𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝 ━━ ♱ Diabolik Lovers ♱ [TERMINADA]

Capítulo O6.

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❝TE QUITARÉ ESAS PREOCUPACIONES❞

  
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—No puedes faltar a clases siempre que se te de la gana —le reprendió Reiji. Alicia por su lado yacía soñolienta frotándose un ojo al estar sentada en su cama, Reiji le había despertado justo cuando por fin no tuvo alguna pesadilla o recuerdo en sus sueños. Había logrado descansar relativamente—. ¿Y que es esa apariencia?

—Tuve un problema con una piscina y un Ayato de mal humor —comentó bostezando.

—Sin duda hay que vigilarlo —murmuró negando con su cabeza en eje de decepción—. Ve a darte un baño. Ya han pasado horas suficientes como para que te levantes, vamos a comer.

—Hecho. Bajaré enseguida —afirmó ella con determinación. Reiji no dijo más y salió de la habitación dejándola sola en ella, o al menos eso creyó hasta que su piel se erizo avisando una presencia en el lugar—. ¿Vienes a amenazarme otra vez? —habló sin si quiera girarse a verle, con pesar se levantó de la cama.

—Quería ver algo, no te emociones —contestó el pelirrojo con los brazos cruzados.

—¿Que cosa? —esta vez le encaró al arreglar sus sabanas.

—¿Por que tantas preguntas de repente?, me estresas.

—Creeme, cariño. Tú te estresas todo el tiempo —comentó ella lo suficientemente fuerte como para que él le oyera. Este chasqueó su lengua con disgusto apartando la mirada.

—¿Tus muñecas se lastimaron?

—No —afirmó ahora tomando una toalla de baño—. Pero gracias por la preocupación.

—No es preocupación, Cupcake —habló entre dientes.

—¿A que viene ese apodo? —preguntó deteniéndose a verle.

—Es la diferencia entre el panqueque y tú —aseguró con una sonrisa de humor oscuro en sus labios. Alicia prefirió no preguntar más—, Cupcake.

—No entiendo —comentó dirigiéndose al baño de la habitación.

—No hace falta que lo hagas —hizo aparición enfrente de ella evitándole el paso al baño.

—Debo bañarme.

—Te acompaño.

—No —juguetona tocó suavemente la nariz del chico como si fuese un niño pequeño—. Te lo prohíbo.

—¿Quien te crees para darme órdenes? —y aunque fué una queja, sus palabras no salieron con brusquedad de sus labios.

—La hermana a cargo —finalizó su punto con una sonrisa bastante natural. Ayato se dejó caer sentado en el borde de la cama con la mirada en cualquier lugar que no fuese ella.

—Date prisa o entraré —murmuró. A pesar de que la de ojos carmín hubiese preferido haber dicho algo en contra de eso, no lo hizo, no le vió caso alguno. Abrió la puerta y así entró en la habitación de higiene personal, aquella tan encantadora que con solo verla causaba completa sensación de relajamiento. La chica dejó su toalla a un lado al cerrar la puerta con seguro, cuando el sonido de algo entrando al agua de la tina le hizo girar.