempo, ni siquiera sé cuanto tiempo llevo peleando con él.

Me puse de pie nuevamente, cada vez que caía presa del miedo o de mis intentos fallidos la frustración se iba apoderando de mí.

Agarré mi katana con ambas manos, no puedo dejar que este demonio siga vivo. Ya no es solo por venganza, sino, para cortar con la cadena de dolor y sufrimiento que él ha causado en este lugar.

No dejare que siga asesinando los sueños de niños con ideales de ser grandes cazadores.

No habran más Makomos ni Sabitos.

Grité con dolor, la poca fuerza que me movía permitió que me acercara lo suficiente al demonio...tendre que recurrir a mi última chance.

Una de sus manos agarró mi tobillo.

"Bien, debo seguir asi", pensé cuando el demonio me alzó en el aire entre risas.

No me importa mi vida, no es mi prioridad salir intacta de esta batalla.

— Jijiji...ya basta de tantos movimientos—dijo con sus ojos brillantes—. No puedo esperar más para probar tu sabor...me pregunto qué tan buena será la calidad de tu sangre.

El demonio me acercó a su horrible rostro, poco a poco comenzó a descubrir su cuello.

Sostuve mi katana con fuerza solo con una mano, trate de ocultarla para que pasara a un segundo plano y él no le diera importancia a su presencia.

— Tan solo con imaginar el rostro lleno de dolor de Urokodaki al descubrir que me alimente con otro de sus niños—chilló de alegría—. No puedo esperar por verlo, ese maldito pagara el haberme dejado aquí encerrado.

Él me acercó más, abrió su gran boca dejando ver la cantidad aterradora de  dientes que tiene. Apenas hizo eso, un fuerte olor a descomposición abandonó su cuerpo.

Sentí mi estómago revolverse.

Pero, nada me había preparado para lo que se dejó ver de forma fugaz.

Entre sus colmillos, un pequeño trozo del haori de Sabito lucía de forma desgarradora la cruda imagen.

Mi corazón se detuvo en ese instante.

El demonio me llevó directamente a su boca, tenía que hacer aquel movimiento.

Debo hacerlo...debo acabar con él.