Capítulo 12

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Andrew estaba caminando hacia ella, había estado dando un paseo, él se acercó y sentó al lado de Cathlen, ella sintió un vuelco en el estómago y su corazón latía aún más rápido, se alejó un poco, pero Andrew la abrazó, la besó tiernamente en la mejilla y la miró a los ojos.

―¿Cómo supiste dónde estaría? ―preguntó ella.

―Lo imaginé ―respondió él―, algo dentro de mí me decía que volverías a tu pueblo natal.

―Pero… ―reprochó ella suspirando―, nadie sabía dónde me hospedaría, ¿Cómo pudiste mandarme las rosas?

―Eso… lo… presentí… ―dijo Andrew bajando la voz―. No sé cómo, pero sabía que estarías allí. ―Se levantó, tomó la mano de ella―. Vamos, te llevaré a otro lugar ¿Tienes sed?

Cathlen asintió y él la llevó a un café cerca del parque, eligió una mesa cerca de la ventana, por la cual Cathlen miró y se dio cuenta que al frente estaba la casa de Nick. Andrew fue por las bebidas y Nick, quien estaba fuera, volteó a mirar dentro del café, su mirada se cruzó con la de Cathlen, ella se giró y miró a Andrew, quien se acercaba con dos batidos de chocolate, ella suspiró, tomó su bebida en silencio, Andrew sólo la observaba, sin poder decirle nada a ella.

Terminaron sus batidos y salieron juntos, Cathlen fue hasta el hotel, abrió la puerta de la habitación e invitó a Andrew a pasar, éste entró y se sentó en la cama, observó los tres ramos que estaban junto a él. Miró, también, que su tarjeta estaba al lado del lugar donde ella dormía, vio que los otros dos ramos aún tenían la tarjeta cerrada, o por lo menos la había cerrado ella.

Cathlen caminó hacia la mesita, tomó la nota que tenía Andrew a su lado, se sentó en la cama y la leyó nuevamente, en su mente. Ella suspiró y beso a Andrew ardientemente, él no entendía qué era lo que estaba pasando, miró que Cathlen se había levantado de la cama y estaba empacando de nuevo.

―¿Qué haces? ―le preguntó, confundido―, ¿Vas a otro lado?

―No ―respondió ella apenas mirándolo y siguió―, Volveré contigo al internado.

Esto era lo que menos quería Andrew, ella tenía que decidirse aquí, había venido a verla simplemente porque no podía pasar un momento más, solo, sin verla, sin besarla.

―Pero… no era que querías tiempo… para pensar.

―Bueno… sí, eso… eso era, pero creo que ya estoy clara.

Era el creo lo que hizo a Andrew dudar de su decisión de visitarla, eso había sido una mala idea. Tomó la maleta de Cathlen y empezó a desempacar todas sus cosas.

―Pero ¿Qué estás haciendo? ―Ahora era ella la confundida.

―Mira… Puede ser que… me arrepienta de esto ―dijo él acercándose lentamente a ella―. Pero… debes quedarte, estás tomando todo muy aprisa y… y yo debería volver solo al internado… Deberías pensar más sobre todo lo que ha sucedido… Esperaré por ti todo el tiempo que sea necesario.

Cathlen asintió tristemente, observó a Andrew detenidamente, todavía no podía creer que ese chico ahora preocupado por ella, hubiera sido algún día aquel muchacho frío, distante y molesto que tanto la había detestado. Se sentó en su cama, Andrew a su lado, la abrazó y la besó.

―Así sea toda la vida lo que deberé esperar, lo haré. ―La besó en la mejilla, se levantó y salió de la habitación.

Cathlen se dejó caer sobre la cama y se sumió en sus pensamientos, fue así como se dio cuenta que amaba con toda su alma a Andrew, él era quien debía estar a su lado, puesto que había sido él quien había buscado su felicidad a costa de la de él, fue él que la había buscado, llevado a la enfermería y cuidado cuando los celos la habían embargado, era el único que se preocupaba tanto por ella que hasta, literalmente, la obligaba a quedarse para que pensara mejor su decisión.

Se levantó e hizo, nuevamente, las maletas, bajó al vestíbulo y tomó un taxi, sabía que no podía tomar el mismo tren que Andrew, pero al menos llegaría poco después de él.

Llegó a la estación del tren y tomó el último que iba hasta el pueblo donde se ubicaba el internado. Encontró un campo en el carro donde ella recordó haber conocido a los gemelos. Ahí también había sido donde escucho el primer insulto por parte de Andrew. Empezó a dudar sobre su elección, pero encontró todas las respuestas en su mente, esos indultos serían cosa del pasado, pues él ahora la amaba. Bajó en la última estación, tomó su equipaje y caminó hasta el internado, subió y dejo sus cosas en el dormitorio.

Le pareció extraño mirar otras cosas además de las suyas en aquella habitación, pero no le dio importancia, ahora lo primordial era buscarlo. Había elegido y tenía que decírselo cuanto antes.

Salió de su dormitorio y fue a buscar a Andrew, en el camino se encontró con Derek y Natally, el haberlos visto juntos, como pareja, le hizo estar más segura en su decisión, no sentía seña alguna de celos.

Derek miró a Cathlen que se acercaba y soltó a Natally, esperó a Cathlen y la saludó.

―Cathlen necesito hablar contigo un momento ―dijo después de que ella respondiera su saludo.

―¿Eso puede esperar?

―Pues… creo que sí, ¿Por qué?

―Tengo que hablar con alguien ―respondió ella. Derek sabía a que se refería, minutos antes había pasado Andrew cerca de ellos―, ya elegí… y… lamento haber jugado contigo. ―Miró a Natally―. Hola Natally ―la saludó amablemente―, sabes ¿Dónde está tu primo?

―Em… ―respondió ella un poco sorprendida, no se esperaba que reaccionara así después de lo que había pasado antes de que Cathlen se fuera del internado―. Bueno… creo que está en su habitación. No hace mucho llegó.

Cathlen le agradeció y se volteó, comenzó a correr por el pasillo, giró a la izquierda al final y entró en la habitación de Andrew. Lo abrazó y besó, él se quedó perplejo y la miró interrogante, ella le entendió y simplemente le respondió.

―Ya entendí a quien le pertenece mi corazón ―le miró de nuevo a esos ojos grises que le encantaban―, lo comprendí apenas saliste del hotel. Tú te preocupaste por mí desde el principio, aunque fue difícil, cambiaste tu forma de ser y dejaste que te creyeran débil sólo para estar a mi lado y me entendías tanto como para conocer dónde estaría pasando navidad… ―Tomó un respiro y se sentó en la cama―. Y te preocupaste tanto de si me equivocaba o estaba presionada con tu visita al pueblo que me obligaste a quedarme para pensar mejor las cosas y con eso ―se levantó y se puso en frente de Andrew―, sé que no me arrepentiré jamás de esta decisión.

Abrazó nuevamente a Andrew y justo cuando lo iba a besar, la puerta del dormitorio se abrió e irrumpieron Natally y Derek tomados de la mano.

Andrew miró furiosamente a Derek, pero Natally habló antes de que lo hiciera él.

Un Amor Sin LimitesWhere stories live. Discover now