22. Las Reliquias de la Muerte

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Entretanto, el segundo hermano viajaba hacia su casa, donde vivía solo. Allí sacó la piedra que tenía el poder de resucitar a los muertos, y la volteó tres veces en su mano. Para su asombro y su deleite, la figura de la chica con la que una vez había esperado casarse, antes de su muerte prematura, apareció ante él. Pero ella estaba triste y fría, separada de él por un velo. Sin embargo había vuelto al mundo, pero ese no era su sitio y sufría. Finalmente el segundo hermano,
impulsado por un loco anhelo desesperado, se mató para reunirse finalmente con ella. Así fue como La Muerte tomó al segundo hermano para sí.

Sin embargo La Muerte buscó al tercer hermano durante muchos años, y nunca pudo encontrarlo. Fue sólo cuando tenía ya una edad avanzada que el hermano más joven finalmente se quitó la Capa de Invisibilidad y se la dio a su hijo. Y entonces saludó a la Muerte como a una vieja amiga y fue con ella gustosamente, e igualmente, pasó a mejor vida.

Hermione cerró el libro. Pasó un momento o dos antes que Xenophilus pareciera darse cuenta que había dejado de leer, luego apartó la vista de la ventana y dijo:

-Bien ahí las tienen.

-¿Perdón? -dijo Hermione, que parecía confundida.

-Esas son las Reliquias de la Muerte -dijo Xenophilus.

Agarró una pluma de la atestada mesa a su vera, y sacó un pedazo roto de pergamino de en medio de otros libros.

-La Varita de Saúco -dijo dibujando una línea vertical
sobre el pergamino-. La Piedra de Resurrección, -dijo añadiendo un círculo encima de la línea-. La Capa de Invisibilidad, -terminó incluyendo la línea y el círculo
dentro de un triángulo, para dibujar el símbolo que tanto intrigaba a todos-. Unidas -dijo- Las Reliquias de la Muerte.

Annie parpadeó, un poco asombrada y muy curiosa.

-Pero no se mencionan las palabras "Reliquias de la Muerte" en la historia -dijo Hermione.

-Bueno, claro que no -dijo Xenophilius, exasperantemente pagado de sí mismo-. Eso es un cuento de niños, para divertir a la vez que instruir. Aquellos de nosotros que entendemos de estas materias, sin embargo, reconocemos que esa antigua historia hace referencia a los tres objetos, o Reliquias, las cuales, reunidas, convierten a su dueño en el amo de la Muerte.

Hubo un corto silencio en el cual Xenophilius miró por la ventana. El sol ya estaba bajo en el cielo.

-Luna debería tener pronto bastantes Plimpies -dijo quedamente.

-Cuando usted dice "amo de la Muerte"... -dijo Ron.

-Amo, -dijo Xenophilius, agitando una mano en el aire-. Conquistador, Vencedor. El término que prefiera.

-Entonces.. los objetos son reales -murmuró Annie. Hermione la miró frunciendo el ceño.

-Enserio usted cree que esos objetos (esas Reliquias) ¿realmente existen?

Xenophilius alzó las cejas otra vez.

-Por supuesto.

-Pero -dijo Hermione, y Harry podía oír como su contención empezaba a agrietarse-, Sr. Lovegood, ¿cómo puede usted creer...?

-Luna me ha hablado sobre ti, jovencita, -dijo Xenophilius-. No es usted, deduzco, poco inteligente, pero está dolorosamente limitada. Estrecha de miras. De mente cerrada.

-Señor Lovegood -empezó otra vez Hermione-, Sabemos que existen cosas como las Capas de Invisibilidad. Son raras, pero existen. Pero...

-Hermione, es el mundo mágico. Existen cosas aquí que ni siquiera nos imaginaríamos -dijo Annie. El señor Lovegood asintió. Hermione lució indignada.

-De acuerdo -dijo Hermione, desconcertada-. Digamos que la Capa existe... ¿que hay de la piedra, Señor Lovegood? ¿Eso que usted llama la Piedra de Resurrección?

-¿Qué hay de eso?

-Bien, ¿cómo puede ser eso real?

-Pruebe que no lo es -dijo Xenophilius. Hermione parecía indignada.

-Pero eso es... lo siento, ¡pero es completamente ridículo! ¿Cómo puedo probar que no existe? ¿Espera de mí que recoja... todos los guijarros del mundo y los pruebe? Es decir, ¡puede afirmar que todo eso existe con la única base para creer en ello el que nadie puede probar que no existen!

-Sí, puedo -dijo Xenophilius-. Me alegra ver que ha abierto un poco su mente.

-Y la Varita de Saúco, -dijo Harry rápidamente, antes de que Hermione pudiera replicar-, ¿piensa usted que también existe?

-Oh, bien, en ese caso hay interminables pruebas -dijo Xenophilius-. La Varita de Saúco es la Reliquia a la que resulta más fácil seguirle la pista, por la forma en que cambia de mano.

-¿Qué es? -preguntó Harry.

-Que consiste en que el poseedor de la varita debe quitársela a su propietario anterior, si es verdaderamente el amo de la misma -dijo Xenophilius-. ¿Seguramente has oído hablar de como la varita llegó a Egbert el Ilustre, tras matar salvajemente a Emeric el Malvado? ¿De cómo Godelot murió en su propio sótano después de que su hijo, Hereward, le robara la varita? ¿Del horrible Loxias, que robó la varita a Baraabas Deverill, al cual había asesinado? La sangrienta huella de la Varita de Saúco está salpicada a través de las páginas de la historia de la Brujería.

-Señor Lovegood, ¿la familia Peverell tiene algo que ver con las Reliquias? -inquirió Annie.

-¡Pero usted me ha estado induciendo a error, jovencita! -dijo Xenophilius, sentándose ahora mucho más derecho en la silla y mirando con ojos saltones a Annie-. ¡Pensaba que eran nuevos en la Búsqueda de las Reliquias! ¡Muchos de los Buscadores creemos que los Peverells tienen mucho... mucho... que ver con las Reliquias.

-¿Quiénes son los Peverell? -preguntó Ron.

-Ese era el nombre grabado en la tumba que tenía la marca, en el Valle de Godric, -dijo Annie, sin
apartar la vista de Xenophilius, examinándolo-. Ignotus Peverell.

-¡Exactamente! -dijo Xenophilius, con el dedo índice alzado con pedantería-.¡El signo de las Reliquias de la Muerte en la tumba de Ignotus es una prueba definitiva!

-¿De qué? -preguntó Ron.

-¡De qué, esos tres hermanos de la historia fueran de hecho los tres hermanos Peverell, Antioch, Cadmus e Ignotus! ¡Qué ellos fueron los primeros propietarios de Las Reliquias!

Annie y las Reliquias de la MuerteWhere stories live. Discover now