46. No volveré a cruzarme en tu camino

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-¡Hey, ahí estás! -saluda Yul, que se acerca a mi ubicación en una mesa externa del cafetín

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-¡Hey, ahí estás! -saluda Yul, que se acerca a mi ubicación en una mesa externa del cafetín.

Acá decidí refugiarme de mis sentimientos esta vez, ahora que el establecimiento se encuentra cerrado.

Le sonrío a mi amiga, en tanto me despojo de los auriculares con los que escucho descaradamente la canción de Liam, para guardarlos de vuelta en mi mochila.

-Hola.

-¿Qué pasó? -pregunta, ubicándose al otro lado de la mesa-. ¿Por qué te urgía verme?

-Ya lo vi -respondo casi en un susurro aprisa, sin poder contenerlo más. Sé que mis mejillas deben estar coloradas, y agradezco que ella no lo comente.

Cuando me levanté en la mañana, tenía más miedo que ganas de vivir. Temía volver a cruzarme con esos ojos después de tanto tiempo y como lo supuse, volví a quedar como tonta, desarmada por su mirada y su linda sonrisa. Aunque muchas de las armas las perdí hace mucho, cuando me besó por primera vez, y el resto me abandonó aquella noche en la que me envió la canción que escribió para su novia, esa que todavía me causa molestia, porque adoro esa pieza.

Con él, no me pasó igual que con Ian.

Con él, todavía me siento extraña y desconocida.

Me sentí despersonalizada al verlo, y apenas llegué a este lugar, le escribí a mi pañuelo de lágrimas para que viniera a mi rescate, por eso la curiosidad de Juliana.

-¿Y qué pasó? ¿Lo besaste? -cuestiona emocionada, yo muevo mis manos en el aire, simulando que la ahorco.

-¿Cómo crees que lo voy a besar? ¿Eres loca?

Juliana ríe, como si realmente la cosa tuviera gracia.

-Buenos, bueno, no besarlo. Pero sí hablaste con él, ¿verdad?

-Eh... no. No tenía intención de hacerlo y aunque las tuviera, apareció su novia.

Ladea la cabeza, pensativa.

-¿Deisy?

Me encojo de hombros.

-No sé su nombre, no la había visto antes. ¿Te has puesto a pensar en que seguramente conquista a todas con la misma canción?

Mi amiga ríe.

-Él no es tan malo, ni un mujeriego tampoco.

No le respondo, porque además de que en eso último tiene razón, últimamente ella se ve muy inclinada hacia su defensa. Pierdo el tiempo intentando hacer que ella se ponga en su contra.

-Él no es así, lo he conocido últimamente y créeme, siente cosas bonitas por ti -dice tranquila, pero nuevamente no respondo porque además de que no sé qué decir, la campana que anuncia el inicio de clases interrumpe nuestra conversación. No sé si me gustaría creer eso, pero sin duda alguna me deja pensativa-. No puedes huir por siempre de todos modos, hermana -me habla de camino al central.

Canela ©Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz