―¿Encontraron una forma de ayudar a Min-Jun? ―papá se tensionó.

―Tendremos que ver cómo va el juicio ―no sonaba seguro, quise pedirle de nuevo que me prometiera que haría algo, pero dada se volteó a mirarme.

―Confía, Rhea ―me pidió y decidí callarme porque los ojos de dada me indicaban que debía hacerlo. Me recargué en el pecho de mi hermano y cerré los ojos. Sabía que habría mucha gente de nuevo, muchos rostros que desconocía, pero debía ser fuerte. Ya lo había sido para enfrentar a Zhirayr y hablaba en serio, quería que me temiera, puede que no tuviera idea de cómo o cuándo, pero encontraría la forma de cumplir mi palabra.

Llegamos al centro de reunión, era extraño, había más vehículos que en la noche anterior, muchos clanes solo llegaban corriendo hasta allí porque era tradición, pero hoy era distinto. Todos vestían ropas normales, o tradicionales de su tierra. La tía Dalia había llegado y hablaba con líderes de otros clanes. Pero en cuanto aparecimos los ojos volvieron a posarse en mí, esta vez, eso sí, nadie nos rodeó como la noche pasada... ja, la noche pasada, sentía que había sido siglos atrás y no hacía unas cuantas horas, parecía que había pasado una vida entera entre la reunión y la huída de vuelta a casa. Entramos al lugar, estaban todos sentados en las gradas, los clanes estaban completos con la gente de la edad que correspondía, los mayores de doce. En el centro había un grupo de líderes de pie.

Me habían explicado cómo funcionaba, el juicio de Min-Jun ocurriría primero y luego al clan de Zhirayr. Solo los líderes de los clanes que habían tomado partido por uno de los dos clanes en disputa podían participar del juicio, porque los que habían permanecido neutrales habían, básicamente, renunciado a su derecho de emitir una opinión. Solo los clanes involucrados directamente, Océano y nosotros, podían tener más de un representante y miembros que hablaran. El moderador, llamado normalmente orador, sería el líder del clan más anciano, el que había cerrado la reunión la noche anterior, y solo en su caso se hacía una excepción y se pedía neutralidad. Las sentencias y culpabilidad se decidían por votos de los líderes. Tía Dalia me había explicado que, como habíamos conseguido muchos clanes, teníamos una buena posibilidad de que las cosas fueran a nuestro favor, al menos en el juicio contra Zhirayr. Lo de Min-Jun era más complicado, porque el juicio, probar su inocencia y el castigo... en su caso, era mucho más subjetivo y difícil. Me tenía nervioso, en especial porque sabía que yo tendría que contar más o menos lo que había pasado, pues Min-Jun no podría hacerlo. Y sabía que Zhirayr querría hacerme quedar como un muchacho incrédulo que se había tragado todo lo que Min-Jun le había dicho, aun cuando sabía que eso no era verdad.

Busqué a Min-Jun con la mirada, lo vi de pie, solo, junto a Gael, llevaba una camisa púrpura que lo hacía ver muy blanco y unos pantalones azules. Se notaba que la ropa no era suya, después de todo ayer se había mojado igual que yo, su ropa estaría con Océano, y no habría podido acceder a ella. Quise ir a hablarle, pero papá me detuvo.

―No. Debemos esperar el juicio, dirán que se pusieron de acuerdo para decir algo ―de todos modos su mirada gris no encontró la mía, me pregunté si estaría sufriendo demasiado, encerrado dentro de sí mismo por órdenes incomprensibles.

Justo a las doce el líder más anciano alzó las manos logrando que todo se volviera silencio. Era un sujeto de piel morena y algo arrugada, su cabello era totalmente blanco (por las canas) y lo llevaba en una trenza larga hasta los codos. Sus ojos eran café y vestía una especie de toga azul oscuro con detalles en negro.

―Comenzaremos con el juicio ―su voz sonaba áspera y solemne, los líderes se habían acomodado en un gran círculo, había unos treinta, así que era un círculo grande. Si el círculo hubiese estado dividido en cuatro, él estaba en una de las puntas, nosotros en la punta a su izquierda, detrás de tía Dalia, y Zhirayr en la de su derecha. Gael estaba en la punta frente a él, con Min-Jun a su espalda―. Las faltas a tratar en este juicio son de rapto, luego de haber sido realizado ya un desafío, por parte de Min-Jun y entrar a la sede de otro clan sin permiso, también por parte de Min-Jun. Además, relacionado a lo mismo, el clan Guardia del océano enfrenta, por las acciones de Min-Jun, cargos por incumplimiento de desafío, agravio contra el clan Guardia del bosque e invasión de su sede sin invitación, falta que se agrava por la presencia de un desafío pre-existente ¿Estamos de acuerdo? ―todos los líderes asintieron y el hombre lo hizo también―, comenzamos entonces con el juicio del joven Min-Jun, pasa al centro.

En mi oasis siempre hay Luna llena (Spin-off. Fauces II)Where stories live. Discover now