Capítulo 16

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Derek se acercó a la cama, abrazó a Natally, colocándose de rodillas frente a ella.

Cathlen recordó lo que había prometido, no dejó que Andrew dijera ni una palabra, inmediatamente dijo —Erm... Andrew, creo que deberíamos hablar fuera.

—Bueno... —respondió él levantándose, le habló a Derek en un susurro: —Ten cuidado, se pone irritable cuando llora.

—Sí, claro —respondió Derek mirando a Natally.

Cathlen y Andrew salieron a dar un paseo por el internado, tenían mucho tiempo de no estar juntos en el colegio y pasearse por las áreas verdes en el atardecer.

Natally vio a su primo salir del dormitorio, ella no quería quedarse con Derek, se sentía estúpida y no iba a mirarle a la cara después de lo que él había dicho, jamás debió de ser tan tonta, tenía que haberse alejado de una atracción tan extraña.

Derek se animó, ahuecó su rostro entre sus manos y le hizo mirarlo a los ojos.

—Lo siento, cariño...yo... yo te amo. —La sinceridad en sus ojos dejó a Natally sin respiración—. Lamento haber dicho todo aquello, por ti esperaría hasta el final de los tiempos, pero tenía rabia porque tu primo me iba a golpear y que a Cathlen no le importase nada lo que fuera a hacerle, pero me di cuenta de que ahora estoy más tranquilo, que si hubiera pensado mejor las cosas habría sido otra historia, si hubiera tenido una mente fría ante todo lo que pasaba, jamás hubieras dudado de mí.

—Pero... —dijo Natally con lágrimas en sus ojos, sollozando aún—, lo escuché en tu voz, escuché la verdad que se escondía detrás de tus palabras. Me hizo sentir tan estúpida por haberme inscrito en el internado y haberte esperado tanto, haciéndote caso para ocultarle todo a alguien que es casi mi hermano... Y tú diciendo eso...

—Y te estoy diciendo que me arrepiento por eso... —la interrumpió—, me siento como un idiota, espero que me perdones y me des una oportunidad para arreglar todo esto y para que entiendas que en realidad estoy arrepentido de lo que dije, no quería herir a la persona que amo...

—Yo no debo darte ninguna oportunidad —dijo ella, ayudándolo a levantarse—. Tienes que demostrarme que estoy equivocada, que de verdad me amas, no sólo con que lo digas, sé como te sientes, ni yo entiendo cómo puedo amarte si apenas nos hemos conocido en unas pocas semanas. Aunque también tienes a tu favor el que nunca había visto a Andrew cambiar de idea tan rápido con respecto a una persona tanto como lo hizo hoy...

—¿En serio? —la interrumpió él—. Te lo demostraré siempre. —La besó apasionadamente—. ¿De verdad Andrew me defendió? 

—Sí, lo ha hecho, te ha defendido —asintió ella.

—Extraño, porque él siempre me ha detestado.

—Pero ¿Por qué te odia mi primo?

—Una larga historia... fue... —él la miró, puso los ojos en blanco entendiendo perfectamente lo que había sido—, una inmadurez, esencialmente, hice algo que no debí hacer y... bueno... de ahí viene todo el problema de que Cathlen se fuera y el corazón del problema que hubo ahora, pero aún no me has respondido...

—No me has hecho alguna pregunta que necesite respuesta —dijo ella y en su rostro se dibujó una sonrisa.

—Mi pregunta era sencilla, ¿Me perdonas y das otra oportunidad a lo que compartimos?

Natally volvió a sonreírle, le tomó la pretina del pantalón, lo acercó y le besó fieramente mientras él la abrazaba fuertemente, cuando terminó de besarlo lo miró, sus ojos oscurecidos por la lujuria que sentía en ese momento, quería tenerlo junto a ella siempre. —Con esto, ¿Crees que no...?

Derek la interrumpió antes de que terminara con otro beso. —Te amo, Natally y no te dejaré ir nunca y si necesitas tiempo en el futuro, te esperaré toda la vida.

***

Cathlen tomó la mano de Andrew, extrañaba tanto su contacto. Durante esas vacaciones fuera del internado había extrañado tantas cosas y aún estando fuera no había tenido la oportunidad de visitar a Damian, con él se hubiese sentido menos sola y hubiera podido volver más rápidamente al colegio.

—¿Qué te tiene tan pensativa? —preguntó Andrew, mirándola y sonriéndole.

—Lo tanto que extrañaba estar aquí, creo que si hubiera sido más racional y menos dramática no me hubiera ido, estaría contigo más tiempo y todo esto que pasó hoy ni siquiera hubiese iniciado.

—No te preocupes por ello, amor —dijo él mientras la acercaba para abrazarle por la cintura—, esto siempre hubiera pasado, tal vez no por el mismo motivo, pero Natally es muy posesiva y cuando quiere algo lo obtiene y si lo pierde... —Dejó la frase ahí, todavía podía verla llorar y dando al traste con cosas tan sencillas como la mal interpretación de las palabras de otros.

—Sí, lo entiendo, pero al menos podría haber hecho algo y no actuar tan fuera de este mundo, pensará que soy una idiota.

—No lo hará. —Andrew la colocó frente a sí y la besó apasionadamente, no podía creer que ella estuviera de nuevo junto a él. Tanto había echado de menos su contacto, su sabor, la suavidad de su piel entre sus brazos. La amaba a pesar de todo lo que alguna vez había hecho contra ella. Ahora recordaba esos momentos y deseaba con tanto ahínco volver al pasado y no hacerlo, tratarla como la chica hermosa que era.

Cathlen sonrió para sus adentros, ese toque se sentía tan natural, como si simplemente fuera propio suyo, que el mundo se completaba teniendo a Andrew a su lado. Pensó en las tantas veces que había esperado poder llamarle la atención. Aunque él se burlara de ella, siempre le había gustado, extrañó cómo se sentía, creyendo que esto era un sueño ella adoraba sus fuertes brazos alrededor de su cintura, la suavidad de su cabello entre sus dedos. Su calor era perfecto para los días de otoño, cuando el viento soplaba y la brisa fresca llenaba los pasillos del internado.

Ambos se habían acostumbrado a que todos los vieran, era ya algo de lo que no estaban preocupándose, para qué hacerlo cuando vivían algo tan especial.

—Simplemente eso espero —dijo ella mirando esas profundidades grises, como adoraba esos ojos—. No podría estar tranquila si ella pensara así de mí.

—Amor, tranquilízate, Nat nunca ha sido así... —respondió él, mientras volvía a andar—. Nunca juzga por haber hablado unos segundos con alguien. Aunque me pareció tan extraño que ella se hubiera enamorado de Tasgrow tan rápido, no lo creo aún.

—Sólo hay que darle tiempo, a lo mejor es algo pasajero.

—Cuanto deseara yo que sea así, pero se nota que hay algo más que solo algo pasajero, para que se decidiese quedar aquí...

—¿Se quedará aquí? —cuestionó ella.

—Sí, me lo dijo hace algunos días. De hecho creo que es tu compañera de habitación.

—¿En serio? —respondió. Al fin contaría con una compañera de habitación una idea que le gustaba.

—Así es, me di cuenta que ese era su dormitorio cuando te fui a buscar después de que nos vieras. —La tristeza se había metido en esa frase, no quería hacerla recordar eso, él mismo quería olvidarlo.

—Actué de mala manera —dijo ella tranquilamente, mirándolo, lo besó—, te agradezco que hubieras estado allí esa vez, de no ser por ti, estaría enterrada y nunca más hubiera tenido la felicidad que me das cuando estoy contigo.

Andrew sonrió, había sido un error que casi le cuesta la vida a ella y él no hubiera podido seguir su vida tal como estaba si la hubiese perdido. —Hablando de ello, creo que ya es tarde, deberíamos volver, quizás ya Nat arregló el problema o mató a Tasgrow —dijo sonriendo de nuevo.

—No creo que mate a Derek, aunque puede que ya lo haya golpeado y él necesite una mano para defenderse de ella. —Ambos volvieron por sus pasos mientras las luces del atardecer se quedaban entre los árboles y el sol se reflejaba tenuemente en las aguas del pequeño lago.

Un Amor Sin LimitesWhere stories live. Discover now