Moral [Infancia]

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¿A quien son devotos? A su madre y este capitulo es siendo más hermanos que nunca antes y los fieles defensores de su madre...

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Algo aquejaba a su madre, lo supieron cuando el cielo destelló con fuerza y se opacó de repente, su madre había zanjado su recorrido, dejando a la suerte a los mortales y eso para ellos, fue una señal de alerta, como para que Artemisa afirmara cuando Apolo llegó a su campamento

-¿Viste eso? ¿Qué ha pasado?- dudó la diosa viendo aún el cielo sin necesidad de mirar a su hermano que llegó a su lado

-Está molesta...- fue lo único que pudo decir- pero... espero que no con nosotros- reconoció Apolo logrando que ella le afirmara, mientras él le tomaba la mano y partiera con ella a su templo- ¿no has hecho nada que la disgustara verdad?- dudó antes de entrar, si algo había hecho, mejor saberlo desde ya, así tendrían una disculpa que decirle- ¿segura?- insistió cuando ella le negó, la respuesta siguió siendo la misma- yo tampoco... tal vez papá o Hera- dedujo y solo la sintió cerrar el agarre a su mano con solo nombrarla- porque lo que sea, la tiene muy molesta, dudo que quiera vernos- advirtió antes de acercarse a la pila de agua que había en el centro del salón

-Si esa mujer le hizo algo, juro que yo- condenó Artemisa rondando la fuente a largas zancadas después de soltarlo para estrujar el aire imaginando el cuello de la reina entre sus manos- más vale sea otra cosa, porque si no... no le tendré piedad- renegó llegando de nuevo con él, cuando Apolo terminó de verter la misma agua de la fuente, esperando se volviera vapor como les había enseñado la titanide a hacer, ahora solo debían esperar- ¿y si fue papá?- temió de repente

-Igual que con Hera, le haríamos arrepentirse de dañarla- juró Apolo buscando rastro de ella, Artemisa le miró sobresaltada no muy segura de atacar a su padre- es madre, Artemisa, no podemos permitirle que le haga algo, ni él, ni nadie- zanjó Apolo apoyado en el borde de la pila, casi reprendiéndola, pese a estar temiendo porque Leto no atendiera, normalmente esa fuente no alcanzaba a desprender el suficiente vapor y ella ya se había dejado ver o les llamaba a su templo y esta vez, el templo seguía cubriéndose de vapor, sin rastro suyo- madre- llamó y reinó el silencio logrando preocuparlos- tenemos que ir- decidió tomándola de la mano y desapareció sin darle tiempo de escoger, ni nada, para casi ahogarse entre los vapores de amapola que impregnaban el templo

-¿Por qué huele a amapola?- musitó Artemisa enganchándose a su brazo intentando ver algo entre la niebla- ¡MADRE!- llamó y no hubo respuesta, eso también logró alarmarla- ¿Apolo, dónde está mamá?- dudó y exigió una respuesta que él no pudo darle, tampoco lo sabía- ¡MADRE!- insistió y estuvieron seguros de oír un desliz tras ellos, giraron y solo alcanzaron una nube de polvillo turquí frente a ellos. Despertaron en los camastros sobresaltados, para verla frente a ambos- ¡MADRE! ¿Dónde estabas? ¿Qué ocurrió?- indagó de inmediato Artemisa sentándose, revisándola desde su sitio, buscando perjuicio alguno

-Una osada mortal, se atrevió a ofenderme y lo dejé pasar, pero esto, ha llegado demasiado lejos- renegó Leto apoyando su mentón en el dorso de la mano viendo al costado- al atreverse a compararse conmigo, nos ha insultado- explicó y ambos solo se miraron intentando entender- ¡REBAJARME A DEIDAD!- rio con ironía- ¡CUESTIONAR MI LUGAR EN EL OLIMPO!- renegó y el templo entero se remeció, quisieron calmarla, pero siguieron en su sitio tomándose de las manos- pero sobretodo, ¿cuestionar su lugar?- les incluyó sobresaltándolos- una simple mortal- renegó apretando los dientes, levantándose para ir con ellos y alzarles el rostro a ambos para mirarles- no le parece que deban ser dioses... porque son solo dos... ni que yo debería ser venerada, que solo le di dos hijos a su padre...- renegó furiosa de ser valorada solo por haber tenido hijos de Zeus- no se me venera por darle hijos a Zeus, rebajarme a su nivel de concubina...- renegó y ambos vieron como los ojos de su madre cambiaban tornándose completamente negras las cuencas y en tierra, el aullido de lobos se empezó a entonar pese a ser de día- soy la luz del día, no se me hizo diosa por su padre... no soy una diosa, ¡nunca lo he sido, soy una titanide y esa maldita mujer y su estirpe que presume, osa creerse más que nosotros tres!- concluyó finalmente y la cálida aura dorada de su madre se sintió ardiente- asegura incluso que es ella la que debería ser venerada- renegó soltándoles- y la pregunta ahora es... ¿tenemos que permitirlo?- dudó volviendo a su sitio, logrando nuevamente que se miraran- su padre, no autoriza que se haga algo, que se yo, será que si no eres Hera, no puedes ir atacando mortales...- insistió con desdén a la negativa de Zeus

Apolo y Artemisa: Una vida contigo [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora